La sequía en Rusia dispara el precio del trigo un 78% desde finales de junio

El infernal verano que está sufriendo la estepa rusa, con temperatura de 40 grados centígrados, la mayor sequía en medio siglo, y una devastadora oleada de incendios, se está reflejando en los precios internacionales del grano. Especialmente desde que el primer ministro, Vladimir Putin, decretase ayer la prohibición de exportar grano -trigo, cebada, centeno y maíz- hasta finales de año. Rusia es el tercer exportador del mundo (con un 12% del mercado) tras EE UU y Canadá, pero junto con los demás países de la antigua Unión Soviética alcanzaría el 22%.

La decisión ha acelerado la subida del precio de las materias primas agrícolas. El futuro sobre el trigo en el mercado de Chicago, el mayor del mundo, subía ayer un 8,2% hasta los 785 dólares por fanega -que equivale a algo más de 35 litros-, y no subió más porque las normas del mercado lo impiden. Desde finales de junio, en apenas mes y medio, el precio de la fanega de trigo ha subido un 77,6% debido a la sequía en Rusia, el Este de Europa y Kazajistán y, también al exceso de precipitaciones en Canadá durante los últimos meses. El ritmo de subida del precio del trigo es, de hecho, superior al que se registró en la crisis alimentaria del año 2008. Entonces los precios del trigo se dispararon hasta los 1.280 dólares por fanega, y desencadenaron disturbios en numerosos países del Tercer Mundo. Según el Programa Mundial para los Alimentos de Naciones Unidas, el alza de los precios puso a 100 millones en riesgo de desnutrición.

La exclusión de Rusia del mercado exportador, una decisión tomada para contener el precio de los cereales en el mercado interno, probablemente acelere aún más la tendencia alcista. "Debemos prevenir las subidas de precio, preservar la cabaña ganadera y acumular reservas", explicó Vladimir Putin, que invitó a Kazajistán y Bielorrusia a sumarse a la prohibición. Algunos expertos apuntan, además, que la sequía que todavía azota Rusia amenaza la temporada de sembrado de cereal de invierno, que empieza tradicionalmente a finales de agosto, y también puede suponer un problema para las plantaciones de patata, remolacha o maíz.

Con todo, desde la FAO el mensaje es, de momento, tranquilizador. "A pesar de los problemas de producción en algunos países exportadores, el mercado mundial de trigo sigue siendo mucho más equilibrado que en la crisis alimentaria mundial de 2008", explica el organismo, que en todo caso ha recortado de 676 a 651 millones de toneladas la previsión de producción de trigo en la campaña 2010-2011.