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Standard & Poor's cifra entre 296.000 y 313.000 millones los activos problemáticos del sector

S&P y Fitch rebajan la calificación de la banca española por el riesgo económico de España

Standard & Poor's y Fitch han degradado la calificación de la banca española, incluidos Santander y BBVA, por la debilidad de la economía del país. Ambas agencias consideran que la merma de la previsión de crecimiento de España, la depresión del sector inmobiliario y las turbulencias de los mercados de capitales impactarán en las entidades en los próximos meses. S&P cifra entre 296.000 y 313.000 millones, los activos problemáticos que ha generado el sector financiero español durante la recesión.

CINCO DÍAS

Standard & Poor's ha bajado la nota al sistema financiero español desde el grupo '3' al grupo '4' dentro de su escala del uno al diez que mida la fortaleza del sector financiero en función del riesgo país, 'Bicra' por sus siglas en inglés (Banking Industry Country Risk Assessment). De esta forma, S&P sitúa al sistema financiero español se encuentra en la misma categoría que el de países como la República Checa, Israel, Corea, México y Eslovaquia.

S&P ha cifrado entre 296.000 y 313.000 millones los activos problemáticos -activos inmobiliarios adquiridos y adjudicados, depreciaciones acumuladas y créditos morosos- que ha generado el sector financiero español durante la recesión.

La corrección de los desequilibrios en España seguirá teniendo un impacto negativo en los perfiles financieros de los bancos españoles en los próximos quince a dieciocho meses, "lo que supone más tiempo de los tres años en los que esperábamos que el sector financiero absorbiera el impacto del ciclo económico a la baja", argumenta S&P.

S&P ha revisado a la baja la calificación de diez entidades financieras. Es el caso de Santander y BBVA, que ven como sus notas a largo plazo bajan un escalón y pasan de pasan de de AA a AA-, ambas con perspectiva negativa. Entre las entidades que reciben una rebaja de un escalón, de A a A- se sitúan también Ibercaja, Kutxa, BBK, Bankinter y Sabadell, a las que sitúa también en perspectiva negativa.

La rebaja de la nota de solvencia de Santander también afecta a sus filiales, Banesto, Santander Consumer y Santander UK. Además, la agencia de rating también ha rebajado la nota a largo y corto plazo de la Confederación Española de Cajas de Ahorro (CECA) hasta A-/A-2, desde A/A-1, con perspectiva negativa.

Por otro lado, Standard & Poor's ha revisado de negativa a estable la perspectiva de dos entidades, Bankia y CaixaBank y ha mantenido la nota de la entidad catalana en un A+ y la de Bankia en BBB-.

En el caso de Popular, S&P sitúa su calificación de A- bajo vigilancia con implicaciones negativas, tras la oferta de compra que ha lanzado la entidad sobre Pastor.

Fitch baja un escalón a seis entidades

Al mismo tiempo, Fitch ha anunciado la rebaja de la calificación de seis entidades españolas, Santander, BBVA, Banesto, Sabadell, CaixaBank y Popular, y las ha situado en perspectiva negativa. En el caso del Popular, además de la bajada de la nota se ha puesto su calificación bajo revisión negativa tras la operación de compra que ha presentado sobre Pastor.

Esta rebaja se produce días después de que Fitch rebajara el rating de la deuda soberana de España dos escalones, de AA+ a AA-con perspectiva negativa.

Fitch explica estas rebajas por la debilidad económica de España y la alta tasa de paro, que seguirán afectando al negocio doméstico del sector. La agencia considera que el entorno de debilidad económica en España, el alto desempleo y los problemas del sector inmobiliario seguirá afectando a el volumen de las actividades de los bancos en el país, así como a la calidad de los activos. Para Fitch, la sólida franquicia a nivel nacional de banca minorista en España contribuye a un alto nivel de ingresos recurrentes y una gran capacidad para atraer los depósitos de clientes.

Perspectivas de crecimiento limitadas

S&P afirma en su informe que las perspectivas de crecimiento de la economía española son limitadas, lo que estrangula la posibilidad de un rebote del sistema financiero a corto plazo. El PIB crecerá entre un 0,8% y un 1,0% en 2011 y 2012, respectivamente.

La atonía de la actividad en el sector inmobiliario hará que la banca acumule mayores existencias de activos problemáticos durante 2012 y los primeros meses de 2013, al tiempo que afrontará mayores obstáculos para su venta.

"Esto a su vez restringirá la capacidad de los bancos para dedicar recursos del ladrillo a otros sectores de la economía, lo que apagará la recuperación económica", vaticina S&P.

Por otro lado, apunta que pese a la tendencia a la baja en el déficit por cuenta corriente, España se mantiene vulnerable a los flujos de capital, dada la persistencia de la volatilidad en los mercados y la aversión al riesgo de los inversores.

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