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El sector vuelve a ser la diana de los especuladores

Cómo jugar a la lotería en la Bolsa con las inmobiliarias cotizadas

Quabit se dispara cerca de un 70% en dos sesiones, y sus rivales le siguen los pasos. Las expectativas de refinanciación planean sobre el sector y los especuladores tratan de sacar partido de las subidas.

Sin ninguna razón aparente, a lo largo de la mañana de ayer Quabit fue calentándose en Bolsa. La promotora se vio obligada a explicar ante la CNMV que no le consta ningún hecho que justifique la evolución de la cotización, aunque añadió que negocia un acuerdo de refinanciación con sus entidades financieras. Al cierre, se anotó un 52,9% y movió 22,3 millones de acciones, un 266% superior a su media de los últimos seis meses. Hoy, incluso, ha superado esta marca, con 46,9 millones de títulos.

La escalada de Quabit ha continuado hoy, con un 10%, y esta mañana le seguían algunos de sus competidores, como Reyal Urbis, Cleop, Urbas o Colonial, con subidas que llegaron a rozar el 8%. Si bien, al cierre las subidas se tornaron en pérdidas, ante la coyuntura general de la Bolsa. "Todo el sector se dispara al menor rumor. Es cierto que las refinanciaciones son un balón de oxígeno para las compañías y sus cotizaciones son la diana de los operadores de corto plazo", explica Juan José Fernández-Figares, director de análisis de Link Securities. La posibilidad de ganar (y mucho dinero) existe, como constata Quabit, pero el riesgo es máximo. Jugar a la lotería o al casino es similar.

Quabit, antigua Afirma y previamente Astroc, se centra en el negocio promotor, el más dañado por la crisis: en el primer trimestre esta área de negocio generó el 91% de sus ingresos. Ya ha refinanciado sus créditos en varias ocasiones desde que estalló la crisis y sus condiciones actuales contemplan comenzar a pagar intereses a partir de 2012 y el principal, a partir de diciembre de ese mismo año. La deuda financiera neta de Quabit se situaba a cierre de marzo en 1.459 millones de euros. Pero el mercado descuenta otra nueva reformulación del crédito, que incluya liquidez fresca. La compañía, desde luego, lo está intentando.

Hay que recordar que las pérdidas van comiéndose la caja y las compañías necesitan dinero para seguir abiertas. Los gastos operativos fijos son cuantiosos. En el caso de Quabit, por ejemplo, solo los gastos de personal y otros costes de explotación ascendieron a unos 6,4 millones en el primer trimestre del año. Dicho esto, hay una excepción en el sector: Realia, con un peso muy elevado de los ingresos por patrimonio.

"Mucho cuidado, porque estos movimientos son cíclicos, ya ocurrió algo similar a comienzos de año, cuando se dispararon todos los valores del sector. La subida es cuestión de unos días y se nota mucho, pero la caída es un goteo de varias sesiones y pasa desapercibida", explica un analista especializado en el sector que prefiere no ser identificado.

En el verano de 2007, Martinsa Fadesa sembró el pánico al declarar la primera gran suspensión de pagos del sector. La onda sísmica se expandió por el resto del sector y obligó a reflejar pérdidas millonarias a los bancos que le habían prestado dinero. "No se han atrevido a hacerlo, las entidades financieras prefieren refinanciar, con tal de no tener que comerse el muerto, aunque los bancos extranjeros son los más reacios a dar luz verde a los acuerdos", explican fuentes financieras.

El reducido free float, capital que cotiza libremente en Bolsa, también contribuye a explicar los disparatados movimientos del sector. El de Quabit es de poco más del 20%, de forma que la presión compradora o vendedora sobre la cotización es máxima.

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