La City, un tesoro que vale el 11,2% de los impuestos

Es bueno o malo para la City londinenses el veto de Reino Unido al pacto sobre disciplina fiscal alcanzado en Bruselas el pasado viernes? Salvaguardar los intereses del sector financiero, industria que representa el 10% del PIB, fue precisamente la justificación del primer ministro británico, David Cameron. En el corazón financiero de Europa la decisión genera preocupación. Se temen las consecuencias de un aislamiento británico por el impacto que pueda tener en la regulación de la industria y se ven con preocupación las lagunas del plan de salvamento del euro acordado por los líderes europeos. Y es que al final el sector ve su destino unido al de una Europa fuerte.

"La mayoría de la población apoya la postura tomada por Cameron pero en la City la opinión no es tan clara. Se aprecia el hecho de que se quieran defender los negocios pero también se teme que una ruptura con la Unión Europea afecte negativamente", comenta Silvio Peruzzo, economista de Royal Bank of Scotland.

En la City no gusta ver al Reino Unido aislado por la importancia que tiene la legislación que prepara la Unión Europea encaminada a regular el sistema financiero. En el momento actual hay 49 directivas comunitarias en marcha o bajo discusión que afectan directamente al negocio de la City y ninguna está diseñada para favorecer los servicios financieros, según el think tank independiente Openeurope.

Reino Unido se juega mucho. La industria de servicios financieros supone el 10% del PIB y un 11,2% de la recaudación fiscal del país. En el ejercicio fiscal 2009-2010 el sector generó tributos por 45.254 millones de euros. La City representa el 36% de la industria financiera de la Unión Europea y Londres es responsable del 60% de las transacciones financieras internacionales de los veintisiete. Pese a ello, para 2014 Reino Unido solo contará con el 10% de los votos en el Parlamento Europeo.

"La City teme que la zona euro apruebe una nueva regulación que suponga una desventaja para Londres pero también hay miedo a que el acuerdo propuesto no salve al euro", explica John Gieve, consejero de Man GLG y ex vice gobernador del Banco de Inglaterra.

Los directivos británicos son muy conscientes de que si el euro cae, tanto la economía británica como su sistema financiero sufrirían, por lo que el futuro de la City también se ve ligado al destino de la zona euro. La patronal de la banca inglesa, sin ir más lejos, afirmó ayer que es vital para Reino Unido mantener unas fuertes alianzas dentro de la Unión Europea.

Reino Unido quiere independencia para exigir los niveles de capital a la banca, mantener la sede de la Autoridad Bancaria Europea en Londres y presionar para que otras propuestas regulatorias se suavicen. Las medidas a debate que preocupan a la industria británica son la implementación de una tasa a las transacciones financieras, la prohibición las ventas a corto o la propuesta del BCE para que las transacciones de productos financieros denominados en euros se liquiden en cámaras de contrapartida central de la zona euro en vez de en Londres. Se estima que un impuesto a las transacciones financieras sería el más perjudicial para los intereses británicos puesto que podría generar unos 57.000 millones de euros al año en la UE de los cuales entre el 62% y el 72% vendrían de Reino Unido, con el impacto que ello supondría para el sector financiero y la recaudación del Estado. El otro gran temor es que la cámara de contrapartida LCH.Clearnet se tuviera que trasladar a Fráncfort.