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Bruselas pide explicaciones por escrito al Gobierno de Berlusconi y retiene los préstamos de Grecia

El Eurogrupo exige a Roma y Atenas que concreten el calendario de los ajustes fiscales

Los ministros de Economía de la zona euro (Eurogrupo) redoblaron ayer la presión sobre Italia y Grecia para que concreten el calendario y alcance de las medidas de ajuste pendientes. A falta de esos detalles, Bruselas se resiste a liberar los 8.000 millones de euros de la próxima entrega del rescate de Atenas.

Por primera vez desde el comienzo de la crisis de la deuda soberana, el Eurogrupo, reunido ayer en Bruselas, analizó casi en paralelo la situación de Grecia e Italia. Hasta ahora, el país de Silvio Berlusconi compartía con España el grupo de pacientes agrupados bajo la etiqueta de "países que sufren tensiones en el mercado". Pero tras las sacudidas del mes de octubre y el empeoramiento de la salud del bono italiano, Roma se encuentra en una unidad de cuidados intensivos mucho más próxima a la de Atenas, Dublín y Lisboa que a la de Madrid.

El comisario europeo de Asuntos Económicos, Olli Rehn, atribuyó la relativa salud de España al seguimiento de las recetas cursadas por Bruselas. "España ha seguido las recomendaciones en gran medida y no ha salido tan mal parada en los mercados financieros a pesar de la gran incidencia que ha tenido la crisis en su empleo y su economía", señaló el comisario durante una comparecencia ante el Parlamento Europeo, antes de asistir al Eurogrupo.

Aunque más de un economista duda de la calidad del tratamiento administrado por la Comisión Europea y el FMI, los dos organismos redoblaron ayer la presión para que Roma y Atenas emulen la disciplina mostrada por el Gobierno de Rodríguez Zapatero.

Bruselas no da con la fórmula para multiplicar la capacidad de financiación del fondo de rescate

"Esperamos que el ministro italiano de Economía, Giullio Tremonti, nos detalle cómo y cuando piensa aplicar las medidas de ajuste anunciadas", señaló un portavoz de la Comisión Europea.

Bruselas ha enviado al gobierno de Berlusconi un cuestionario sobre el calendario y el impacto fiscal de cada una de esas medidas, para comprobar la viabilidad de los objetivos fiscales marcados, que exigen a Roma situar el déficit público por debajo del 3% del PIB nacional a finales de 2012 (desde el 4,6% en 2010) y frenar una deuda pública cercana al 120% del PIB.

Esta misma semana, está prevista la llegada a Roma de un equipo de funcionarios de la CE para verificar la situación presupuestaria y el avance de las reformas estructurales en áreas como pensiones, mercado laboral o sistema judicial. La vigilancia se endurecerá a final de mes con la llegada de otro equipo de funcionarios del FMI.

Ambas inspecciones intentarán calmar las crecientes dudas del mercado sobre la sostenibilidad de la deuda italiana, tras el peligroso repunte de la prima de riesgo que sufrió ayer (llego a rozar los 500 puntos básicos de diferencia con el bono alemán). Roma ya soporta un servicio de la deuda que ronda el 5% frente al 2,2% de España o el 2,6% de Francia, por lo que unos intereses por encima del 6% podrían colocar a Italia al borde de un rescate que Bruselas quiere evitar a toda costa.

Sin fondos suficientes

La caída de Italia en estos momentos sorprendería al fondo de rescate de la zona euro o Facilidad Europea de Estabilidad Financiera (FEEF) con poco más de 270.000 millones de euros disponibles para un país cuya deuda supera los 1,7 billones de euros. El Eurogrupo continuó anoche con los preparativos técnicos para multiplicar por cuatro o por cinco esa capacidad de financiación, pero la reticencia de los países emergentes a invertir en el fondo europeo ha puesto en duda la consecución de ese objetivo.

La zona euro pretende ofrecer a esos países (China, Rusia o Brasil, en particular) un instrumento de inversión avalado por la FEEF y con prioridad sobre ella a la hora del reembolso. Pero durante la cumbre del G-20 en Cannes de la pasada semana, los emergentes declinaron la oferta y supeditaron su contribución a la intermediación del FMI y a la concesión de más cuota de poder en ese organismo. La directora-gerente del FMI, Christine Lagarde, que ha iniciado una gira por los emergentes, se topó ayer con la misa respuesta en Moscú.

