El mercado pone precio a los riesgos de la economía española

El mercado ha dejado de centrarse en los problemas de Grecia y ha girado su atención a España. Un país con una tasa de paro que dobla la media europea, unas cuentas públicas muy deterioradas desde el inicio de la crisis y con reformas estructurales de calado pendientes. Toda una combinación que ha disparado la percepción de riesgo del país en el último mes.

España se ha convertido en uno de los focos de tensión del mercado y la rebaja de rating por parte de Fitch el pasado viernes puso el colofón final a un mes de mucho nerviosismo, pues aunque la noticia no sorprendió, sí supuso una ratificación de los riesgos económicos que afronta el país, en plena reestructuración del sistema financiero y con una reforma laboral de calado pendiente.

La agencia bajó la nota de AAA a AA+, una decisión que se conoció al cierre del mercado. Standard & Poor's ya retiró hace tiempo la máxima calificación crediticia a España y su nota actual de AA es todavía un escalón inferior a la de Fitch. De ahí que el mercado esperara que tarde o temprano tanto Fitch como Moody's, la única que aún mantiene la triple A, movieran ficha.

"La triple A hace tiempo que no se refleja en las cotizaciones. Los activos cotizan en niveles equivalentes al rating de Standard & Poor's o inferiores", explica Daniel Suárez, analista de AFI.

En cualquier caso, la decisión de Fitch sí tuvo algo de impacto en la evolución de la sesión de ayer. Así, los inversores volvieron a huir de la deuda española en una sesión de subidas generalizadas para el resto de la renta fija estatal europea. El bono español a 10 años cayó el 1,07%, lo que provocó que la rentabilidad, que se mueve a la inversa que el precio repuntara al 4,258%, un nivel muy alejado del 4,03% al que comenzó mayo, lo que supone el mayor castigo mensual para la deuda española en lo que va de año.

Este repunte de la rentabilidad de la deuda española y la caída de la deuda alemana provocó que la prima de riesgo de España se ampliara hasta los 159,8 puntos básicos ayer. Un nivel, en cualquier caso, todavía inferior al máximo de 164 puntos básicos que alcanzó a principios de mayo antes de que la UE pactara junto con el FMI y el BCE un plan para blindar al euro.

En el momento de máxima tensión del mes, la rentabilidad de la deuda española llegó a alcanzar el 4,46%. Desde entonces noticias como el plan de austeridad aprobado por el gobierno han ayudado a relajar algo el tipo de interés pero la alta demanda de deuda alemana ha impedido que la prima de riesgo se relaje. "El mercado ha ido de forma masiva a la calidad. Los tipos de Alemania están en zona de mínimos históricos en todos los tramos", añade Suárez.

Los expertos reconocen que el panorama para los próximos meses es complicado. Las incertidumbres que genera la implementación del plan de austeridad aprobado por el Gobierno, la falta de unidad política así como las incógnitas que suscitan tanto la reforma laboral como la reestructuración de las cajas dificultarán que se relaje en exceso la presión del mercado. Muchos creen, además, que lo aprobado hasta ahora es insuficiente.

España tiene margen. La prima de riesgo aún está lejos de los 504 puntos básicos de Grecia, los 202 de Portugal o los 214 de Irlanda. Y los expertos creen que si se actúa con contundencia, la dinámica actual puede girar.