Incertidumbre frente al recorte de gasto sanitario
Complejo, variable y poco predecible". Así ven desde la compañía Boehringer Ingelheim el mercado farmacéutico en España. Y es que desde 2010, mediante tres decretos, sobre la industria ha recaído el peso del recorte de gasto público en medicamentos, haciéndose replantear la estrategia del sector, incluidas las multinacionales alemanas.
"Estamos afrontando cambios en las fórmulas tradicionales de financiación, comercialización y distribución", explica Rogelio Ambrosi, director general de Merck en España, quien señala la conveniencia de negociaciones más fluidas con la Administración. "Un claro ejemplo de la necesidad de este diálogo lo sufrimos hoy en la decisión, ami entender errónea y tomada unilateralmente, que otorga prioridad en la dispensación farmacéutica al genérico frente al medicamento de marca a pesar de que ambos estén almismo precio.Una decisión que limita de manera determinante la innovación, desincentiva la inversión y nos ha obligado a revisar nuestras estructuras".
España siempre ha sido una mercado de referencia para la importante industria farmacéutica alemana. Bayer se estableció en España tempranamente, en 1899. El año pasado su facturación fue de 842millones, un 2% menos que en 2010, y emplea a 2.200 personas. "Estos datos continúan manteniendo a la región de Iberia como la cuarta más importante del grupo Bayer en Europa y la octava en el mundo", dicen desde la multinacional bávara. Después llegarían Merck (en 1924), Boehringer Ingelheim (hace 60 años) y más recientemente Grünenthal y Fresenius. "El mercado español está en un momento de decrecimiento, por eso nuestra compañía apuesta fuertemente por la innovación para compensar el decrecimiento a corto plazo y garantizar el crecimiento en el futuro", indican en Bayer.
"Queremos seguir invirtiendo en España, pero para eso necesitamos que se den las condiciones adecuadas. En este sentido, reclamamos un marco regulatorio estable y previsible" con el que recuperar el gasto de desarrollar un medicamento, señala un portavoz. "Necesitamos tener la certeza de que en el futuro podremos recuperar esa inversión a través de la comercialización de los fármacos innovadores que satisfacen necesidades médicas no cubiertas actualmente. Debemos ser conscientes de que la innovación farmacéutica del mañana se financia con el precio de los medicamentos que pagamos hoy".
Además de los recortes, los laboratorios se han visto afectados por las deudas de las comunidades autónomas. "Los impagos de las Administraciones públicas han tenido un impacto profundo y costoso en nuestra compañía. La deuda actual de la Administración contraída con Merck en España asciende al equivalente de nueve meses de facturación", se queja Ambrosi. "La situación actual nos ha llevado a implementar medidas en la compañía de reducción de plantilla, así como evaluar de forma constante la rentabilidad de nuestro negocio, con el objetivo de poder adaptarnos rápido a los cambios", apunta. De hecho, Merck aprobó un ERE hasta dejar su plantilla en 788 trabajadores. "Las matrices de muchas compañías están empezando a poner en duda la viabilidad de importantes proyectos en nuestro país. Esto nos obliga a continuar trabajando duro dentro de nuestro mercado y, a su vez, defender el valor dentro de la estrategia global de cada compañía", confiesan desde Grünenthal. La legislación ha supuesto "un importante cambio en las reglas del juego que está exigiendo un fuerte reajuste" en el sector, lamentan. Esta firma, especializada en fármacos para el dolor, se desprendió en 2011 de una planta de producción en España y en la actualidad da empleo a 268 personas, frente a los 410 empleados de 2010.
Para Boehringer, el impacto de los decretos le ha supuesto alrededor de 40millones y su facturación cayó un 9,5%, hasta los 506 millones, en 2011. "Ha sido decisivo para que recientemente anunciásemos un ERE de 118 personas".