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La entrada en el sector les supone perder beneficios fiscales

La ley penaliza la inversión del capital riesgo español en las cajas

Las cajas buscan inversores que sustenten su transformación en bancos, pero los fondos de capital riesgo de España se van a quedar fuera de la puja. El sector financiero les está vetado ya que supone renunciar a sus fuertes exenciones fiscales. Serán las firmas extranjeras quienes saquen tajada, mientras las españolas se interesan por la cartera industrial.

La transformación de las cajas de ahorros españolas es el proceso financiero más importante del momento y supone una gran oportunidad para invertir. Pero los fondos de capital riesgo españoles se van a quedar fuera", expone Fernando Álvarez-Ude, socio del Área de Regulación Financiera del bufete Baker & McKenzie. La normativa bajo la que nacieron estos instrumentos prohíbe desde 1999 su participación en el sector inmobiliario y en el financiero. El regulador, probablemente, buscaba incentivar otros sectores, reducir la especulación con el ladrillo y garantizar cierta estabilidad en las entidades bancarias. Este veto, no obstante, deja vía libre al capital foráneo.

"No es solo que la mayoría de fondos de capital riesgo extranjeros no tengan estas limitaciones, es que hay algunos de ellos están especializados en el sector financiero", agrega Álvarez-Ude. En España, esta prohibición solo afecta a los vehículos de capital riesgo supervisados, según la Ley 25-2005. Por ahora, los fondos no tienen la obligación de someterse a la CNMV, pero los que no aceptan estarlo pierden las importantes ventajas fiscales que hacen un negocio del capital riesgo. "Su objetivo es entrar en una empresa, bien que tenga problemas o que se está desarrollando, reflotarla y luego vender su participación a mayor precio", explica Alfonso Reina, del bufete Cuatrecasas. De esas plusvalías que obtienen en la operación, solo el 1% está sujeto al impuesto de sociedades.

El veto, aún así, tiene excepciones. Los fondos supervisados tienen un coeficiente obligatorio de inversión, al menos el 60% de sus recursos, que destinar a su actividad prioritaria, explican los expertos de Dutilh. Hasta el 40% restante, sin embargo, es de libre disposición. Esta parte podría destinarse a invertir en las cajas, pero igualmente, no disfrutaría de ventajas tributarias.

"Los activos financieros están fuera del paraguas de la exención fiscal. Por eso, en la práctica, los fondos españoles no vamos a invertir en las cajas", expone José Tomás Moliner, vicepresidente de Ascri, la patronal del sector. "Pero a los fondos sí pueden interesarles las carteras industriales. Algunas cajas tienen activos no estratégicos en empresas no cotizadas. Están encantadas de negociar su venta al capital riesgo", añade Moliner.

La cifra

1% de las plusvalías obtenidas por un fondo de capital riesgo al vender su participación en una empresa es la única parte que tributa.

Las firmas de EE UU buscan precios bajos y cuota de poder

"Los gestores de cajas buscan inversores que no les hagan perder el control de las mismas, y que entren con un compromiso de permanencia", explican desde la Confederación de Cajas de Ahorros (CECA). Después de todo, si las agrupaciones de cajas se quedan con menos del 50% de los bancos que constituyan, se transformarán en meras fundaciones."Algunas cajas estarán en condición de exigir esas condiciones, pero otras no. Y según nos acerquemos a septiembre deberán decidir si quieren el capital privado, o ser nacionalizadas", expone Jaime Malet, presidente de la Cámara de Comercio de EE UU en España, que media en la actualidad con algunos fondos norteamericanos interesados en entrar en las cajas. La prioridad para estos, cuenta Malet, es entrar a bajo coste y que se les conceda una cuota de poder.

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