ING Direct lanza una cuenta corriente dirigida a autónomos

La estrategia de incremento progresivo de servicios y productos que ha llevado a cabo ING DIRECT desde su desembarco en España, en 1999, sigue adelante. Siete años después de lanzar la primera cuenta asociada a una nómina, el banco holandes ha lanzado una nueva modalidad con el objetivo captar un nuevo tipo de clientes: los autónomos.

La cuenta "sin nómina", como la ha bautizado la entidad, posee exáctamente las mismas características a la cuenta corriente de ING dirigida a trabajadores asalariados, pero tiene la particularidad de que no exige la nómina, sino solo una serie de ingresos recurrentes. De hecho, aunque el requisito principal para contartarla es contar con unos ingresos mensuales de 1.500 euros, también basta con mantener permanentemente un saldo de 2.000 euros en la cuenta.

A cambio, ING se compromete a devolver el 2% los principales recibos domésticos: luz, gas, teléfono fijo, teléfono móvil e Internet. Hay que tener en cuenta, sin embargo, qu este porcentaje se aplica sobre un máximo anual de 3.000 euros para el conjunto de las facturas, por lo que la máxima devolución posible de la que beneficiarse asciende a 60 euros.

Adicionalmente, el banco reingresa el 3% del gasto acumulado al repostar combustible o comprar en cualquier estación de servicio GALP, y un 2% en el caso de las gasolineras BP, sin límite de importe, siempre que la transacción se pague con las tarjetas VISA débito o Visa Oro de ING. Tarjetas, estas, incluida la Oro, que no tendrán coste de emisión o renovación para el cliente, pues la cuenta lleva asociadas tarjetas de débito y crédito, que permiten sacar dinero sin coste en los cajeros 4B, unos 12.000 en toda España. La cuenta sin nómina, por otra parte, no tiene comisión ninguna y permite realizar gratuitamente transacciones por toda la Unión Europea con un límite de 50.000 euros. Tampoco conlleva coste ninguno el ingreso de cheques.

El lanzamiento de este producto, que ya existe en otras entidades, supone un paso más en la estrategia de ING, que actúa afianzando clientes con servicios básicos antes de ir lanzando nuevos reclamos. Así, tras su llegada en 1999, la entidad lanzó la hipoteca naranaja en 2001, sus primeros productos de inversión, en 2003, su cuenta nómina, en 2005, los préstamos personales, en 2007 y seguros de vida, el pasado ejercicio. El banco, que fue resacatado por el Gobierno holandés tras el estallido de la crisis, cuenta con 24,2 millones de clientes, de los que 2,3 millones pertenecen a la filial española.