Banca Cívica, una fusión por la competitividad

El mensaje inventado hace unos años por Caja Navarra está calando en la sociedad. Su banca cívica, o la posibilidad de que los clientes puedan comprobar cuáles y cómo revierten las ganancias que la caja obtiene con su dinero en el resto de la comunidad, se ha convertido también en una estrategia convincente para sus competidores.

Tal es así que la fusión más avanzada en el sector de las cajas de ahorros tiene como protagonista esta filosofía. "Creemos que la banca cívica es una estrategia para afrontar el futuro y para ser más competitivos", explican fuentes de Caja Navarra, y el proyecto de integración refleja que "otras entidades también lo han entendido así".

De esta forma, la entidad navarra, Caja Burgos y CajaCanarias siguen trabajando en la propuesta de integración que presentaron el pasado 18 de diciembre y que se marcaba como reto, y como una de sus principales señas de identidad, el no tener que recurrir al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) para financiarse. Según fuentes de Caja Navarra, la razón es que las entidades que formarán parte del grupo Banca Cívica tienen unas ratios de solvencia muy fuertes y unos niveles de capitalización adecuados. Además, esta propuesta se diferencia de otros movimientos del sector en que su principal objetivo no es la reestructuración y la reducción de costes. "No buscamos una defensa, sino una propuesta de futuro", puntualizan estas fuentes.

Otra de las características de esta fusión es que se trata de una unión interregional. El consejo de administración de la caja balear, Sa Nostra decidió descolgarse de esta integración "por ser un modelo muy estricto en el compromiso financiero y en la integración operativa", según comunicó el lunes a la CNMV.

Los firmantes del acuerdo pretenden que la entidad ampliada se constituya en una forma jurídica nueva que tenga potestad para prestar y captar fondos en el mercado como una firma más del sector financiero. Según Caja Navarra, esta ambición conlleva un proceso "largo y complicado" que, además, está vinculado a la decisión que las autoridades tomen sobre la forma jurídica que deben contar la entidades resultantes de los procesos de fusión entre las cajas de ahorros.

En busca de proyectos

Los participantes en el proceso hacen hincapié en que este proyecto es el más avanzado del sector. Sin embargo, la negociación no está exenta de dificultades. La semana pasada, una de las entidades que formará parte del grupo, Caja Burgos, anunció en un comunicado que retrasaría la celebración del consejo en el que se votará la integración en Banca Cívica, con objeto de alcanzar el "máximo consenso" en su decisión.

Según Caja Navarra, esta decisión no supone un retraso sobre el calendario previsto y las entidades todavía están en situación de poder cumplir una de las aspiraciones que identificaron en la presentación de su proyecto, que consistía en presentar los primeros resultados consolidados en abril. "Los calendarios no cambian", aseguran fuentes de Caja Navarra, que precisan que ellos no tendrán "la sartén por el mango" hasta que el Banco de España decida la forma que deben tomar las cajas fusionadas.