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José Luis López-Schümmer, presidente de la Cámara de Comercio Alemana para España

"Hay que decirle a los alemanes que en España se trabaja duro"

El representante de las empresas alemanas en España asegura que las relaciones bilaterales siguen siendo "excelentes" a pesar de los tópicos que la crisis ha podido crear o acentuar en el imaginario colectivo de ambos países. También descarta que el rescate en ciernes del Tesoro español vaya a detener los proyectos de inversión de compañías teutonas en la Península.

José Luis López-Schummer, presidente de la Cámara de Comercio Alemana para España
José Luis López-Schummer, presidente de la Cámara de Comercio Alemana para EspañaPablo Monge

Pregunta. ¿Cómo marchan las relaciones entre España y Alemania?

respuesta. Las relaciones comerciales son excelentes. En una situación de crisis, el volumen es menor, pero Alemania tiene aquí unas 1.370 empresas que facturan un 7% del PIB español y que generan 300.000 puestos de trabajo directo. Es el quinto país inversor en España, con un stock acumulado de 28.700 millones de euros; el segundo destino de nuestras exportaciones y el primer origen de nuestras importaciones. La balanza comercial se ha equilibrado mucho, aunque se mantiene cierta diferencia a favor de ellos. En el primer trimestre de este año hemos importado bienes por un valor de 16.000 millones de euros y exportado mercancías por 13.000 millones. También es el segundo país que más turistas nos envía, con nueve millones de personas.

P. ¿A qué atribuye esa cierta nivelación de la balanza comercial?

"Tenemos que luchar contra imágenes falsas. Aquí a Alemania se la pone como el malo de la película cuando se trata del país más solidario de la Unión Europea"

r. España lleva tiempo haciendo un esfuerzo por ganar competitividad, sobre todo en salarios. Eso ha permitido que empresas de sectores como el del automóvil, la agricultura o los químicos aumenten sus exportaciones a Alemania, cuyo mercado interior no está en recesión y ha seguido absorbiendo parte de nuestra producción. Sin embargo, hemos importado menos porque al tener una crisis, nuestra necesidad de coches y otros bienes de consumo es menor.

P. ¿Qué representa España para el mercado alemán?

r. Para ellos somos el décimo país en inversiones y turistas. Por otra parte, las empresas españolas generan en Alemania 73.000 empleos y facturan 34.500 millones, la mitad de lo que ellas venden aquí, pero con solo 189 empresas. Eso quiere decir que la presencia española en Alemania es principalmente de grandes corporaciones como Telefónica o Santander. Las pymes tienen siempre más dificultad y en eso la Cámara Alemana juega un papel importante como asesor.

P. ¿Cuán difícil es para una empresa española implantarse en Alemania?

r. No es complicado. Cuando una empresa quiere invertir en un país, se fija en que el mercado interior sea grande para que pueda absorber parte de sus productos o servicios, que sea competitivo y que tenga una estabilidad jurídica y política. Y Alemania ofrece todo eso dentro de una Europa sin fronteras, con una moneda común y libre flujo de capitales, lo cual facilita mucho las cosas.

P. ¿Es fácil conseguir una licencia de funcionamiento?

r. Alemania no es un país que tenga excesiva burocracia. De hecho, es más bien algo de lo que los empresarios alemanes se quejan de España. Un país europeo medio publica unas 4.000 páginas de legislación al año. En España cada autonomía por separado supera ampliamente esta cifra. La regulación aquí es mayor que en Alemania, donde los extranjeros son siempre bienvenidos.

P. ¿Cómo ha cambiado con la crisis la forma en que nos vemos unos a otros?

r. Más que percepción o imagen, que siempre es muy relativo, hay que ir a los hechos. Que en septiembre nos visitara la canciller Merkel en compañía de 50 ejecutivos de las más grandes corporaciones alemanas o que este mismo mes el ministro de Economía [Philipp] Rösler viniera a interesarse por todo tipo de intercambios comerciales, demuestra que las relaciones son sólidas y van a seguir siéndolo. Tenemos que luchar contra estereotipos o imágenes falsas. Aquí se pone a Alemania como el malo de la película cuando se trata del país más solidario de la UE. Pero también hay que decirle a los alemanes que el nuestro es un país en el que se trabaja mucho y que está acometiendo reformas muy duras en poco tiempo.

P. ¿Qué piensan los empresarios alemanas de nuestros problemas de deuda y el tema del rescate?

r. No hay una visión única. Posiblemente haya tantas como empresarios. Lo que muchos pensarán es que si este rescate aporta una estabilidad, hace que bajen los tipos y mejore la liquidez de las empresas, será una buena noticia.

P. La demora en pedir el rescate, ¿tiene en suspenso inversiones?

r. Los empresarios no tomamos decisiones para lo que pueda ocurrir en los próximos dos o tres meses, lo hacemos con la percepción de futuro que tenemos para los próximos cinco o diez años. Las compañías de automoción, por ejemplo, han adjudicado a España la fabricación de la gran mayoría de sus nuevos modelos porque lo que buscan es un mercado suficientemente grande, estable y competitivo. El rescate no es un asunto que vaya a incidir en decisiones de medio o largo plazo.

"El gasto en educación e I+D no se debe tocar"

P¿Está el Gobierno de Mariano Rajoy yendo por el camino correcto al apostar más por la austeridad que por el crecimiento?RCuando hay un problema de déficit como el que tiene España, hay que actuar con contundencia. Pero tienen que poner en práctica las dos cosas a la vez, como hacen las empresas cuando están en crisis: aumentar los ingresos y bajar los gastos. La subida de impuestos ha sido necesaria, aunque a largo plazo detrae mucho dinero de la economía real. En paralelo, tienen que darse estímulos como el del plan PIVE y reducirse gastos, pero los improductivos. Me refiero a un aparato de Estado con 8.000 ayuntamientos, 1.200 mancomunidades, 1.000 televisiones locales y autonómicas, 400 fundaciones o 1.000 consorcios. Ahí aún hay margen para recortar, y tiene que hacerse con el apoyo de todos los partidos. Lo que no debe hacerse es poner en peligro el futuro del país recortando en educación o I+D.P¿Cree que al Gobierno se le está pasando la mano en ese sentido?RCreo que debe explicar las cosas que hace. Tampoco creo mucho en el todo gratis. Instaurar un sistema de copago también es bueno. Cuando las cosas se dan de forma gratuita no se aprecian. El copago en sí no es malo y ayuda a crear un sentido de urgencia en la población. Lo que no debe ponerse en peligro es el futuro del Estado. La inversión en educación e I+D forma parte de la competitividad de los próximos años y, por eso, no se debería tocar.P¿Qué le parece el plan PIVE?RYo no soy muy partidario de las economías subvencionadas, pero en momentos en los que hacen falta estímulos, un plan como el PIVE, que con muy poca inversión consigue un retorno inmediato a través de impuestos, es positivo. De cada euro invertido se recuperan tres. Debería continuarse porque, si es muy corto, no se conseguirán los objetivos.

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