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Crisis de los mercados periféricos

Si quiebra el país heleno, ¿quién paga?

La banca europea tiene el 81% de la deuda pública, pero EE UU ha vendido 24.000 millones en seguros de impago.

Grecia es un problema europeo, pero no solo europeo. La agencia de calificación de riesgos Moody's puso en revisión el rating de los tres mayores bancos franceses por su exposición a activos griegos. Según los datos del Banco de Pagos Internacionales de Basilea, la banca gala tiene una exposición al país heleno de 40.241 millones de euros, de los que 10.610 millones de euros corresponden a deuda pública. El resto se reparte entre deuda bancaria y privada.

Alemania es el siguiente país con mayor exposición directa, 28.314 millones de euros, de los que 24.095 millones son deuda pública. La banca alemana es, seguida de la de Reino Unido, la que tiene más deuda pública. España, por su parte, apenas tiene exposición: 973 millones de euros de deuda pública y otros 546 millones de privada. Así, la banca de los cinco grandes países de Europa (España, Alemania, Francia, Italia y Reino Unido) suman 93.000 millones de los 146.000 millones de deuda externa griega.

En el apartado de deuda pública, los grandes países europeos tienen aún más peso; el 81% de la deuda pública griega en manos de extranjeros (31.000 millones de euros sobre 38.000 millones) está en bancos de estos países. De ahí que Europa debata con tanto ahínco qué hacer con Grecia; la carga de una reestructuración o un impago caerá sobre Europa.

No obstante, el Banco de Pagos Internacionales contabiliza otro tipo de operaciones, que cambian la historia, hasta el punto que deja de ser un problema europeo. En el apartado de otras exposiciones se contabilizan derivados, garantías y compromisos de crédito. Como explica el BIS en su anexo estadístico, el apartado de garantías incluye los derivados de crédito, o CDS, vendidos por los bancos extranjeros.

Exposición indirecta

Cuando un banco vende un CDS, en este caso sobre deuda griega, se compromete a indemnizar a los inversores que hayan comprado este seguro si el emisor de la deuda (el Estado heleno) no hace frente a los pagos. Es un tipo de exposición indirecta en el que destacan las entidades financieras de Estados Unidos y, en menor medida, las británicas.

Así, la banca estadounidense tiene una exposición indirecta a Grecia valorada en 24.200 millones (el 56% de la exposición indirecta total), y los británicos otros 3.500 millones de euros. Sumando la exposición directa y la indirecta, los bancos de Estados Unidos tienen más riesgo griego que los alemanes, con 29.000 millones de euros frente a 28.300 millones. Eso sí, los más expuestos siguen siendo los franceses, con 46.000 millones.

De hecho, según el diario británico Irish Times, fue el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Tim Geithner, quien vetó una quita en la deuda bancaria irlandesa. El periódico británico Daily Telegraph cifró en 120.000 millones de dólares (unos 85.060 millones de euros) la exposición del sistema financiero estadounidense a CDS europeos, lo que forzó, según el diario, que Irlanda decidiese respaldar la deuda de la banca irlandesa. La cuestión es si se activarán o no los contratos de CDS, si Grecia reestructura su deuda.

Una bomba de relojería por la falta de acuerdo

La falta de acuerdo en el seno de la UE para reestructurar la deuda griega ha llevado a muchos economistas y bloggers, así como a algunos miembros del BCE, a utilizar el símil con la quiebra del estadounidense Lehman Brothers. Entonces, la oposición del Tesoro a poner dinero público para salvar a la entidad (en esta ocasión serían los políticos del norte de Europa que defienden que quienes tengan deuda griega tienen que participar en el rescate) causó la caída de este gigante de banca de inversión y precipitó la actual crisis. ¿Está justificada la alarma del BCE? ¿O es el cuento del lobo? Una quiebra desordenada de Grecia, en la que el país deje de pagar sus deudas, sí sería un caso Lehman Brothers. En este caso, solo una inyección masiva de capital salvaría a la banca griega de quebrar en unas pocas horas. Los bancos europeos sufrirían graves pérdidas en su cartera de activos helenos, tanto públicos como de sus bancos. Los mercados, a su vez, castigarían a la banca europea, y además de desplomar las Bolsas, el mercado de papel comercial y el interbancario se hundirían.

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