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Fondos & Planes

La gestión española, en entredicho

Los planes de pensiones del sistema individual arrojan una rentabilidad inferior a la obtenida en otros fondos europeos con políticas y activos equiparables.

El ahorro para la jubilación bajo la fórmula de los planes de pensiones no acaba de cuajar en España. Los expertos llevan años advirtiendo que los españoles somos más reacios que nuestros vecinos europeos a la hora de provisionar recursos para el retiro laboral.

Como causa principal, el sector apunta al exceso de confianza en el sistema público de protección. Ahora, a este lastre se podría añadir un nuevo revés para el despegue de la comercialización de los fondos: los rendimientos del sistema individual doméstico resultan "pobres", frente a los obtenidos en otros países europeos por instrumentos de inversión análogos. Así lo indican los datos facilitados a CincoDías por Lipper, la filial especializada de la firma de información general y financiera Thomson Reuters.

A tenor de ellos, el rédito alcanzado por los fondos de pensiones del sistema individual en España (la muestra es de 900, el 90% del mercado) fue menor, tanto en los últimos doce meses como a diez años, en contraste con el resultado de los fondi de pensione aperti en Italia (320) y de los stakeholder pension funds en el Reino Unido (500). Hasta en cinco categorías diferentes -renta fija en Europa, renta fija global, renta variable europea, renta variable global y mixto equilibrado global-, el saldo estuvo por debajo.

Encontrar el porqué de este particular no parece sencillo. JuanManuel Vicente, director de análisis de Lipper, argumenta que "más allá de los posibles sesgos que puedan atribuirse a la comparativa, ésta constata las deficiencias y la escasa profesionalización en la gestión de las carteras".

Promotores, a examen "Aquí, las empresas gestoras no aplican ni la atención ni los recursos necesarios a estos productos", resuelve Vicente. Y razona: "El partícipe no puede reclamar la inversión realizada en cualquier momento, tal como ocurre en los otros fondos o en los depósitos. El dinero únicamente es recuperado a partir de la jubilación, por invalidez o por fallecimiento, y eso hace que el gestor se relaje. También quienes suscriben". "Existe menos presión para ofrecer resultados, porque los errores no están penalizados. Y dentro del sector, aquel que sea honesto debe reconocerlo", zanja el director de análisis de Lipper.

"La poca cultura de la inversión lleva a una falta de exigencia. Solamente en los planes del sistema de empleo en los que la empresa corre con el riesgo hay un control", dice Gregorio Gil de Rozas, gerente de la consultora Towers Perrin. Según señala, "generalmente, una vez seleccionada la entidad gestora, no se produce una conversación retadora".

Convendría realizar un seguimiento periódico sobre el recorrido de la cartera, pero los partícipes están poco familiarizados con esta práctica. "El que las comisiones de control dentro del sistema individual fueran eliminadas hace unos años tampoco contribuye a un examen más exhaustivo", matiza Andrés Martín, director del área de inversiones de Watson Wyatt en España. Aunque "este hecho no justifica por sí mismo las sorprendentes diferencias de rentabilidad", recogidas en el cuadro de Lipper. ParaMartín, cabría todo unmosaico de factores que podrían estar influyendo.

Entre ellos, uno decisivo: el estilo de la gestión. En el Reino Unido los modos son otros. "Los fondos británicos asumen mayor riesgo", afirma el director de inversiones deWatsonWyatt en España. Sobre todo en los primeros años, cuando los partícipes son jóvenes, se adoptan exposiciones "más agresivas", que tienen como objetivo reunir un acumulado importante.Mientras, aquí, la tónica dominante es conservadora.

"La inversión está más indexada y enfocada a la zona euro. Y los valores de referencia utilizados sonmás seguros", subraya Martín. Habitualmente, estos activos solventes proporcionan unos beneficios menores. A los movimientos extremos ayuda el componente asegurador. "En Reino Unido, el 50% de los planes de pensiones actúa bajo la fórmula aseguradora. En España, este elemento se introdujo el año pasado", contrapone el experto. Asimismo, en otros países se manejan unas técnicas más avanzadas, fruto de la extensa tradición de los fondos de pensiones.

Es el caso de Holanda o de EE UU, donde, por ejemplo, "la gestión por mandatos es frecuente", asegura Juan Manuel Vicente, quien explica: "Las entidades promotoras se centran en la inversión dentro de los entornos conocidos y ceden los activos en las áreas globales a otras gestoras internacionales expertas en diferentes tipos de activos, a cambio de una comisión atractiva". Según Vicente, "en España, esto es ciencia ficción".

En parte, "porque si se quisiera trabajar por mandatos, habría un problema con las comisiones, ya que apenas quedaría margen suficiente para sumar la asignación de la gestora especializada sin exceder el límite legal". Y es que, en base a la información de Lipper, el sistema individual de pensiones sale más caro en España que en los países vecinos. Las elevadas comisiones cobradas por los promotores se convierten, así, en otro de los elementos que entorpecen los rendimientos de los planes españoles, a juicio de los analistas. "Representan cerca de un punto del diferencial", afirma Gregorio Gil de Rozas. Y lo peor: "Luego no aparecen justificadas por los resultados".

Cuando la comisión cuesta el doble

La disparidad entre las comisiones de los fondos de pensiones del sistema individual, de los fondi de pensione aperti italianos y de los stakeholder pension funds británicos perjudica gravemente a los partícipes españoles en todas las categorías observadas.El porcentaje que paga el suscriptor aquí supone casi el doble de la cota cobrada a sus vecinos y roza el máximo legal del 2,5%, establecido por el organismo regulado (2% para la entidad gestora y 0,5% para la depositaria). "No existe ninguna razón para que las comisiones no puedan ser rebajadas", se queja el director de análisis de Lipper, Juan Manuel Vicente.

Diferencias patentes para el bolsillo

Para traducir en términos prácticos el menor rendimiento de los planes españoles, Lipper contempla el caso de una aportación inicial de 30.000 euros/libras, a la que se sumarían mensualidades por importe de 300 euros/libras.Aunque se podrían matizar algunos sesgos (tipo cambiario, tipo de interés y el comportamiento de los activos domésticos), la evolución del fondo a 10 años (en función de la ganancia obtenida en cada país) es lo suficientemente reveladora como para representar "una buena fotografía", explica Vicente, quien concluye: "Teniendo en cuenta que estas inversiones se hacen ahora a 30 años, las diferencias pueden ser muy importantes".

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