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El Gobierno ampliará el plazo para vender su participación en el grupo BFA más allá de los tres años que actualmente fija la ley

La aparición de la nueva Bankia abre la recta final de la reforma financiera

La inyección de 19.000 millones en Bankia supone la creación de los cimientos sobre los que se completará la reforma financiera en España, iniciada hace tres años. El Gobierno quiere con este fuerte respaldo zanjar el debate sobre la credibilidad del sector. Para tener menos presión a la hora de salir del capital del grupo, prevé aumentar el plazo legal para vender la participación pública, fijado ahora en tres años.

La aparición de la nueva Bankia abre la recta final de la reforma financiera
La aparición de la nueva Bankia abre la recta final de la reforma financieraEFE

El futuro de Bankia es el futuro de la banca española y, con él, el futuro del país. La inyección histórica de fondos para sanear la entidad -19.000 millones de euros, que se aportarán con la emisión de deuda pública- vinculan irremisiblemente el destino del grupo financiero, capitaneado ahora por José Ignacio Goirigolzarri, con el del Gobierno de Mariano Rajoy.

De la capacidad del nuevo equipo gestor (renovado tanto en su dirección como en sus órganos de gogierno), para reflotar y poner en valor la entidad financiera, dependerá mucho la credibilidad del conjunto de la economía española.

Tras el anuncio el pasado viernes de que Bankia-BFA solicitará 19.000 millones de euros al Gobierno para sanearse (que se suman a los 4.465 millones de euros ya recibidos), el debate político ha empezado a subir de decibelios. El líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha exigido que los anteriores gestores comparezcan en el Parlamento para dar explicaciones de lo ocurrido, mientras que el ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, pedía ayer que se espere "al momento oportuno" para abrir esa investigación.

Economía tiene como referencia la operación de rescate de Royal Bank diseñada por Londres

La tormenta política que se avecina será intensa -incluido el cuestionamiento del papel desempeñado por el Banco de España-, pero nada comparable con las implicaciones financieras que el rescate de Bankia van a tener para las cuentas públicas del Gobierno español.

La solución que el Ministerio de Economía está barajando para conseguir los 19.000 millones de euros que recibirá Bankia es que el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), o tal vez el Tesoro, emitan deuda pública, que recibiría la matriz del grupo, Banco Financiero y de Ahorros. A su vez, BFA podría descontar estos títulos respaldados por el Estado en el Banco Central Europeo (BCE) para obtener efectivo.

Esta operación financiera tiene muchas implicaciones. En primer lugar, está por ver si desde Bruselas se acepta esta solución, que implica que el BCE sea quien finalmente acabe poniendo el dinero para que Bankia-BFA sanee su balance. En segundo lugar, es más que probable que la operación conlleve, además de un aumento de la deuda pública del 1,9%, un aumento del déficit, en un momento en el que todas las Administraciones del Estado están librando una batalla sin cuartel para recortar gastos y cumplir así con el exigente nivel de déficit público impuesto por la Unión Europea (3% del PIB para 2013, frente al 8,9% de 2011).

Desde Economía reconocen que habrá un impacto en el déficit, "aunque será manejable". El importe total se conocerá cuando el FROB termine de valorar los activos de BFA. Este Fondo va a encargar varias tasaciones independientes para establecer a cuánto equivale el dinero aportado a la entidad financiera. Las minusvalías que afloren en esta valoración y que no puedan ser compensadas con el patrimonio del grupo, serán computadas como déficit público.

La decisión de que el FROB o el Tesoro aporten directamente deuda a Bankia no es definitiva, y dependerá de si en las próximas semanas se rebajan las tensiones en los mercados para que alguna de estas dos instituciones pueda emitir con un coste financiero significativamente inferior al actual.

El presidente ejecutivo del Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, compareció el sábado por la mañana en rueda de prensa para dar explicaciones del drástico programa de saneamientos del grupo, centrado especialmente en el deterioro de su cartera de crédito y activos inmobiliarios. También dio explicaciones a los analistas que siguen la cotización bursátil de Bankia.

