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Hacia un nuevo orden financiero

La fortaleza del yen, la nueva amenaza para los mercados clave

La fuerte apreciación desde el verano preocupa por el impacto financiero.

Los movimientos bruscos en el mercado de divisas no gustan. Generan inestabilidad y alejan a los inversores. Por eso, el carrerón alcista del yen, acelerado por la cualidad refugio que ha adoptado la divisa en los momentos de máxima aversión al riesgo, disgusta. El G-7 ya se ha encargado de expresar su 'preocupación' por la 'excesiva volatilidad del yen y sus posibles implicaciones negativas para la estabilidad económica y financiera'. El problema es que los factores detrás de su fuerte trayectoria persisten.

Poco importa para muchos expertos la leve corrección que vivió ayer el yen -inferior al 1% frente al euro y dólar- ante la expectativa de que el Banco de Japón recorte hoy los tipos de interés en 25 puntos básicos hasta el 0,25%. A mediados de junio cotizaba a 123,8 yenes por dólar frente a los 97,46 de ayer, lo que implica que aún acumula una subida del 25%. Frente a la divisa europea esta revalorización es aún superior, ronda el 30% desde los 169 yenes por euro de mediados de julio a los 125.

¿A que se debe una trayectoria alcista tan brusca? Los expertos señalan varios motivos y, aunque uno de los que más escuchados recientemente es el asociado al cierre de posiciones de carry trade, no es el único. Esta operativa consiste en pedir dinero prestado en una divisa con bajos tipos de interés como el yen para después comprar activos a tipos más elevados. 'La expectativa de que los tipos de interés comiencen a converger a nivel mundial ha quitado atractivo a pedir dinero prestado en yenes', explica Stuart Frost, de Threadneedle.

La repatriación de capitales acelera la subida

La amenaza de recesión global hace prever bajadas de tipos de interés en todo el mundo, una tendencia que resta atractivo a pedir prestado en yenes para invertir en otros países que también se van a ver forzados a bajar los tipos. Algo ya de por sí difícil en un contexto de contracción crediticia como el actual.

Al mismo tiempo, la reciente volatilidad del mercado ha obligado a muchos inversores institucionales, hambrientos de liquidez, a deshacer este tipo de estrategias, lo que les ha forzado a devolver los préstamos en yenes, acelerando aún más la apreciación de la divisa. 'El desapalancamiento es clave pero no infinito y probablemente la mayor brusquedad del movimiento ya la hemos visto', explica Pablo Guijarro, de AFI. El problema es que nadie sabe exactamente cuántas inversiones apalancadas se han realizado en yenes y preocupa que aún queden más ventas en el tintero.

Precisamente, la concesión de préstamos en yenes ha acentuado la debilidad de la divisa japonesa más allá de la lógica. 'En los últimos cinco años ha sufrido una depreciación continua respecto a las 10 divisas más líquidas y hoy sigue siendo la más infravalorada', explica Ruben Grau, de Deutsche Bank.

Esta infravaloración y la situación de aversión al riesgo extrema que se vive en el mercado son factores que han acelerado su rebote y hacen prever que se mantenga fuerte. El yen ha adoptado una cualidad refugio, algo que también ha beneficiado al yuan y al dólar en los momentos de más nerviosismo. 'En momentos como el actual el mercado tiende a favorecer las divisas con superávit comercial y Japón lo tiene', añade Grau. 'Ha habido muchos flujos de inversión que han vuelto a Japón. Incluso de inversores domésticos que habían invertido fuera buscando mayores rentabilidades. En tiempos volátiles el yen tiende a comportarse como un activo refugio. Los tipos están ya muy bajos. Pero cualquier debilidad del yen será temporal. Está por ver es si el gobierno interviene', comenta Richard Carter, gestor de West LB Mellon.

La corrección del yen esta semana, un 4% frente al euro y un 6% frente al dólar, se achaca en buena medida a una esperada bajada de tipos de interés por parte del Banco de Japón hoy. Una medida que pese a no ser muy relevante para la economía sí ayudaría a mandar un mensaje de confianza al mercado, según los expertos. En cualquier caso, la mayoría cree que la tendencia de la divisa es alcista. Su infravaloración, el déficit comercial del país, la cualidad refugio que adquiere en momentos de volatilidad y la reducción de la salida de capital del país juegan a su favor. Una mala noticia si los movimientos son muy bruscos por la desconfianza que genera entre los inversores. Está por ver si el gobierno interviene.

Malas noticias para las exportadoras y la economía

El Nikkei ha recuperado un 26% en tres días ayudado por la depreciación del yen en las últimas sesiones. La economía japonesa es muy dependiente de las exportaciones -suponen alrededor del 20% del PIB- por lo que al país no le conviene una divisa fuerte y el mercado agradece que retroceda.Una apreciación excesiva del yen disminuye las exportaciones japonesas y aumenta el atractivo de las importaciones, una combinación que genera deflación. 'En definitiva una mala noticia para un consumo interno ya de por sí débil', según explica José Manuel Villamor, de A&G.Los movimientos drásticos del yen preocupan a nivel global porque generan desconfianza y retraen las decisiones de inversión. Algo que afecta a todo tipo de economías a nivel empresarial.Los expertos prevén que por ahora la fortaleza del yen sea más susceptible de generar problemas en el terreno financiero que en el económico.

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