El diferencial de Irlanda iguala al de Grecia antes del rescate

La desconfianza del mercado hacia Irlanda y Portugal no decae. Las dudas sobre la capacidad de ambos países de poner sus finanzas públicas en orden continúa desatando ventas en la deuda. La rentabilidad del bono irlandés a 10 años alcanzó el 7,3% ayer, un nivel nunca visto, mientras que el interés de la deuda portuguesa cerró al 6,22%.

La prima de riesgo de Irlanda se ha multiplicado por dos desde principios de agosto y ayer se situó en los 483,49 puntos básicos, un nivel nunca visto y muy similar al diferencial de Grecia el 20 de abril, justo antes de que el 3 de mayo la UE pactara junto al FMI un plan de rescate para el país valorado en 110.000 millones. Días después el diferencial griego se disparó hasta 965 puntos básicos y hoy ronda los 833.

A la espera de que el gobierno irlandés anuncie un nuevo plan de recorte de gastos dentro de dos semanas, el mercado continúa dando la espalda a la deuda, lo que disparó la prima de riesgo a pesar de que en el mercado ayer se comentaba que el BCE compró deuda irlandesa, algo que no confirmó. Las dudas sobre la capacidad de maniobra del país, que ha reconocido que necesita acometer recortes adicionales por 15.000 millones, y la inquietud que suscita la salud del sector financiero mantienen a los inversores alejados. Y es que sanear el sector puede suponer un coste total de 50.000 millones de euros, casi un tercio del PIB. Temores que también se reflejan en la deuda a corto plazo, con la rentabilidad del bono a dos años en el 4,27% ayer, igual al 4,28% del 10 años español.

Portugal, por otra parte, también sigue generando recelos. El acuerdo alcanzado el pasado fin de semana entre el gobierno y la oposición para sacar adelante los presupuestos no logró ayer tranquilizar a los inversores. Así, la prima de riesgo del país se situó en los 375,4 puntos básicos, un nivel, con todo, inferior al máximo de 426 de finales de septiembre.

El acuerdo alcanzado la semana pasada por la UE para prolongar indefinidamente el mecanismo de rescate para ayudar a países con posibles problemas también está perjudicando a la deuda de ciertos países, según explican algunos expertos, pues si la reforma sale adelante como exige Alemania los rescates también contemplarán reestructuraciones de deuda. De hecho, la canciller alemana, Angela Merkel, reiteró ayer la exigencia de que los inversores ayuden a pagar en rescates futuros. "Lo estableceremos de modo que los contribuyentes no queden enganchados", dijo ayer Merkel tras un discurso en Bélgica. "Los inversores privados también tienen que hacer un aporte".

Un informe de Moody's publicado esta semana en el que insistía en que una carga elevada de deuda no es una condición necesaria, ni suficiente para que un país incumpla sus compromisos, tampoco logró calmar a los mercados.