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Crisis en la zona euro

El BCE baja tipos pero renuncia a sofocar la tensión en la deuda soberana

El BCE bajó ayer los tipos de interés de la zona euro al mínimo histórico del 0,75% pero evitó anunciar nuevas medidas capaces de sofocar el incendio de la deuda soberana, una misión que delega en los líderes europeos. Su postura, replegada a la versión más ortodoxa de la institución, tensó de nuevo a los mercados. La prima de riesgo española se disparó a 539 puntos y el Ibex cayó el 2,99%.

Nada de golpes de efecto. El BCE cerró ayer la puerta a la posibilidad de impulsar medidas adicionales y extraordinarias, como la compra de deuda o las megainyecciones de liquidez, para aliviar la tensión en la deuda soberana en un momento que vuelve a ser crítico para la eurozona. La autoridad monetaria se ciñó al guion más ortodoxo de su política monetaria. Como se esperaba, y en la única decisión que sí se plegó a la expectativa del mercado, el BCE recortó en 0,25 puntos porcentuales tres tipos de interés: la tasa principal de financiación, que cae al mínimo histórico del 0,75% y supondrá un ahorro anual de 2.500 millones a los bancos que participaron en las dos subastas de LTRO, por las que la entidad inyectó un billón de euros en el sistema financiero; la tasa marginal de crédito -la ventanilla de emergencia del banco-, que cae al 1,5%, y el tipo de depósito, que cae al 0%. Las entidades del Eurosistema tienen depositado en el BCE unos 800.000 millones de euros. Es dinero que, en lugar de ir a financiar la actividad económica o a engrasar el mercado interbancario, se queda durmiendo. Hasta ahora, estaba remunerado al 0,25%, pero a partir del próximo 11 de julio, ni siquiera eso. Sobre la posibilidad de aplicar medidas "no convencionales" que dieran un nuevo impulso al mercado, Draghi fue inflexible.

"No hemos discutido medidas no convencionales", aseguró el presidente del BCE en la rueda de prensa posterior al encuentro. "Siempre hemos dicho que las medidas no convencionales son temporales y que no nos queremos comprometer sobre acciones futuras", insistió el italiano. Draghi recordó además que en algunos países "la transmisión del crédito fluye con normalidad" y citó expresamente a Francia; mientras que el problema se centra en "países específicos", aunque ahí prefirió no poner nombres y apellidos. El presidente del BCE sí citó a Irlanda como un país "que ha hecho un esfuerzo extraordinario" y cuyo regreso a los mercados "es un factor que contribuye a aliviar la tensión".

Los expertos sugieren que esta reacción era previsible. "¿Qué sentido tiene hacer otra LTRO cuando no estamos ante un problema de liquidez? El problema es que los colaterales no se aceptan. Es un problema de crédito y eso se resuelve tomando medidas sobre los balances de bancos y Estados", reconoce Félix González, de Capitalia Familiar.

Alcance limitado sobre el crédito

El propio Draghi admitió que la rebaja de tipos tendrá un alcance "limitado" en la economía. El BCE insiste en la idea de que la política monetaria convencional es efectiva solo en tiempos normales y recordó que en la actualidad no hay demanda de crédito, lo que supone asumir el escaso alcance que tendrá el abaratamiento del dinero. Draghi además mostró sus dudas ante la posibilidad de que el dinero de los bancos en depósito en el BCE llegue a la economía real.

Y sobre las posibilidades de que las medidas del BCE conduzcan a una reanimar el crédito a corto plazo, los expertos son completamente escépticos. "La reactivación del crédito va a estar muy complicada, incluso aunque los tipos cayesen a cero. Para que el crédito se reanime faltan por lo menos dos años", valora David Galán, de Bolsa General. "Es necesario que se saneen los bancos, que se venda el suelo, las participaciones... Todas las medidas del BCE, unidas a las que se están tomando a nivel comunitario, son positivas. Pero no pensemos ahora que Europa se va a volcar en los países periféricos, o que se va reactivar el crédito a corto plazo", expone Galán.

