CaixaBank culmina el examen de las cuentas de Cívica y afronta su compra

El examen pormenorizado de las cuentas de Banca Cívica que CaixaBank ha llevado a cabo en las últimas semanas concluyó ayer. El meticuloso proceso de due diligence, en el que la entidad catalana ha analizado el balance de la fusión de cajas crédito a crédito, sede a sede, supone el paso previo a la adquisición de la entidad. Una operación que CaixaBank someterá esta tarde a la valoración de su consejo de administración, que deberá dar su visto bueno para que el proceso siga adelante.

El anuncio oficial de la absorción debería producirse también de forma inminente para cumplir con el calendario establecido por el Gobierno. En concreto, la confirmación tendría que llegar antes del sábado de la próxima semana, pues el 31 de marzo es la fecha límite impuesta por el Ministerio de Economía para presentar los planes de saneamiento de activos inmobiliarios que impone la reforma financiera.

Este breve horizonte temporal inquieta especialmente a Banca Cívica, que espera fundamentar su programa de provisiones sobre el acuerdo de una fusión, lo que incrementaría de uno a dos años el plazo para cumplir con las nuevas exigencias. La unión de cajas que copresiden Antonio Pulido (Cajasol) y Enrique Goñi (Caja Navarra) debe costear la consecución de 783 millones de capital adicional y un aumento en las provisiones inmobiliarias de 1.248 millones de euros.

Aunque en un principio no quedó claro el grado de detalle que debían recoger los planes, fuentes del entorno de Cívica dan por sentado que aunque la letra pequeña de la operación corporativa no tendrá que quedar clarificada hasta mayo, la entidad sí deberá ponerle apellidos a su pareja de baile si quiere basar su plan de saneamiento en una fusión ante el Banco de España.

Este organismo, a su vez, deberá valorar las pretensiones de CaixaBank de que la absorción de Cívica disfrute del mismo esquema de ayudas públicas que se le ha concedido a Unicaja para hacerse con Caja España Duero. La unión de cajas castellanas podrá conservar los 525 millones de euros que en su día le inyectó el FROB, y recibirá, además, 425 millones más en obligaciones contingentes convertibles (cocos) para limpiar su carga inmobiliaria antes de traspasar todos sus activos a Unicaja Banco. Esta entidad, a su vez, tendrá a su disposición una línea de crédito adicional de entre 375 y 1.025 millones. Igualar este programa para sanear Banca Cívica supondría mantener los 977 millones que ya dio el FROB y sumarles otros 800 millones.

Prospere o no el plan de ayudas públicas, la apuesta del presidente de La Caixa, Isidro Fainé, por Cívica convertiría a la entidad catalana en la primera del territorio español. En concreto, los 72.000 millones de euros de Cívica elevarían el volumen de activos de CaixaBank a 343.000 millones, situándola por encima de BBVA, pese a la adquisición de Unnim, o de Banco Santander. La nueva entidad también se convertiría en líder por volumen de depósitos en el país, en los que alcanzaría unos 179.000 millones de euros.

Reducción del 25% de la red

Ambas entidades, por otra parte, sumarían 6.590 sucursales. "CaixaBank tendría que enfrentarse sin demora al sobredimensionamiento de su red minorista", advierte la consultora financiera Cumbria, que da por hecha la operación y estima que el nuevo banco tendría que prescindir de entre el 20% y el 25% de sus oficinas. La principal ventaja es que Cívica apenas posee sucursales en Cataluña, región en la que CaixaBank despliega su mayor red. Los mayores solapamientos regionales se producirían en Canarias o Andalucía, mientras que el grupo controlaría el 80% del mercado navarro.