Los problemas de Irlanda imponen las ventas en las Bolsas europeas

Las Bolsas europeas fueron ayer incapaces de obviar los problemas que acucian a Irlanda y que llevaron a un nivel sin precedentes a su prima de riesgo, ya por encima de los 420 puntos básicos. Irlanda anunció una inesperada contracción de su economía en el segundo trimestre del año, del 1,2%, frente al avance del 2,2% del que había disfrutado en el primer trimestre. Además, planeó con fuerza sobre el mercado la posibilidad de que Anglo Irish Bank no haga frente al pago de su deuda subordinada, lo que no sólo incrementó la presión sobre la deuda soberana irlandesa sino que impuso los números rojos en el conjunto del sector bancario europeo.

El mercado cada vez desconfía más de la capacidad de Irlanda de cumplir su compromiso de rebajar su déficit al 3% del PIB en 2014, más aún ante el cambio de signo de su economía y con un sistema bancario aún con necesidades de capital. De hecho, la propia ejecutiva de Anglo Irish -segundo banco del país y ya nacionalizado en 2009- podría requerir ayudas por otros 25.000 millones de euros, una cifra que Standard & Poor's incluso eleva a 35.000 millones. Esta inquietud disparó ayer a un nuevo máximo el coste de cubrir el riesgo de impago de la entidad irlandesa y provocó igualmente un nuevo récord en el CDS de la deuda soberana del país, al filo ya de los 500 puntos básicos.

Pese al cúmulo de malas noticias, el tesoro irlandés pudo ayer colocar con relativo éxito una emisión de letras por un importe total de 400 millones de euros, por debajo de los 500 millones de máximo previsto y sin abrir demasiado la mano en la rentabilidad. Emitió letras con vencimiento en febrero de 2011 al 1,907%, frente al 1,925% de la subasta anterior de septiembre, y títulos con vencimiento en abril de 2011 al 2,23%, ligeramente por encima del 2,19% de la colocación precedente.

El incremento de la prima de riesgo también estuvo influida por la caída de la rentabilidad del bono alemán, al 2,286%. Alemania anunció una rebaja de las emisiones de deuda previstas para el cuarto trimestre del año, a 60.000 millones de euros desde los 89.000 millones estimados anteriormente, lo que impulsó la demanda de sus títulos en el mercado secundario. La prima de riesgo española quedó fuera del foco de presión, aunque subió a 183,7 puntos.

Bajo el influjo irlandés, el Ibex llegó a perder el 1,45%. Sin embargo, redujo las pérdidas al cierre gracias a los favorables datos que se conocieron del mercado inmobiliario estadounidense, donde las ventas de viviendas de segunda mano crecieron más de lo esperado, frente al derrumbe de julio. Así, el hecho de que Wall Street se inclinara por las compras al inicio de la sesión, permitió a Europa recuperar terreno y suavizar sus retrocesos al cierre de la jornada.

El Ibex salvó los 10.500 puntos -cerró in extremis en los 10.501,50- y perdió el 0,51%, mientras que el Euro Stoxx cayó el 0,51%; el Cac, el 0,65%; el Dax, el 0,38% y el Ftse londinense, apenas el 0,09%. Wall Street cambió de trayectoria y cerró con pérdidas, del 0,72% y el 0,83% en el Dow Jones y el S&P; el Nasdaq cedió el 0,32%. El sector bancario determinó en gran medida los números rojos de las Bolsas europeas. La caída del 1,92% de Santander fue clave en el retroceso del Ibex, ya que supuso 43,2 puntos de los 53,7 puntos que se dejó el índice. A este descenso también se sumaron Popular (-1,62%) y Sabadell (-1,6%), si bien el valor más castigado fue Abengoa (-2,43%), en contraste con el repunte del 6,09% de Sacyr.

El índice bancario europeo descendió el 0,72%, con pérdidas del 5,5% para Bank of Ireland y del 4,4% para el griego Alpha Bank, los más castigados.