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Lunes de los Fondos

Navegando por los ETF

Los fondos cotizados ofrecen ciertas ventajas al inversor, pero no es oro todo lo que reluce

Así se podría titular la aventura ante la que se encuentran los inversores españoles tras la avalancha de registros de ETF (o fondos cotizados según la terminología adoptada en España) que han tenido lugar en la CNMV. La esperada reforma del reglamento de fondos, que permite la comercialización de ETF con formato Sicav en España, ha supuesto que un buen número de entidades líderes dentro de este segmento de producto finalmente puedan ofrecer sus ETF al inversor minorista. Lipper contabiliza ya más de 200 fondos cotizados registrados.

Así, gestoras como las de Blackrock y Deutsche Bank podrán ofrecer sus amplísimas gamas de fondos cotizados iShares y db x-trackers dentro del entorno de cercanía y bajo coste de transacción que representa la Bolsa de Madrid. Claro está, que si uno de los resultados de estos listados bursátiles múltiples es que los diferenciales aumentan con respecto a los registrados por estos mismos ETF en otras Bolsas extranjeras, donde tienen su listado principal, a lo peor el ahorro de costes por comisiones se verá menguado en buena medida por aquel lado. Este es sólo uno, y no el más significativo, de los múltiples puntos que han de ser comprobados si queremos obtener la máxima satisfacción y la mínima sorpresa de nuestras inversiones en ETF.

Los mensajes de marketing: posibilidad de replicar el comportamiento de casi cualquier índice bursátil y de renta fija o activos como oro y materias primas; total transparencia, rapidez de ejecución al cotizar en Bolsa y bajo coste, pueden llevar al inversor (especialmente el minorista, ya que el profesional en España ya está muy habituado a este producto) a pensar que es oro todo lo que reluce.

La realidad es que, aun siendo un producto interesante, como prueba su gran crecimiento mundial y su cada vez mayor peso en el segmento de la gestión pasiva respecto a otros productos financieros como fondos índice o futuros, no es tan sencillo como sus comercializadores en ocasiones pretenden hacer creer. A continuación realizaré un somero repaso de algunos de los principales elementos que deberían ser tenidos en cuenta y analizados antes de invertir en alguno de estos productos.

El tema de moda -y no es de extrañar tras la reciente crisis de crédito que hemos padecido- es el modo de replicar a los índices. El más sencillo y transparente es aquel en el que el gestor del ETF compra los componentes del índice en la misma proporción que éste o en su defecto, debido a la complejidad del mismo, una cesta representativa y/o futuros cotizados que le aseguran la réplica de su comportamiento. En un ejemplo cercano, sería un ETF sobre el Ibex 35 que comprara las 35 acciones de nuestro índice bursátil de referencia con los mismos pesos que éste.

Sin embargo, son muchos los ETF que replican el comportamiento de un índice a través de la compra de swaps a un bróker o banco de inversión. Mediante este tipo de contrato de intercambio el proveedor de ETF, por un precio, recibe del banco o bróker el comportamiento del índice que trata de replicar. El colateral sobre el que reposa el swap normalmente estará formado por valores que nada tienen que ver con el índice. Para complicar más las cosas hace un año aproximadamente salieron a la palestra los ETF que usan un modelo multi-swap donde son varios los bancos que compiten para proporcionar los contratos swaps. Sin entrar en detalles, existe un riesgo de que la contrapartida (el banco que proporciona el swap) pueda quebrar. Son entidades de primera línea mundial, pero todos sabemos lo que pasó con algunas de ellas en 2007 y 2008. Ante la hipotética quiebra nos queda el colateral, que si es de primera calidad puede cubrir en su totalidad el ETF. En cualquier caso, y aunque los riesgos son bajos, está claro que es necesario un análisis de las contrapartidas y el colateral usado. Sin embargo, la próxima recesión podría hacer inútil el análisis. En 2008 algún producto cotizado de materias primas en EE UU vio cómo su valor se volatilizaba, y en otros casos fueron salvados por la campana con el rescate de AIG.

Otro de los grandes temas es el coste y los diferenciales. Efectivamente, los ETF por término medio soportan comisiones de gestión que son una tercera parte que los fondos índice. Sin embargo, tienen comisiones de compraventa en Bolsa, corretajes y comisiones de custodia. Además no disfrutan de la ventaja fiscal por traspaso de los fondos por lo que para carteras de inversión estables parten con esa desventaja. Los diferenciales pueden ser un elemento significativo, en especial cuando lo que buscamos es replicar índices exóticos y lejanos, donde además la liquidez del ETF no es tan elevada. No sólo nos encontramos con diferenciales entre el precio de compra y venta, sino con diferenciales entre esos precios y los del índice, lo que puede afectar significativamente a la rentabilidad.

El efecto contango

-Contango es la razón por la que algunos productos cotizados que buscan replicar los precios de algunas materias primas proporciona menores rentabilidades que éstas. l Estos productos cotizados en realidad invierten mayoritariamente en futuros de esas materias primas como el petróleo. En estos mercados de futuros a veces el precio del contrato más lejano en el tiempo es más elevado que el del futuro más cercano. A esta situación se la denomina contango.- La renovación periódica que los gestores deben hacer de contratos que son cada vez más caros detrae rentabilidad del producto.

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