Goirigolzarri quiso dejar claro que el dinero recibido no es un préstamo, sino capital "y la obligación de una compañía cuando recibe capital, sea de quien sea, no es devolver dicho capital, sino ser capaz de generar valor y ofrecer rentabilidad a esa aportación. Esa es la prioridad del nuevo equipo gestor de Bankia, hacer una gestión eficiente, austera y transparente que genere valor".

La única forma que tendrá el Estado para recuperar los fondos aportados a Bankia será la venta del grupo a inversores privados. La legislación actual prevé un plazo máximo de tres años para que el FROB salga del capital de las entidades nacionalizadas, pero el Gobierno ya está trabajando para modificar esa normativa. El objetivo es retirar o ampliar sustancialmente el límite temporal, de modo que el Estado no tenga presión para vender su participación en Bankia y sufra minusvalías.

Uno de los casos que se están tomando como referencia en Economía para gestionar el rescate de Bankia es lo sucedido en Reino Unido con la nacionalización de Royal Bank of Scotland y el grupo Lloyds. En el primer caso, el Tesoro británico se hizo con el control del 84% de la entidad, que en ese momento era el primer banco minorista del país, tras desembolsar 25.205 millones de euros, una cantidad muy similar a la que recibirá Bankia. La operación se inició en 2008, y desde entonces el Gobierno británico no ha podido salir del capital.

Al igual que ocurrió en Reino Unido, en España el Gobierno ya ha sugerido que podría tener que mantenerse en el accionariado de las entidades que actualmente controla (Bankia, junto con CatalunyaCaixa y Novagalicia), con lo que se formaría un grupo de banca pública que controlaría el 20% del mercado.

El grupo aflora 10.000 millones de crédito tóxico a promotores

Los fuertes saneamientos impulsados por José Ignacio Goirigolzarri y su equipo para Bankia han aflorado 10.000 millones de euros de créditos tóxicos para promotores. Así lo explicó el presidente del grupo en la presentación a analistas, realizada el sábado por la mañana. Tras revisar en profundidad el balance de la entidad financiera, acordaron "reclasificar" 14.000 millones de euros de créditos sanos (sin ningún tipo de retraso en los pagos) a crédito subestándar (aquellos activos en los que existe una probabilidad de no poder llegar a ser recuperados). De esa cantidad, 10.000 millones se corresponden con créditos a promotores.Esta reclasificación tiene un impacto directo en la cuenta de resultados de la entidad, puesto que las coberturas exigidas para los créditos subestándar son superiores que las impuestas por la reforma De Guindos para crédito inmobiliario sano. En concreto, el grupo se anotó una pérdida de 300 millones por esta reclasificación. Además, los nuevos gestores del grupo han revisado con lupa los préstamos que Bankia había refinanciado. Aunque el Banco de España había dado el visto bueno a la cartera de este tipo de activos, hacía pocas semanas, Goirigolzarri y su equipo han decidido aplicar el máximo rigor y se han apuntado pérdidas por 900 millones de euros por estas refinanciaciones.También han sido muy estricto con la valoración de los activos inmobiliarios que acumula Bankia, apuntando por el deterioro de los mismo 1.800 millones de pérdidas.

En defensa de Rato

El nuevo presidente del grupo Bankia-BFA, José Ignacio Goirigolzarri, trató el sábado de salvar la reputación de su predecesor en el cargo, Rodrigo Rato, y de los integrantes del consejo de administración de Bankia, que el viernes presentaron en bloque su dimisión. Al ser preguntado por cómo valoraba la gestión realizada por Rato, Goirigolzarri aseguró que este se hizo cargo de las riendas de grupo "en un entorno regulatorio tremendamente convulso, con una situación macroeconómica muy desafiante y con la dificultad de tener que integrar siete cajas de ahorros y sacar adelante la salida a Bolsa". Goirigolzarri también se refirió al consejo saliente de Bankia, para asegurar que les había dado las gracias por haber actuado con una gran responsabilidad.

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