La falta de capital exterior disponible parece haber enfriado las prisas de la zona euro por apalancar el fondo. La pasada semana, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, y la canciller alemana, Angela Merkel, anunciaron en Cannes su intención de acelerar la reforma del fondo para captar más recursos. Fuentes diplomáticas indicaron ayer que "aceleración solo significa cumplir el calendario previsto", es decir, que la ampliación del fondo no se pactará hasta finales de mes, como muy pronto.

Pendientes de Grecia

El Eurogrupo de ayer también dedicó buena parte de su reunión a la situación de Grecia. El ministro de Finanzas de ese país, Evangelos Venizelos, se reunió previamente con el presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, y con el comisario Rehn, para intentar zanjar las dudas surgidas tras el frustrado anuncio de un referéndum en Grecia sobre el plan de ajuste.

Las explicaciones de Venizelos buscaban facilitar el desembolso del sexto tramo de ayuda de la primera operación de rescate, 8.000 millones de euros que Atenas necesita para llegar a finales de año. Pero varias delegaciones, con Francia a la cabeza, se resisten a liberar esas ayudas mientras no se conozca el compromiso del nuevo gobierno con las medidas de ajuste exigidas a cambio de los préstamos.

Al cierre de esta edición, continuaban las negociaciones en Atenas sobre la formación de un gobierno de concentración nacional entre los dos principales partidos (los socialistas del Pasok y los conservadores de Nueva Democracia) con la probable salida del actual primer ministro, Yorgos Papandreu.

El nuevo Gobierno debería aprobar el presupuesto para 2012, así como las medidas de ajuste previstas en el segundo rescate, valorado en 130.000 millones de euros.

Por otra parte, Bruselas también confirmó ayer el inicio de una nueva misión de control en Portugal, en el marco de su operación de rescate

El fondo de rescate vuelve a emitir

La normalidad está muy lejos de haber regresado al mercado de capitales pero el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (EFSF por sus siglas en inglés) ha decidido retomar la emisión de 3.000 millones de euros que tuvo que suspender el miércoles pasado, cuando la posibilidad de un referéndum en Grecia sobre el segundo plan de rescate disparó todas las alarmas en la zona euro. La amenaza griega quedó por el momento desactivada y ha dado paso a un nuevo gobierno de coalición que será el encargado de comprometerse con la puesta en marcha de las reformas requeridas por Bruselas y el FMI a cambio de las ayudas.Aun así, la desconfianza de los mercados persiste y se agrava, a la vista del caos político no solo en Grecia, sino también en Italia, y del fracaso cosechado en la cumbre del G-20, en la que la zona euro no consiguió el compromiso de los países emergentes de invertir en el fondo de rescate europeo, que debe asumir la titánica tarea de servir de cortafuegos ante el peligroso contagio que emana desde Grecia. Y con todos estos elementos en contra, el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera cerró una colocación de 3.000 millones de euros, con vencimiento en febrero de 2022 y un diferencial de 104 puntos básicos sobre el índice swap de referencia. Fuentes del propio fondo de rescate apuntaron que la demanda alcanzó los 2.000 millones de euros solo en la primera hora de colocación, que estuvo dirigida por Barclays Capital, Crédit Agricole y JP Morgan Chase. El fondo, que quedó constituido en junio de 2010, ya había emitido 13.000 millones de euros con las tres colocaciones que ya realizó este año, según datos recopilados por Bloomberg.La reciente emisión de 3.000 millones de euros está destinada al plan de rescate de Irlanda.Su dotación inicial es de 440.000 millones de euros, de los que ya se han consumido más de la mitad. Y el objetivo de la zona euro es elevar su capacidad de actuación hasta el billón de euros sin necesidad de garantías adicionales por parte de los países miembros, para lo que se había confiado en la aportación de los países emergentes. Su negativa a invertir directamente en el fondo deja ahora en el aire el nuevo diseño planteado en la cumbre del pasado 26 de octubre.

Lucas Papademos

La caída de Yorgos Papandreu obliga a Grecia a buscar un nuevo primer ministro que lidere el Gobierno de coalición con la misión de encarrilar en los próximos 100 días las medidas de ajuste y evitar la quiebra del país. Ayer las quinielas situaba entre los favoritos a Lucas Papademos, ex vicepresidente del BCE. Otras fuentes apuntaban que Nueva Democracia, el partido de la oposición, apoyaría que el ministro de Economía socialista, Evangelos Venizelos, ocupe el cargo.

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