El Tesoro vende bonos a cinco años a precios similares a enero

Una de las señales que indica la menor tensión en los mercados de deuda es que, en las últimas subastas, el Tesoro no ha apurado las colocaciones. Ayer preveía vender entre 3.000 y 4.000 millones y, aunque había demanda por 5.450 millones, optó por colocar sólo 3.300. Al no estar tan apremiado para captar liquidez, de este modo contribuye a contener los costes de financiación de la deuda; ayer el tipo de interés medio fue del 2,964%, frente al 3,657% de julio, una de las mayores bajadas del año. Además, el nivel al que se vendió deuda es prácticamente el mismo al que se colocaron bonos a este mismo plazo en enero y marzo, entre el 2,8% y el 2,9%.

En la misma línea, el diferencial entre el bono español a 10 años y el alemán siguió moderándose ayer. El tipo de la deuda española bajaba hasta rozar el 4% -cerró en el 4,01%- mientras el bund alemán a 10 años cotizaba al cierre en el 2,28%. De este modo, el diferencial o prima de riesgo se reducía a 173 puntos básicos, cuando en la sesión del martes había repuntado a 193. Al igual que en las últimas jornadas, la deuda española fue la de mejor comportamiento en la zona euro en la sesión. Con todo, el diferencial sigue en niveles altos debido al fuerte descenso experimentado por el tipo del bono alemán.

Por lo demás, la sesión bursátil transcurrió sin demasiados sobresaltos. Fue una jornada de transición entre la espectacular subida del miércoles, en la que el Ibex se apuntó un 3,51% al calor del buen dato de pedidos manufactureros en Estados Unidos, y la no menos relevante jornada de hoy, en la que el Departamento de Trabajo estadounidense publicará el esperado dato de empleo de agosto. La cifra es uno de los mejores termómetros para medir la magnitud del enfriamiento económico de dicho país, enfriamiento que provocó la vuelta del Ibex al entorno de los 10.000 puntos. El consenso de los expertos recopilado por Bloomberg anticipa una destrucción de 103.000 puestos de trabajo.

Así, el Ibex cerró la sesión con una caída mínima del 0,07% que dejó el índice en los 10.537,6 puntos. No tuvo demasiado impacto la reunión del BCE, en la medida en que el mercado ya esperaba que el banco prolongase hasta 2011 la barra libre de liquidez para las entidades financieras. También el aumento de las previsiones de crecimiento de la zona euro pasó sin pena ni gloria por las Bolsas. Los grandes valores cerraron con movimientos de poco calado, el volumen de negocio fue bajo pero no tanto como en agosto y los mercados europeos cerraron con pocos cambios. En EE UU, el Dow subió el 0,49% y el S&P, el 0,91%.