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Contante & Sonante
Tribuna
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El plan estratégico de Bankia y su recapitalización europea en julio

La petición de ayudas a Europa para recapitalizar al sistema financiero español tiene un protagonista clave, Bankia. Este grupo financiero tiene varias citas importantes en las próximas semanas. La primera es su junta general de accionistas, que se celebrará el próximo día 29 de junio en Valencia. Hace un mes su presidente, José Ignacio Goirigolzarri, tenía previsto presentar antes de la reunión con los accionistas un plan estratégico para el grupo y una solución para los poseedores de participaciones preferentes del grupo. La segunda cita es la petición formal ante Bruselas de ayudas para su recapitalización por 19.000 millones de euros.

Y es que el Gobierno espera que la línea de crédito que el Eurogrupo abrirá a partir del 9 de julio para la banca española por 100.000 millones de euros la estrene Bankia ese mismo mes, ya que sus necesidades de recapitalización son las más urgentes. El Ejecutivo también prevé solicitar ayudas ese mes para las otras tres entidades en poder del FROB: Catalunya Caixa, Novagalicia y Banco de Valencia, aunque fuentes del Gobierno insisten en que la prioridad es Bankia.

Bruselas, por supuesto, impondrá a Bankia una serie de condiciones antes de aprobar las ayudas. Tendrá que cerrar algunas oficinas más, vender activos sobre todo provenientes de su cartera industrial y podrían imponerle un ratio de apalancamiento para la entidad en función de sus depósitos y créditos. Además tendrá limitadas sus ofertas comerciales, ya que no podrá ser el banco más agresivo en precios del mercado, entre otras exigencias que también sufrirán previsiblemente sus accionistas y bonistas, ya que el dividendo estará limitado, según apuntan varias fuentes.

Sus activos tóxicos -inmuebles adjudicados y suelo, principalmente- como los de Catalunya Caixa, Novagalicia y Banco de Valencia pasarán a un banco malo que gestionará el Estado.

La hoja de ruta de Goirigolzarri ya prevé la posibilidad de que Bruselas imponga a Bankia la venta de gran parte de su cartera industrial. Es por ello por lo que puso en mayo todas sus participadas a valor de mercado, lo que le llevó a provisionar 3.900 millones por minusvalías. Solo salvó de actualizar su valor una participación, Mapfre, única que considera estratégica.

Las condiciones se extenderán a todas las entidades que reciban ayudas de Europa, pero el Eurogrupo también condiciona las ayudas a que el sector financiero realice con ella "reformas específicas (...) incluyendo planes de reestructuración". Estos cambios deberán estar "en línea con las reglas comunitarias" de ayudas de los estados a los bancos, según señaló este organismo en su comunicado del 9 de junio.

Todas las fuentes consultadas del Gobierno y del sector aseguran que este es uno de los puntos que se están negociando en estos días, y que estará decidido el 9 de julio. Pero mantienen que la condicionalidad afectará muy poco al conjunto de la banca, ya que el grueso se aplicará a las entidades que necesiten ayudas. Tanto a Portugal como a Irlanda el Eurogrupo impuso una serie de medidas para el sector, aunque en ambos casos el rescate estaba dirigido al país y a casi todos sus bancos.

Así para la banca lusa se le impuso un ratio mínimo de capital del 10% y para Irlanda del 10,5%. En los informes de las consultoras Oliver Wyman y Roland Berger se exigió a la banca española un core Tier 1 del 9% en el escenario base y del 6% en el adverso.

Bruselas, además, les impuso una drástica reducción de su dependencia de la liquidez del Banco Central Europeo (BCE) y del ratio de apalancamiento (diferencia entre los depósitos que tiene en balance y su cartera de créditos) del 120% en el caso de Portugal a cumplir antes de 2014. El objetivo es limitar al máximo la apelación de la banca a la financiación mayorista. El grupo Santander tiene un ratio del 115%, mientras que el de Banco Sabadell es del 142%.

Varias fuentes financieras afirman que las recomendaciones del FMI pueden ser la base de la condicionalidad que se pueda imponer al conjunto de la banca española. Bruselas estudia que se elimine la duplicidad de consejeros entre los bancos y sus dueñas las cajas, lo que puede afectar a La Caixa y CaixaBank. También podría imponer una reducción de oficinas y plantilla, ya que considera que aún hay exceso de capacidad instalada. Varias fuentes apuntan a que aún deben cerrarse 13.000 oficinas y reducir la plantilla en 35.000 empleados más.

La reducción de la dependencia de la banca al BCE también entra en los planes. Otro punto en discusión es la conveniencia de que la banca se desvincule de sus participaciones empresariales, lo que también afectaría casi en exclusiva a La Caixa y Bankia. Pero tanto el Gobierno como el sector son contrarios a esta recomendación, razón por la que parece que al final no prosperará.

Bankia, mientras, ha retrasado ligeramente la previsión inicial de su calendario de actuación a la espera de que el Banco de España confirme sus necesidades de recapitalización y de que Bruselas apruebe su plan para recompensar a los poseedores de preferentes. A lo que se une las peticiones de ayudas europeas para realizar su ampliación de capital. Es un retraso sobre las previsiones de su presidente, pero que va a llevar al grupo a presentar su plan estratégico y la solución que Bruselas apruebe para las participaciones preferentes a mediados de julio.

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