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Diario de a bordo

El rebote no llega

Jornada de transición en Europa, donde se ha intentando rebotar, pero al final el enredo sin fin de Grecia, más malos datos macro en China nos han hecho cerrar planos. Posteriormente al cierre europeo llegaba otra mala noticia, S&P ha rebajado el rating de Grecia a CCC y además con perspectiva negativa, dejando claro que el riesgo de default es muy elevado.

En estas condiciones a lo máximo que se puede aspirar en Bolsa es a rebotes, pero aún así hay que andarse con cuidado.

El sentimiento de los pequeños inversores favorece esta percepción. Veamos.

En la encuesta de sentimiento de la Asociación Americana de Inversores Individuales, que es uno de los instrumentos de sentimiento contrario que más fiabilidad tienen de todos los que se publican y que dan pie incluso a sistemas de trading, podemos ver que solo el 24,40% de los particulares son alcistas, cifra más baja desde agosto de 2.010.

Con una lectura así, llegar a la gran zona de soportes de los 1.235-1.250 del futuro del mini podría favorecer los rebotes.

Pero ojo. El Bullish Consensus de Market Vane da una lectura de un 50%, desde el 59% de la semana pasada, ojo por tanto porque esto nos indicaría a las manos fuertes ya muy dudosas. Peligro. Esto no es tan bueno para el mercado.

Sus lecturas hay que tomarlas de manera muy diferente a las de la AAII. Hay que tener en cuenta que este indicador de Market Vane está confeccionado mediante consultas no a particulares, sino precisamente a todo lo contrario, a profesionales del sector, es decir, CTA (Commodity Trading Advisors).

Tradicionalmente, de puertas adentro, en el mercado se considera que los CTA suelen estar en el lado correcto y que hay un indicador que miran con interés: el de la media de cuatro semanas. Por encima de 67% se interpreta como fuerte sentimiento alcista, que va menguando a medida que se aleja de ese nivel. La media de cuatro semanas está en 55,5. Este indicador es uno de los más efectivos que existen para anticipar las tendencias bajistas cuando la media de 4 semanas baja de 50. Tiene un track récord impecable de acertar todos los grandes giros del mercado a la baja, es decir, de anticiparse antes que nadie a las tendencias bajistas o, visto desde otro punto de vista, a confirmarlas.

La realidad es que ante esta seria situación en Europa, es que algo hay que hacer, eurobonos, mayor integración fiscal muy urgente, y dejarnos de pérdidas de soberanía, porque estamos todos atrapados en esta pesadilla. Pero este fin de semana, en Bloomberg, se proponía una nueva solución. Crear una especie de euro de élite, en el que estarían unos pocos países, que cotizaría por ejemplo a 1,3 veces el euro normal, que seguiríamos manteniendo todos los demás. Con lo cual se obtendría la ventaja de la depreciación, perdida ahora por los países de la eurozona, y que sin embargo si están usando a toda pastilla en otros sitios, por ejemplo EE UU, pero sin perder la moneda común. Ellos lo llaman el Uber euro. Lo pueden encontrar en este artículo de Anil Kashyap, que es profesor en University of Chicago Booth School of Business.

No descartemos nada porque las cosas están muy mal, y algo fuera de lo normal vamos a tener que hacer.

También sería importante que nos dejáramos de maniqueísmos sobre lo buenos que son unos y lo malos que somos otros. Y si no tiremos de hemeroteca. Vean este comentario publicado en el diario Cinco Días el 26 de noviembre de 2003.

París y Berlín han roto las reglas del Pacto de Estabilidad al dejar en suspenso su aplicación. Las dos potencias impusieron ayer la ley del más fuerte y lograron suficientes apoyos entre los ministros de Finanzas para eludir los castigos por tener déficit superiores al 3% del PIB. Tras una maratoniana y tensa reunión que culminó con tres votaciones, los ministros rechazaron la propuestas de castigo de la Comisión Europea y aprobaron otra que no sólo suaviza las exigencias para rebajar sus déficit, sino que además deja "en suspenso" el procedimiento por déficit excesivo que en esta fase incluía poner bajo vigilancia las cuentas públicas de París y Berlín.

La batalla había comenzado en Bruselas a las siete de la tarde del lunes. El Eurogrupo (ministros de la zona euro) debatió hasta las cuatro de la madrugada un posible arreglo ante la cerrada oposición de Francia y Alemania a aceptar las recomendaciones de la Comisión. Los dos países superaron el límite del 3% el año pasado, lo harán éste (con un 4,2% en ambos casos) y también el que viene. Bruselas, aplicando el Tratado de la UE y el Pacto, proponía obligar a Francia a que rebajara el año que viene su déficit en un punto porcentual con más congelación de gastos y que Alemania lo hiciera en un 0,8% (ambos prevén en sus presupuestos una reducción de sólo el 0,6%). Pero, sobre todo, la Comisión exigía que, durante los dos años próximos, Berlín y París presentaran informes semestrales sobre la ejecución de sus presupuestos para comprobar que estaban cumpliendo sus obligaciones.

Era esta segunda y humillante parte la que no estaban dispuestos a asumir los dos grandes. Y es ahí donde el choque con la Comisión fue inevitable.

Como vemos, quien abre la Caja de Pandora, tampoco puede ahora venir diciendo que no tiene su parte de responsabilidad...

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