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Informe de la comisión de estudio

La banca británica deberá separar las operaciones de inversión y minorista

Los bancos británicos tendrá que separar sus operaciones de banca de inversión y minorista para mejorar su estabilidad financiera antes de 2019, según la Comisión independiente para la banca (ICB).

En un informe, la ICB dispuso que los bancos deberán establecer un "anillo de protección" en torno a su negocio comercial (cuentas corrientes y de ahorro, hipotecas, etc), que se gestionará de forma independiente a otras actividades más arriesgadas.

La ICB cifra en una horquilla de entre 4.000 y 7.000 millones de libras anuales (4.650 y 8.140 millones de euros) el coste de la reestructuración.

Los autores del documento subrayan que esta separación estructural facilitaría y haría menos costosa la liquidación de las entidades en problemas, permitiendo un proceso ordenado de resolución en el que se determinarían qué negocios podrían continuar y cómo.

El Gobierno debe decidir ahora cómo y cuándo aplicará las recomendaciones de la comisión, que aconseja que la reforma debería completarse antes de 2019, en línea con los acuerdos de Basilea III.

El ministro de Economía, George Osborne, calificó hoy el documento de "impresionante" y dijo que es "un paso importante hacia un nuevo sistema bancario que apoya los préstamos a las empresas y a las familias, la economía y el empleo, pero no cuesta millones de libras al contribuyente cuando las cosas van mal".

Otra recomendación de la comisión es que los bancos minoristas y cajas de ahorros tengan unas reservas de capital de calidad para afrontar posibles pérdidas de al menos el 10 %.

Además, los grandes grupos bancarios tendrán que tener un fondo de capital primario de entre el 17 y el 20 % para hacer frente a posibles números rojos.

La intención de estas medidas -asegurar la capitalización de los bancos y la independencia de sus negocios más y menos arriesgados- es minimizar el riesgo de que, en caso de circunstancias adversas, el Estado británico tenga que volver a intervenir para rescatar a las entidades.

En una concesión hacia los bancos, que, como el HSBC o el Royal Bank of Scotland, se oponían a la idea de dividir sus operaciones, estos podrán decidir si incluyen dentro del "anillo de protección" -que se aplica sobre la rama comercial- las cuentas de ahorro y préstamos a las grandes corporaciones.

En contra de lo esperado, la Comisión no recomendó que el parcialmente nacionalizado Lloyds Banking Group, que absorbió al HBOS durante la crisis, venda más que las 632 sucursales que le ha impuesto la Unión Europea, pero sí dijo que esas oficinas deberían quedar en manos de un solo banco que se erigiría como su principal competidor en tamaño.

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