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A fondo

'Banco malo', un traje a la medida de Bankia

Una parte de las entidades financieras y del mercado consideran que las actuales dotaciones para sanear los activos inmobiliarios por 52.000 millones de euros, de las que 35.000 millones son provisiones, son insuficientes. Uno de los principales problemas es el suelo que almacena la banca en sus balances, con Bankia a la cabeza. Ante ello, el sector financiero ha vuelto a abrir el debate sobre la creación por parte del Gobierno de un banco malo solo para el suelo. Las suspicacias de Bruselas hacia la banca española, a la que le pide que acelere sus reformas, y a las vías que España negocia con Europa para ayudar al sector han empujado al Ejecutivo y a la banca a abrir nuevamente el debate sobre la creación de un banco malo solo para el suelo.

Los recelos de la CE llegan hasta tal punto, señalan varias fuentes bancarias, que Bruselas ha comenzado a dudar si considerar ayudas públicas con implicación en las cuentas del Estado incluso un préstamo del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) al Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) y al revés.

Ante esta urgencia de poner este año punto y final a la reforma financiera, y más que eso, a devolver la confianza del mercado en la banca española, el Gobierno ha vuelto a escuchar una vieja reivindicación del sector. Crear un banco malo. Un alto ejecutivo bancario asegura que este proyecto "nunca estuvo muerto, solo aplazado hasta que se terminara la consolidación financiera".

El sector financiero español tiene aún varios frentes abiertos para finalizar su reestructuración. Antes del 24 de abril el Banco de España dirá a cada entidad si los planes que ha presentado para sanear sus balances, entre los que se encuentra la posibilidad de fusionarse para alargar el proceso de dotaciones, los aprueba o no. Y será antes del 30 de mayo cuando las entidades que hayan optado por una fusión detallen exhaustivamente su plan para mejorar su viabilidad.

Gran parte del sector, analistas y el mercado en general, consideran que la reforma financiera pasa por la reestructuración de Bankia. Incluso, hay varias voces significativas que aseguran que Bankia "necesita una solución de Estado".

Su gran problema: su elevada exposición inmobiliaria y, sobre todo, su importante cartera de suelo adjudicado. BFA, la matriz de Bankia, cuenta con casi 5.000 millones en suelo.

El grupo que preside Rodrigo Rato se defiende y afirma que es el único grupo que ha finalizado su reestructuración de oficinas y personal, y ha conseguido subir su core capital al 10,6% con la venta de activos no estratégicos, canje de preferentes en acciones, desapalancándose y reduciendo sus gastos.

Cree que las críticas pretenden minar su imagen y desbancar a uno de los mayores competidores.

El fin de esta reforma financiera es conseguir un sector bancario fuerte, sin fisuras, que pueda volver a hacer fluir el crédito hacia la economía real, como defiende el Gobierno, y abaratar el precio de las viviendas, sobrevalorado con el boom inmobiliario.

La banca, mientras, asegura que el crédito no fluye porque no hay demanda solvente. "Nuestro principal negocio es dar créditos y queremos darlos, pero no hay demanda. Las empresas no nos piden nuevo crédito, y las familias tampoco. Se están bajando los precios de la vivienda y pese a ello prácticamente nadie las compra", se queja un director general financiero de una entidad mediana.

En paralelo, la banca tiene abierto otro frente. Cómo financiar su reestructuración y, sobre todo, las subastas de entidades intervenidas como Banco de Valencia, Catalunya Caixa o Novagalicia. Cálculos del sector aseguran que se necesitan unos 20.000 millones de euros para su saneamiento, ya que todas las anteriores pujas han contado con ayudas a través de un esquema de protección de activos (EPA) para proteger de posibles pérdidas futuras. El FGD no llega a cubrir tan siquiera la puja de Banco de Valencia.

Ante este panorama, la opción de crear un banco malo para el suelo se ha convertido nuevamente en una vía a tener en cuenta y una posible solución de Estado. "Y sería una buena solución para Bankia, su más ferviente defensor, pero no el único", señala un destacado ejecutivo del sector. La constitución de este instrumento estaba lista a finales de año, pero a última hora se frenó. El secretario de Estado de Economía, Fernando Jiménez Latorre, explicó en una entrevista con CincoDías que esta vía era más costosa que la aprobada con la reforma financiera.

El principal opositor al banco malo es Emilio Botín. Ahora varias firmas vuelven a la carga. Argumentan que, pese a las fuertes provisiones que se están realizando, el suelo no tendrá salida.

La banca cuenta con unos 30.000 millones de euros en suelo adjudicado que prácticamente no se ha movido en los últimos años. La idea de crear entre todas las entidades con suelo un banco se produciría, no obstante, después de finalizar la consolidación del sector, es decir, en junio. "Sería como una cooperativa que contaría con aval del Estado". Eso sí, no se llamaría banco malo, sino "desconsolidación del suelo", explican fuentes del sector.

Otro argumento que utiliza la banca para defender la creación de este banco malo es que el Estado ya ha puesto medidas similares para otros sectores, como la creación de las ayudas a los proveedores con las facturas de ayuntamientos y otras Administraciones públicas.

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