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Medel quiere beneficios contables que ayuden a asumir los saneamientos adicionales

El Gobierno presiona para que Unicaja cierre ya la fusión con Caja España-Duero

Las desavenencias entre Unicaja y Caja España-Duero empiezan a desvanecerse. El Gobierno ha presionado para que la caja andaluza siga adelante con el proyecto. Su presidente, Braulio Medel, negocia para obtener beneficios contables con los que afrontar los fuertes saneamientos que impone la reforma financiera. La solución se espera para esta misma semana.

Miguel Moreno Mendieta

El distanciamiento entre Unicaja y Caja España-Duero va camino de solucionarse. Las dos entidades acordaron su fusión hace más de 11 meses, pero las nuevas exigencias de provisiones que impone la reforma financiera han llevado al presidente de la primera a frenar la operación y buscar una revisión de los términos del acuerdo.

En las últimas semanas el mercado daba por rota la absorción de la caja castellanoleonesa por parte de la malagueña (Unicaja controlaría el 70% del nuevo grupo). Medel habría reclamado ante el Banco de España la obtención de ayudas para poder asumir el impacto de 638 millones que la reforma tendrá sobre Caja España-Duero.

Sin embargo, para el Gobierno es prioritario que la reforma produzca nuevas fusiones -en lugar de congelar o desbaratar las que ya estaban en marcha-, por lo que ha presionado a Medel para que siga adelante con la operación y no busque nuevas alianzas.

Ante la insistencia del Ministerio de Economía y del Banco de España, Unicaja ha asumido que debe sacar adelante el proyecto, aunque su presidente sigue buscando fórmulas para amortiguar los saneamientos que exige la reforma financiera. La caja andaluza ha reconocido que la nueva normativa le supone un impacto de 691 millones de euros, mientras que Caja España-Duero ha explicado que tendrá que provisionar 638 millones de euros, además de reforzar su capital en 502 millones de euros.

El real decreto recoge algunas ventajas para las entidades que se fusionen, como es la posibilidad de contar con un periodo de dos años para realizar los saneamientos (frente al plazo genérico de un año). No obstante, Medel considera que aún con esta facilidad, la absorción de Caja España-Duero y el cumplimiento con la normativa podrían poner en tela de juicio la viabilidad del proyecto. "Un alpinista que rescata a otro tiene que estar muy bien asegurado", explican de forma gráfica fuentes financieras. "Si no es así, existe el peligro de que los dos se caigan por el precipicio".

Descartada la posibilidad de que Unicaja pueda beneficiarse de un esquema de protección de activos (EPA), como ha ocurrido en el caso de entidades intervenidas y posteriormente subastadas (CCM, Cajasur, CAM o, recientemente, Unnim), Medel está intentando conseguir algún tipo de facilidad contable adicional que permita digerir los nuevos saneamientos.

En las negociaciones con el Banco de España también ha surgido la posibilidad de convertir las participaciones preferentes con las que el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) inyectó 525 millones de euros en Caja España Duero en 2010, en obligaciones contingentes convertibles, conocidos como cocos. La reforma prevé la posibilidad de que el fondo suscriba este tipo de títulos, que pueden ser computado como capital de máxima calidad.

¿Nuevas alianzas? No, gracias

En el caso de que Unicaja rompiera con Caja España-Duero, la primera debería buscar una adquisición exprés y la segunda se vería abocada una intervención por parte del Banco de España, lo que supondría un frenazo en la velocidad que exige el Gobierno a la segunda oleada de fusiones. Una de las alternativas que podría plantearse la caja andaluza es entrar en la puja de Banco de Valencia, que empezará a subastarse a partir de esta semana, pero fuentes financieras descartan que vaya optar por esta salida. "La prioridad sigue siendo sacar adelante la fusión con Caja España-Duero", explican.

La solución se espera para esta misma semana, ya que el Gobierno ha marcado como fecha límite el 31 de marzo para conocer los planes de todas las entidades.

Cifras de la alianza

La entidad resultante de la absorción de Caja España-Duero por parte de Unicaja tendría un volumen de activos de 80.000 millones de euros y un volumen de negocio cercano a los 122.000, lo que facilitaría su capacidad para buscar financiación mayorista.

No habrá nuevos repartos de poder

Una de las posibilidades que llegó a plantearse para que Unicaja aceptara seguir adelante con la fusión es revisar el reparto de poder en el grupo resultante. El acuerdo inicial otorgaba a la caja andaluza el 70% de las acciones del banco conjunto que se creará, a pesar de contar con un tamaño en volumen de activos algo inferior a Caja España-Duero.Desde Castilla y León se había aceptado la posibilidad de ceder algo más de cuota de poder (que tiene su reflejo en los órganos de gobierno), pero desde Unicaja se ha descartado esta posibilidad porque no resuelve el problema principal que plantean los nuevos saneamientos exigidos para los activos inmobiliarios: la viabilidad de nuevo proyecto financiero. Además, un nuevo reparto de poder obligaría a la convocatoria de nuevas asambleas por parte de las dos cajas de ahorros originales.

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Sobre la firma

Miguel Moreno Mendieta
(Madrid, 1979) es licenciado en Derecho y Economía por la Universidad Carlos III. También cursó el Máster de Periodismo de El País. Se incorporó al periódico Cinco Días en 2006, tras pasar por la web de El País y Mi cartera de Inversión. Escribe sobre el sector financiero, con un foco especial en fondos de inversión y los seguros.

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