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Alberto Viarengo. Responsable de mercado de capitales para el sur de Europa de RBS

"La opción actual de inversión en deuda es la corporativa"

Con más de 20 años de experiencia en el mercado de capitales, Viarengo, de origen italiano, aterrizó en Royal Bank of Scotland en 2003 para contribuir a la creación del negocio de bonos empresariales del banco. Antes trabajó en entidades como Bankers Trust o Morgan Stanley.

"La opción actual de inversión en deuda es la corporativa"
"La opción actual de inversión en deuda es la corporativa"

Alberto Viarengo, especialista en emisiones de deuda empresarial, asegura que la crisis de la deuda soberana y las dudas sobre el sector bancario ha obligado a reorganizar las carteras de bonos en favor de la deuda corporativa, en la que detecta una fuerte demanda.

¿Cómo está afectando la crisis de deuda a la financiación en el mercado de empresas y bancos españoles?

Las compañías españolas, en general, han sido bastante inmunes. No han tenido demasiados problemas, sobre todo las grandes. Acuden frecuentemente al mercado de capitales, lo siguen haciendo y lo pueden hacer como parte fundamental de su financiación. Son nombres muy conocidos, con ratings muy buenos. La mayoría de ellas tiene un porcentaje de ventas pequeño en España y están muy diversificadas. En ese sentido, no diría que les ha afectado. Es cierto que ha afectado más a firmas que sí son muy domésticas. Necesitan un trabajo mayor para acudir al mercado. Y si se encuentran en la parte más débil del rating de crédito, les puede afectar, no tanto en la posibilidad de emitir como en el precio.

¿El apetito hacia las instituciones financieras, sin embargo, sí es débil?

El inversor europeo todavía no considera ese tipo de inversión sin riesgos. La crisis periférica añade incertidumbres sobre la calidad de muchas instituciones. En cada país hay uno o dos llamados campeones nacionales que reúnen características que los inversores ven aceptables pero la mayoría del sector está todavía en reestructuración. En España lo estamos viendo con las cajas. La reestructuración no es algo que dé confort. Entonces, los volúmenes, las ventanas que se abren y los precios a los que pueden acudir son aún variables críticas.

¿Hay miedo de los emisores a otro episodio de contagio que cierre el mercado?

La preocupación de los emisores está muy presente. No tanto el escenario contagio en particular sino la volatilidad. Un fenómeno que cierre las ventanas de emisión e impida a las algunas compañías acercarse al mercado. Si miramos el volumen de emisión en España, vemos que este año ya hemos alcanzado el 70% del total emitido en 2010. En parte porque muchas empresas se han dado cuenta de que es conservador aprovechar las ventanas y en parte por las que acuden al mercado por primera vez ante la escasez de liquidez bancaria.

¿Cómo ha impactado el último episodio de nervios?

Cada vez que hay un pico de volatilidad, vuelve el riesgo periférico o hay una mala noticia, el periodo en el cual la ventana está cerrada para la mayoría de los créditos es cada vez más pequeño. La última, provocada por los rumores de reestructuración de Grecia, afectó a los mercados solo un día. Al siguiente vimos ya operaciones.

¿Cuál es el mayor peligro de un recrudecimiento de la crisis o de una reestructuración de la deuda griega?

La crisis ha provocado dos tendencias para las que no hay marcha atrás. Una es que la liquidez bancaria ya no es la que era. Quizá el aspecto más peligroso de un posible recrudecimiento de la crisis periférica y en particular de una reestructuración de la deuda de algún país es el efecto dominó que pueda tener en las instituciones financieras. Si sufren pérdidas por su exposición a los bonos gubernamentales eso puede dañar sus balances y la liquidez disponible en el mundo corporativo.

¿Cómo afecta la situación actual a la gestión de las carteras de bonos?

Como consecuencia de la crisis, los inversores europeos que tradicionalmente tenían un 70% de su cartera en bonos gubernamentales se han dado cuenta en los últimos 18 meses de que el rendimiento de estos bonos ha sido muy negativo y que la volatilidad que han sufrido ha sido mucho mayor de lo que pensaban. Los bonos gubernamentales ya no forman parte del mundo sin riesgo y se está produciendo una reconversión en las carteras. Muchos inversores que antes tenían más del 70% en bonos estatales lo están diversificando. ¿En qué? Pues en lo que antes representaba el 30% restante, los bonos de instituciones financieras y los corporativos. Y como los bonos de instituciones financieras generan muchas dudas, lo único que queda son bonos corporativos. Eso hace que el efecto de la crisis sobre las capacidades de financiación de las empresas, y en particular de las españolas, sea menor porque hay muchísima demanda, más de la que el mundo corporativo ofrece. Es normal que ahora una transacción europea tenga grados de sobresuscripción de tres o cuatro veces de media.

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