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El Tesoro luso emitió ayer 750 millones, el mínimo previsto

La presión del mercado se enquista en Irlanda y Portugal

Tras el mensaje de la víspera de la Fed, los inversores se refugiaron ayer en la deuda de mayor calidad, un movimiento que pasó de largo por Portugal e Irlanda. El Tesoro portugués emitió bonos por el importe mínimo previsto y a mayor rentabilidad, del 6,242% en el bono a 10 años.

El euro volvió ayer en su cotización frente al dólar a niveles previos al estallido de la crisis de deuda griega, al tiempo que José Luis Rodríguez Zapatero, presidente de uno de los países más castigados en aquella crisis, aseguraba en una entrevista con el Wall Street Journal que lo peor para la deuda soberana española y europea había quedado atrás.

Sin embargo, el mercado de bonos europeos no mostraba ayer signos de haber recuperado la estabilidad previa a la tormenta griega, en especial en lo que a la deuda irlandesa y portuguesa se refiere. El euro recuperó el nivel de 1,34 dólares perdido en mayo pero esta fortaleza vino dada más por la debilidad del dólar después del mensaje lanzado la víspera por la Reserva Federal que por una confianza renovada en la economía europea. El mercado continúa castigando a los eslabones más débiles, como quedó demostrado ayer en la subasta de bonos realizada por Portugal.

El Tesoro luso emitió bonos a cinco años a un tipo medio del 4,695%, frente al 3,621% de la subasta anterior, del mes de julio. Y colocó también bonos a diez años a un tipo medio del 6,242%, por encima igualmente del 5,312% de la emisión precedente y en línea con las exigencias que marca estos días el mercado. Así, la rentabilidad del bono portugués a diez años se situó ayer en el mercado secundario en el 6,14%, un nivel cercano a las cotas alcanzadas en el momento álgido de azote a la deuda europea en la primavera pasada.

La subasta de ayer de Portugal registró una fuerte demanda, en línea con las realizadas el martes por Grecia, España e Irlanda. Las peticiones de bonos portugueses a diez años superaron en 4,9 veces la oferta, frente a un ratio de 1,8 veces de la subasta anterior. Y pese a la fuerte demanda, el tesoro portugués optó por colocar el importe mínimo previsto, de 750 millones de euros -frente a un máximo de 1.000 millones de euros-, después de que el mercado le exija más de un punto de rentabilidad sobre el 5%, el tipo de interés al que Portugal recibiría dinero del Fondo de Estabilidad Financiera creado para el rescate de Grecia en caso de que fuera necesario, un extremo negado tanto por las autoridades portuguesas como por las irlandesas. Mientras tanto, la prima de riesgo portuguesa sigue en zona de máximos, aunque se relajó ayer hasta los 379,3 puntos básicos, mientras que la irlandesa quedó en los 394,3 puntos.

España se desmarcó un día más del foco de presión y la prima de riesgo se mantuvo en los 178 puntos básicos. La deuda española se apuntó al carro de los activos a los que benefició el mensaje de la Fed. Los inversores buscaron los bonos de mayor calidad, de modo que la rentabilidad del bono alemán -que se mueve a la inversa de su precio- se rebajó al 2,34%, nivel de hace dos semanas.

La cifra

178 es la prima de riesgo de la deuda española, en puntos básicos, que registró una ligera subida en la jornada de ayer. El bono a diez años cotiza al 4,13%.

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