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Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Malas noticias disfrazadas de buenas

Desde los mínimos de marzo, las principales Bolsas han registrado ganancias del orden del 40%. Aparte del sobreactuado triunfalismo de la cumbre del G20 de abril, los pilares sobre los que se ha asentado esta impresionante reacción alcista son: los indicadores macroeconómicos conocidos; la publicación de resultados empresariales del primer trimestre; la evolución de la gripe porcina; y los resultados de los tests de estrés de los bancos estadounidenses. En los cuatro casos, los datos han sido mejores de lo esperado. Los indicadores macroeconómicos han revelado una moderación en el ritmo de contracción de la economía. Los resultados empresariales vienen mostrando caídas de los beneficios menores que las estimadas por los analistas. La gripe porcina ha resultado ser menos letal de lo que en principio se temía. Las conclusiones de los análisis practicados a los bancos han revelado unas necesidades adicionales de capital supuestamente no dramáticas. Estos rayos de esperanza han calentado hasta su ebullición el optimismo del mercado sobre una pronta recuperación de esta crisis. Pero lo cierto es que, aunque a un ritmo algo más suave, la actividad sigue contrayéndose. La futura evolución del virus H1N1 continúa siendo una incógnita. Con el 80% de las compañías del S&P 500 habiendo publicado ya, sus beneficios han registrado una nada despreciable caída del 35%. Tras recibir inyecciones de fondos públicos por 216.000 millones de dólares, 10 de los 19 principales bancos estadounidenses siguen necesitando, al menos, 75.000 millones más. El mercado está anticipando un pronto final de la crisis, pero una mala noticia no se convierte en buena porque haya sido menos mala de lo esperado. El riesgo de decepción vuelve a ser hoy muy elevado. Prudencia.

Félix González. Socio director general de Capitalia Familiar

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