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Crisis en la Unión Monetaria

"La Bolsa ha perdido todo el sentido lógico de valoración"

Los analistas ven exagerado pensar en un ajuste de la deuda, pero advierten del peligro de no acelerar las reformas.

La última sesión no respondió a la percepción inicial que tenían los analistas. La aprobación este fin de semana por parte de la UE del rescate a Irlanda y del nuevo mecanismo de apoyo a los países en riesgo de quiebra a partir de 2013 no tuvo el efecto deseado. Las Bolsas lejos de subir, cayeron. Al tiempo, los CDS -credit default swaps- seguros para cubrirse ante un posible impago de deuda, alcanzaron en muchos países máximo histórico como fue el caso de España. La prima de riesgo alcanzó los 266 puntos básicos, con el bono a 10 años cotizando al 5,42%. Para los expertos cada vez es más difícil calibrar qué está ocurriendo. Pero todos tienen una opinión unánime: el sinsentido de los movimientos. "Todo lo que está ocurriendo en renta fija, deriva en la Bolsa, que es más líquida y facilita la especulación. Pero las compañías no dejan de costar millones de un día para otro. La Bolsa ha perdido todo el sentido de valoración lógica", explica Alberto Roldán, responsable de análisis de Inverseguros.

Entre los analistas existe el convencimiento de que los inversores más fuertes están aprovechando las debilidades de la economía española para obtener la máxima rentabilidad. Grecia tuvo que ser rescatada por la UE y el FMI en mayo, y ahora ha sido Irlanda. Ayer, el economista estadounidense Nouriel Roubini aconsejó a Portugal que pida ayuda cuanto antes al FMI, mientras que a España se la sigue viendo como la próxima víctima. La CE acaba de decir que el Gobierno no podrá cumplir con su compromiso de reducir el déficit hasta el 6% del PIB en 2011, aunque lo sitúa en el 6,25%. "Sigue habiendo muchas dudas. Los mensajes del Ejecutivo no son contundentes; son necesarias medidas concretas", explica Jesús Sánchez Quiñones, director general de Renta 4. A su juicio, "la economía española es deficitaria en ahorro, y ésta viene del exterior, para lo que es necesario que haya confianza". La tesis de esta sociedad de valores es que "el mercado exige la aplicación de medidas adicionales que permitan generar confianza, imprescindible para seguir financiándonos en el exterior". Lo que se quiere es que las reformas estructurales se acometan lo antes posible.

La situación de debilidad en los países periféricos tiene visos de prolongarse en el tiempo. Pero hay fuertes expectativas depositadas en la reunión del BCE del próximo jueves, en el sentido de que la institución pudiera adoptar alguna determinación extraordinaria.

Los gestores de inversión quieren cerrar el año sin activos de países 'malditos' en sus carteras

A partir del 8%, reestructuración

La tensión se ha disparado a límites insospechados en el mercado de renta fija, hasta el punto de que ya se empieza a ponderar qué nivel de tipos de interés sería insostenible para las finanzas públicas. Credit Suisse opina que España puede gestionar "sin complicaciones" rentabilidades del 6,5% en los bonos a 10 años. Alberto Matellán, de Inverseguros, da algo más de margen: "El umbral para pensar una reestructuración puede situarse en el 8%". Matellán matiza, eso sí, que "a día de hoy sigue costando creer que finalmente vaya a haber una reestructuración".

El diferencial respecto a Alemania parece, pues, que tiene pocos visos de corregirse. "Es normal que los diferenciales se mantengan en niveles elevados, entre 180 y 200 puntos es algo lógico de acuerdo con los fundamentales de España y Alemania", completa el experto de Inverseguros.

"El proceso no se ha detenido. El mercado sigue dudando de que haya voluntad suficiente como para comprar toda la deuda que tienen que emitir los Estados, que no van a poder hacer otra cosa que seguir encareciendo su financiación. Irlanda ya es agua pasada y ahora se va a por el siguiente. ", expone el presidente de Mirabaud Gestión en España, Antonio Hormigos. El mercado insta a una reacción inmediata de las autoridades. "Tiene que cambiar algo para que esto no vaya a más. Si no, es un desastre para todos", afirma Daniel López de Argumedo, de Finagentes.

El calendario tampoco ayuda. Los gestores no quieren llegar a fin de año con activos de países malditos en sus carteras y deshacen posiciones. No siempre es sencillo. "Un intermediario me ha comentado que tiene bonos portugueses y no puede soltarlos porque nadie los quiere comprar", aseguraban ayer fuentes del sector. El bono portugués fue, por cierto, de los que menos sufrió ayer.

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