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Crisis en la Unión Monetaria

El ataque, cada día más violento

El efecto del anuncio de las condiciones del rescate irlandés y el acuerdo de la zona euro sobre eventuales rescates a partir de 2013 duró horas. Bastó una mala subasta de deuda italiana para despertar los demonios del mercado. La prima de riesgo española se disparó hasta los 266 puntos básicos y el Ibex se hundió un 2,33%. La desconfianza se trasladó también a Italia y Bélgica.

El comisario de Asuntos Económicos, Olli Rehn
El comisario de Asuntos Económicos, Olli RehnREUTERS

La desconfianza de los mercados sobre el futuro de la zona euro dio ayer un peligroso salto cualitativo. Los inversores no solo obviaron el acuerdo de la UE que pretendía calmar a los mercados sobre cómo se orquestarán eventuales rescates a partir de 2013. Además, extendieron los ataques más allá de Portugal y España, situando en el radar la deuda de Italia y Bélgica. Pero el mal de muchos no es ningún consuelo; la situación de España en los mercados atraviesa sus horas más críticas, con la deuda a 10 años en el 5,427% y la prima de riesgo en 266 puntos, 24 más que a cierre del viernes. El euro, entre cada vez más dudas sobre su futuro, cotizaba a 1,3 dólares.

La Bolsa también pagó los platos rotos. El Ibex 35 bajó un 2,33% en una sesión negra para casi todos los mercados europeos. El Euro Stoxx 50 perdió un 2,45%, y las Bolsas de Italia, Francia, Alemania y Reino Unido bajaron más del 2%. Wall Street retomó la actividad tras el puente de Acción de Gracias con nuevas caídas. El Dow Jones mantuvo los 11.000 puntos pese a retroceder el 0,36%. El S&P 500 bajó el 0,14% y el Nasdaq, el 0,37%.

Eso, a pesar de que el día arrancó bien. El domingo los ministros de finanzas de la UE, además de concretar el plan de rescate a Irlanda, pactaban que las eventuales quitas de deuda pública para países con problemas financieros se estudiarán "caso por caso", y se establecía que las nuevas emisiones de deuda soberana incluirán cláusulas que faciliten renegociaciones o reestructuraciones de esos activos. Una "clarificación necesaria", en palabras de Jean-Claude Trichet, que permitió que las Bolsas subiesen y bajasen las primas de riesgo. Algunos analistas señalaban a primera hora de la mañana que estas decisiones deberían calmar las aguas en los mercados, muy agitadas últimamente al hilo de la insistencia alemana en que los inversores en deuda carguen con futuros rescates cuando expire el mecanismo actual de ayuda, en 2013.

Una débil subasta de bonos del Tesoro italiano desató la tormenta en los mercados

Así fue hasta las 10.30 horas. Entonces Italia subastó 7.000 millones de deuda a tres, siete y 11 años, con tipos de interés al alza -hasta el 2,86% a tres años- y unos débiles ratios de cobertura, inferiores en las tres subastas a las 1,38 veces. Fue la excusa perfecta para la tormenta perfecta. La ira del mercado fue desatada, y la prima de riesgo empezó a escalar en vertical. El bono español a 10 años cotizaba al 5,19% a las 10.30 horas, según Bloomberg, y había llegado al 5,33% hora y media después. Similar comportamiento registró el bono italiano, cuya prima de riesgo está en 189 puntos, y belga (115). Las Bolsas cambiaron las ganancias por las pérdidas. Y eso solo era el principio.

La apertura de Wall Street agravó la situación, profundizando en las caídas en la Bolsa y en la subida de las rentabilidades. Hasta 272 puntos marcó el diferencial del bono español con el alemán. Por la tarde, Austria anunciaba la anulación de una subasta de deuda pública programada para el 7 de diciembre. El Tesoro español, por el contrario, anunció los objetivos de emisión de este jueves. Colocará entre 1.750 y 2.750 millones de euros en bonos a tres años. Una cantidad inferior a las últimas operaciones a este plazo, que han oscilado entre 3.000 y 4.000 millones de euros. Economía ya anunció el viernes que reduciría las emisiones de aquí a fin de año al tener las necesidades de financiación cubiertas. Antes de eso, la Comisión Europea había puesto en duda los objetivos de crecimiento y de reducción del déficit público del Gobierno español, por el efecto de los planes de austeridad sobre el PIB. Algo que, paradójicamente podría llevar a más recortes.

En los plazos cortos de la deuda, el ataque fue igual de virulento. La deuda española a cinco años cotiza al 4,73%, más o menos el tipo al que cotizaba el bono a 10 años hace una semana. La deuda a este plazo cotiza al 93% de su valor nominal, es decir, se compra por 93 un bono por el que en 2015 el inversor, además de haber cobrado el cupón anualmente, recibirá 100 a vencimiento.

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