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Fondos

El éxito de los ETF

Las entradas netas de dinero superaron los 13.000 millones de euros en el tercer trimestre.

En un escenario donde prácticamente todos los instrumentos de los mercados financieros como acciones, bonos, fondos de inversión y hedge han sufrido, uno consigue elevar la cabeza: los fondos cotizados o ETF (Exchange Traded Funds). En lo que va de año, los ETF han disfrutado de suscripciones netas de dinero por parte de los inversores. Eso es algo que sus primos, los fondos de inversión tradicionales no cotizados, deben estar viendo con una mezcla de envidia e incredulidad. En su último informe trimestral Lipper estima que las entradas netas de dinero en el mercado europeo de ETF se elevó a más de 13.000 millones de euros durante el tercer trimestre. Los activos bajo gestión también subieron más de un 5% hasta superar los 106.000 millones, a pesar de unas condiciones de comportamiento de los mercados desfavorable.

Las buenas noticias para este segmento no terminan ahí ya que el ritmo de lanzamientos de nuevos fondos cotizados no decayó y 72 nuevos productos fueron lanzados durante el trimestre. Finalmente, los volúmenes de negociación en importe disfrutaron de un ligero incremento de algo más del 2% con respecto al trimestre anterior, aproximándose a los 28.000 millones. Los datos en EE UU no son muy diferentes y las previsiones de algunos de los principales expertos en este segmento es que en los próximos años se batan récords de activos bajo gestión y negociación.

Los ETF son como un fondo, en cuanto a que están compuestos por una cartera de valores en la que se puede invertir de manera colectiva junto con otros inversores. Su particularidad es que buscan de replicar un índice, soportan unas comisiones de gestión reducidas y cotizan en Bolsa como una acción, por lo que en principio se puede entrar y salir en cualquier momento durante el día.

La cuestión que se les planteará a muchos es si esto significa entonces que hay una tendencia en el mercado hacia la gestión pasiva, que busca replicar los índices, y por tanto a no tomar decisiones de inversión activas. De hecho, algunos vienen anunciando desde hace tiempo que el futuro de la gestión de activos podría residir en una estrategia combinada de inversión pasiva a través de ETF e inversión activa a través de fondos hedge, dejando los fondos de inversión de gestión activa en un segundo plano.

En mi opinión esta tendencia no está clara ya que no hay evidencia de que los fondos índice, fondos de inversión tradicionales que buscan replicar un índice, hayan estado disfrutando este año de suscripciones. En Europa, los datos indican que sufren reembolsos como el resto de fondos de inversión. Esto vendría a indicar que posiblemente la pujanza observada por los fondos cotizados esta más relacionada con las ventajas que el producto ofrece en sí.

Así, las turbulentas circunstancias de los mercados han podido beneficiar a este producto como alternativa a numerosos otros productos como swaps, certificados y notas donde puede existir riesgo de contrapartida, una de las expresiones malditas de la crisis actual. En efecto, los ETF en general disfrutan de una transparencia en su cartera (bastantes fondos cotizados tienen en su cartera simplemente los valores constituyentes del índice que buscan replicar), una liquidez y una falta de riesgo de contraparte que los hace especialmente atractivos. De hecho, se constata como la demanda de ETF que se limitan a poseer los valores en cartera del índice se ha incrementado.

Otra de las ventajas obvias para el inversor institucional (el principal consumidor de ETF) es la liquidez, en un entorno tan volátil como el actual. La posibilidad de poder tomar exposiciones a mercados, sectores o tipos de activo enteros de manera ágil y deshacerlas con la misma rapidez es un plus que muchos están aprovechando.

Finalmente, la proliferación de productos que van desde los que permiten ponerse bajistas sobre los índices, es decir ganar en la misma medida si el índice baja, o apalancarse y así multiplicar por dos la posible plusvalía del índice subyacente ha contribuido a su difusión.

Sin embargo, aunque es un producto muy interesante hay que puntualizar que no es oro todo lo que reluce. Los diferenciales entre el precio de compra y venta del ETF y de estos con respecto al índice que persiguen replicar puede ser bastante elevado. Este diferencial suele ser creciente contra menor sea la liquidez del ETF, mayor la volatilidad del subyacente o mayores sean las diferencias horarias entre el fondo y el índice o diferencias de divisa. El inversor profesional debe de analizar estos factores.

Juan Manuel Vicente es director de análisis de Lipper

Análisis. Batiendo a los índices

Habitualmente, los ETF toman como referencia para medir el comportamiento de las inversiones, los índices de mercado más ampliamente difundidos.Estos índices no suelen incluir el pago de los dividendos que realizan las compañías en su precio.Por ello, es habitual y debería esperase que ETF líquidos con muy bajas comisiones superen la rentabilidad de estos índices.De hecho, en sectores donde no hay gestores de fondos tradicionales capaces de batir los índices, los ETF están en los primeros puestos del ranking.

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