Papandreu se aparta y deja paso a un Gobierno de coalición en Grecia
El primer ministro griego, Yorgos Papandreu, se hizo anoche a un lado para dejar paso a un nuevo Gobierno de coalición que no liderará y cuya composición tratará de cerrar hoy con el líder opositor, Antonis Samaras. El nuevo Ejecutivo tendrá que sacar adelante las medidas impulsadas por la UE para evitar la quiebra del país.
Tras una jornada maratoniana de encuentros, declaraciones, idas y venidas, ayer por la noche los principales políticos griegos llegaron a un acuerdo para tratar de sortear la crisis interna que ha llevado al país al borde del abismo en la última semana. Anoche, el primer ministro de Grecia, Yorgos Papandreu, aceptó dimitir para dejar paso a un nuevo Gobierno de coalición, cuya composición se intentará cerrar hoy. El diario To Vima apuntaba a Lucas Papademos, exvicepresidente del Banco Central Europeo, como posible primer ministro.
El acuerdo final se tomó en un encuentro a tres bandas que mantuvieron, a última hora de la tarde, Papandreu y el líder del partido opositor, el consevador Nueva Democracia, Antonis Samaras, junto al presidente heleno Karolos Papulias. La reunión se celebró después de una jornada agitada que se inició con un primer cara a cara entre Samaras y Papulias en el que el responsable de la oposición exigió, como condición sine qua non, la salida de Papandreu para contribuir a una solución que pusiera fin a la situación de bloqueo político.
Samaras se mantuvo firme en su exigencia pese a que el jefe del Estado apeló a la responsabilidad de los líderes políticos para alcanzar una solución, en línea con las demandas del pueblo griego, llegando a un consenso para formar un gobierno de unidad. "Comprendemos la ansiedad del pueblo y cada uno debe de asumir sus responsabilidades", respondió Samarás, para insistir en que, sin la salida de Papandreu, se bloqueaba cualquier posibilidad de acuerdo.
Con estas declaraciones sobre la mesa, a media tarde se reunió de forma extraordinaria el Consejo de Ministros para tratar de cerrar una posición común. En el encuentro, Papandreu entregó a sus ministros la que debería ser la agenda del Gobierno de coalición para las próximas semanas: votación de los Presupuestos del Estado de 2012 antes del 31 de diciembre y la aprobación, con una mayoría reforzada de 180 escaños, de los acuerdos alcanzados en la cumbre de la Unión Europea de Bruselas del 26 de octubre sobre la multimillonaria ayuda financiera a Atenas.
Tras la reunión, y antes del encuentro a tres bandas con Papulias, la ministra de Educación, Anna Diamantopulu, calificó de "inadmisible" la petición de Samaras de exigir la dimisión del primer ministro como condición para empezar a discutir la formación de un Gobierno de unidad nacional. "Si no aceptan negociar, lo único que queda es convocar elecciones anticipadas, pero en este caso todos deben saber que el nuevo primer ministro de Grecia no será el primer ministro de un país europeo, sino de un país del Este y del dracma", advirtió Diamantopulu. Un aviso que, a tenor de los acontecimientos posteriores, surtió efecto.
Presión de la UE
Después de que, el viernes, Papandreu salvara por la mínima una moción de confianza, los responsables políticos griegos eran conscientes que necesitaban llegar a un acuerdo que permitiera formar un Gobierno con un respaldo amplio antes de que acabara el fin de semana. Entre otras cosas, porque así se lo exigían sus socios europeos con vistas a la reunión del Ecofin que comienza hoy.
Por la mañana, el comisario europeo de Asuntos Económicos, Olli Rehn, hizo un llamamiento a los líderes griegos para que formaran un Gobierno de unidad como "la forma más convincente de devolver la confianza y cumplir con los compromisos asumidos".
El nuevo Ejecutivo heleno tendrá que negociar la participación de la banca privada en el nuevo rescate de 130.000 millones para desbloquear, antes de finales de febrero, 80.000 millones del plan pactado en Bruselas. Antes, deberá recibir con urgencia 8.000 millones del primer plan para no quebrar. Con el rescate encauzado, lo previsible es que el nuevo Gobierno convoque elecciones de inmediato.
Berlusconi dice contar con apoyo suficiente en el Parlamento
El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, aseguró ayer que, a pesar de los últimos abandonos de diputados de su grupo, su Gobierno puede contar aún con la mayoría en el Parlamento."A pesar de los abandonos, que espero puedan regresar, tenemos todavía la mayoría. Hemos comprobado los números en las últimas horas y tenemos la mayoría", aseveró Berlusconi, en una intervención telefónica durante el congreso del movimiento Acción Popular.El primer ministro italiano trató así de restar importancia a lo publicado por los medios de comunicación del país, que señalaban que los diputados de la coalición gubernamental se han reducido a 306 debido a los últimos abandonos, lo que podría provocar que el documento para la aprobación de las cuentas del Estado, que se vota mañana, no salga adelante. Según la prensa, serían ya 20 los diputados que estarían pensando en votar en contra del Ejecutivo.Berlusconi reiteró que, según sus cuentas, dispone de la mayoría y agregó que no contempla alternativas como un Gobierno técnico o de coalición. "Nosotros continuaremos gobernando pero, si al final, no es posible, la única alternativa serían las elecciones anticipadas", precisó.Por su parte, el Partido Demócrata baraja presentar una moción de censura junto al resto de partidos de la oposición.