Gonzalo Lardiés, gestor de fondos de BPA, también considera que "hace falta mucho tiempo" para que el crédito se pueda normalizar. Lardiés insiste, sin embargo, en que tampoco debe ser ese el papel de la autoridad monetaria.

En cualquier caso, el banco central ya ha dejado claro que el programa de compra de bonos periféricos, en el que ha invertido 210.500 millones de euros, no se reactivará, después de cuatro meses congelado. Serán los mecanismos de rescate de la UE los que tomen el relevo de las compras de bonos.

Caídas en las Bolsas

Draghi aseguró que la rebaja de tipos viene motivada por "el debilitamiento de la economía observado en toda Europa", no solo en los países con problemas, como España e Italia. Esta constatación, unida a la ausencia de medidas extraordinarias, desencadenó un desplome inmediato del euro. La moneda única pasó en cuestión de minutos de 1,253 a niveles de 1,2375, aunque luego subió a 1,239. La pérdida del soporte de 1,24 dólares sitúa a la divisa comunitaria en los niveles más bajos desde junio de 2010. El Ibex puso punto final a su reciente racha alcista y sufrió una caída del 2,99%. El índice perdió los 7.000 puntos y cerró en 6.954,2.

Pero el elemento más inquietante, reflejo de la apatía del BCE por sofocar el incendio de la deuda, fue el avance de la prima de riesgo, que repuntó 43 puntos, dando al traste con los síntomas de mejoría experimentados recientemente, y alcanzó los 539 puntos. La rentabilidad exigida al bono español se situó en el 6,776%, mientras que el rendimiento del bund alemán cayó al 1,38%.

Italia también se vio perjudicada por esta mayor percepción de riesgo. Milán cayó un 2,03%, mientras que la prima de riesgo se elevó 28 puntos, hasta los 459 puntos. La percepción generalizada del mercado es que la situación se está deteriorando con rapidez en todo el mundo. China anunció ayer una rebaja de 31 puntos básicos en los tipos de referencia, hasta el 6%, y el Banco de Inglaterra anunció que inyectará 50.000 millones de libras (casi 70.000 millones de euros) en el sistema financiero mediante la compra de bonos.

Los mensajes de Mario Draghi

 

Revisión del uso de los colaterales

Hasta el momento, el BCE ha aceptado como colateral sin hacer ascos todo tipo de deuda como garantía para conceder liquidez ilimitada a los bancos europeos. Sin embargo, Draghi insistió ayer en que tal liquidez está a disposición de los bancos solventes y abrió la puerta a una revisión de los colaterales que acepta la institución. Esta misma semana la institución anunció en un comunicado que revisaría su política en relación a la aceptación de deuda emitida con aval estatal. La concesión de liquidez ilimitada ha sido una constante del BCE durante toda la crisis, hasta el punto de que en ningún momento se cerró el grifo, ni siquiera a la banca griega.

Dudas sobre el efecto para activar el crédito

El presidente del BCE se mostró resignado ante el efecto que la rebaja de tipos anunciada ayer pueda tener a la hora de reactivar la economía real. Afirmó que el recorte, que deja el precio del dinero en la zona euro en mínimos históricos, tendrá un efecto "limitado" y argumentó para ello que la demanda de crédito sigue siendo débil. Así, defendió como principal motivo para decidir la rebaja de tipos la ausencia de presiones inflacionistas. También mostró sus dudas sobre el uso que darán los bancos a los más de 800.000 millones que tienen depositados en el BCE, ahora que no tendrán remuneración. "Es difícil prever qué harán", señaló.

Rechazo a nuevas medidas excepcionales

Ni compras de deuda ni reactivación del programa de subastas millonarias a tres años, que inundaron el mercado con un billón de euros hace meses. Draghi afirmó que el consejo del BCE ni siquiera debatió la adopción de medidas extraordinarias en ese sentido, con lo que la institución se pliega a su labor prioritaria de defensa de la estabilidad de precios. El presidente del BCE defendió que las subastas de liquidez a tres años, el programa conocido como LTRO por sus siglas en inglés, sirvió para contener la salida de capitales de la zona euro, pero advirtió que su efectividad es limitada a la vista de que "la zona euro está fragmentada".

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