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Bajó un exiguo 4,5% entre julio y agosto

La banca española mantiene su cartera de deuda pública pese a las turbulencias

Pese al recrudecimiento de la crisis de deuda pública durante los últimos meses, los bancos españoles apenas han reducido su exposición a bonos soberanos. Acumulaban un total de 180.000 millones a finales de agosto, según cifras del BCE

Ni el miedo a la bancarrota griega, ni al contagio, ni a las dichosas quitas. La banca española sigue confiando en el vapuleado mercado de deuda pública. Apenas han modificado su exposición a la deuda soberana, como tampoco lo han hecho las entidades europeas. Según datos del BCE, la cartera de bonos soberanos de la banca se ha reducido sólo en un 4,5% en los dos últimos meses contabilizados, julio y agosto. Durante el primer semestre del año (rescate portugués mediante) no paró de aumentar hasta alcanzar en junio la cifra récord de 190.000 millones de euros. La banca europea ha seguido un parecido recorrido. Entre julio y agosto, aligeró sus balances de papel público un escueto 9%.

Los ataques del mercado a España e Italia encendieron todas las alarmas en la zona euro a comienzos de agosto. Su deuda se vendía a granel y los diferenciales de sus títulos a diez años con el bono alemán, valor refugio por antonomasia, se ensachaban hasta cotas disaparatadas, superando los 400 puntos.

En menos de dos meses el segundo gran plan para enmendar el descosido del Viejo Continente quedaba en papel mojado. La quita acordada entonces para los acreedores de Grecia (21%) se revelaba insuficiente. Las órdenes de venta se desbocaban. Los bonos italianos y españoles a diez años cotizaban en el mercado secundario con unos descuentos del 11% y el 6% respectivamente. Sólo la visible mano del BCE encauzó la situación. Volvía la calma al retomar la compra de paquetes de títulos soberanos interrumpida en marzo. Ya son más de 100.000 millones, gastados fundamentalmente en deuda española e italiana.

Paradójicamente, mientras el emisor europeo acumulaba en su cesto deuda sospechosa, las entidades financieras no soltaban lastre. El caso de la banca italiana es paradigmático. Durante el asfixiante mes de agosto su cotización se hundió un 15% debido a su exposición al riesgo país transalpino. Sin embargo, los bancos no solo no disminuyeron su cartera, sino que la aumentaron un 5% durante el verano.

El mercado de deuda pública se revalorizó como negocio durante el ecuador de la crisis financiera. Las facilidades de liquidez llevadas a cabo por el BCE en 2009 fueron aprovechadas por los astutos bancos. Adquirían dinero barato (a menos del 1% en aquellos tiempos) de las subastas del BCE para luego entrar en bonos soberanos, con un interés de más del 3%. Pese al encarecimiento del precio del dinero (1,5%, durante los meses de verano) y las inceritudumbres en la renta fija, perece que el conocido como carry trade sigue convenciendo a las entidades financieras.

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