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Inversión

El oro pasa de ser refugio a subir de la mano de los activos de mayor riesgo

La debilidad del dólar pesa más, hoy por hoy, que el carácter de refugio de la inversión en oro. El metal precioso ha pasado de beneficiarse de los desplomes de la Bolsa a ir en paralelo a la renta variable y otros activos de riesgo.

Lingotes de oro
Lingotes de oro

Desde el arranque de ejercicio hasta el mínimo del día 9 de marzo las Bolsas se desplomaron. Un 25% en el caso del Standard & Poor's 500, principal índice de los mercados estadounidenses. Por su parte, el precio del oro -que se mide en dólares por onza- subió un 13% hasta un máximo de 992 dólares a finales de febrero. Una relación inversa que volvió a funcionar cuando los mercados recuperaron el tono. Los inversores que se habían protegido de la debacle financiera con la más antigua de las estrategias, acumular oro, vendieron y el metal cayó.

Sin embargo, desde principios de mayo, ambos activos han evolucionado en paralelo. El Standard & Poor's ha ganado el 37% desde los mínimos de marzo mientras el precio del oro no está lejos de máximos, oscilando las últimas jornadas entre los 950 y los 975 dólares.

El motivo es la correlación inversa entre el precio del oro y el dólar, que ha pesado más que su carácter de refugio. El oro cotiza en dólares, como el petróleo, de modo que si el dólar baja respecto al resto de las monedas del mundo, hay que usar más dólares para comprar una onza de oro, medida ésta en cualquier otra moneda.

La correlación con el dólar ha pesado más que la huida del dinero

La caída del dólar ha ido ligada a la gravedad de la crisis financiera en Estados Unidos y a la política agresiva de la Reserva Federal para combatir dicha crisis, incluyendo una expansión del balance para la compra de activos y la inyección de liquidez en los mercados. Algo que ha dañado la cotización del dólar, tanto como la sobreoferta de deuda en dólares vinculada a los planes de gasto público, también para combatir la crisis.

Así, la subida del oro ha sido paralela a la de otras materias primas, como el petróleo o los metales de uso industrial, que se han disparado con las primeras noticias sobre posibles "brotes verdes" en la economía mundial.

Además, algunos analistas apuntan a la mayor liquidez disponible -gracias a los bancos centrales- que ha impulsado activos de todas las tipologías, y también que el metal precioso se ha convertido en una cobertura contra la inflación.

De hecho, en los dos escenarios extremos, e igualmente desoladores, que manejan los expertos -hiperinflación o depresión económica- el precio del oro se vería beneficiado; en un caso como cobertura y en el otro como refugio ante una caída de precios generalizada.

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