El mercado ha reaccionado de forma "prematura" a las medidas de Obama para la banca
El analista de renta variable estadounidense de Schroders, Chris Costanza, aseguró hoy que el mercado ha reaccionado de forma "prematura" a las nuevas medidas presentadas por el presidente de Estados Unidos para limitar el tamaño y las actividades financieras de los bancos y otras instituciones financieras, ya que muchos de sus aspectos están aún "en el aire".
En un comunicado, recalcó que la probabilidad de que varios de los planes, tanto normativos como punitivos, sean aprobados está aún en duda. "Además, las interpretaciones literales no tienen en cuenta las respuestas competitivas a cualquier nueva restricción de las organizaciones afectadas y los plazos de implementación", añadió.
Asimismo, Costanza consideró importante "equilibrar los riesgos regulatorios, legislativos y políticos" de la reforma anunciada por Barack Obama desde una perspectiva de mejora del contexto económico.
En este sentido, recordó que, en comparación con el verano de 2008, el capital (tanto en cantidad como en calidad), la liquidez primaria, el mercado inmobiliario de Estados Unidos y la economía están "en mucha mejor forma", y subrayó que las operaciones de alto riesgo de los bancos se han reducido considerablemente durante este mismo período.
Por este motivo, consideró que los grandes bancos y otros intermediarios financieros representan "una oportunidad atractiva", según Schroders, que tiene en cuenta las atractivas valoraciones de la situación y la visión positiva de la consultora sobre los mercados de capitales.
Obama presentó el pasado jueves un paquete de medidas con el que pretende acabar con "las prácticas de riesgo" que llevan a cabo muchas entidades financieras y así "proteger a los contribuyentes y prevenir futuras crisis".
En una rueda de prensa, Obama anunció que trabaja con el Congreso para asegurar que ningún banco o institución financiera que incluya una entidad pueda poseer, invertir o apadrinar 'hedge funds' o fondos de capital privado para beneficio propio y para establecer limites al excesivo crecimiento de la cuota de mercado de los pasivos de las entidades financieras más grandes.