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Seguros

Las 24 horas asegurados y atendidos

Buenos días, dígame, ¿qué necesita?". Una llamada de teléfono marca hoy día nuestra relación con la compañía de seguros. Llamamos para contratar, para solicitar servicios y para exigir lo firmado. Las compañías se esmeran en el trato porque es la tarjeta de visita y un buen pulso de las principales demandas de sus asegurados.

"A finales de los setenta el mundo del seguro en España funcionaba con precios intervenidos y se caracterizaba por indemnizaciones muy bajas", recuerda Miguel Ángel Vázquez, director de estudios de la patronal Unespa. La implantación del seguro obligatorio de automóviles en 1965 favoreció el desarrollo de este mercado. Su popularización favoreció el que disminuyera el número de muertos por cada 10.000 vehículos, que bajó de 12 a 2. Predominaban las pólizas a terceros y había muy pocas a todo riesgo.

Durante la dictadura, el liderazgo lo mantenía La Unión y El Fénix, seguida de Mutua Madrileña, La Estrella (Banco Hispano), Plus Ultra (Allianz), Banco Vitalicio (Banco Central), Santa Lucía, Catalana, CECA, Mapfre y Ocaso.

En 1978 había 687 compañías y hoy quedan 279, según Unespa. El volumen de primas era de 1.098 millones de euros, frente a los 57.381 millones estimados por ICEA para 2012. La plantilla sube solo de 33.000 a 40.000 empleados.

En 1975, Mutua, La Unión y El Fénix y Mapfre luchaban por los seguros de autos. Empezaron a introducirse las pólizas de buenos conductores, con recompensas que oscilaban entre el 3% y el 14% de las primas. Solo Mapfre realizó una campaña por valor de 12 millones de pesetas, con el objetivo de alcanzar los 1.000 millones en primas de autos.

La ley de 1984 reforzó la supervisión y favoreció la competencia. Un año después, Mapfre arrebataba el liderazgo a La Unión y El Fénix. Detrás se situaban Corporación General Aseguradora, Vitalicio, Mutua, Zurich, Santa Lucía, Aegon, Winterthur y Allianz-Ras. La presencia de las internacionales iba en aumento y más con el ingreso de España a la UE.

Las secuelas de la crisis económica no animaron el desarrollo de pólizas de salud ni vida, rememoran en Mapfre.

La cobertura sanitaria privada se limitaba al practicante y médico de familia que atendía bajo la fórmula de igualas, un dinero fijo mensual. Había muchas compañías, casi tantas como municipios.

Poco a poco, durante los ochenta crece el negocio. Es la época también en la que se extiende el seguro multirriesgo, el primer boom de este segmento. En las primas de incendios (antes casi limitadas a comercios) se incorporan las coberturas de daños por agua, roturas, robos, etc.

En los noventa aparecen los centros de llamadas, proliferan los teléfonos 902 y las aseguradoras comienzan a tener una relación instantánea con los clientes. Conocen sus demandas y trabajan por responder lo más rápido posible. Antes de ellos, por ejemplo, en reparar una goteras se tardaban seis meses, tiempo impensable actualmente.

Como ilustración de la evolución de la industria, el peso de las primas sobre el PIB. Así, en 1964 representaban el 2,3%; en 1980, el 1%; en 1990, el 3,2%, y desde 2005, el 5,4%. "El 5% es el umbral que marca que la modernización aseguradora ha sido alcanzada", señalan los expertos.

En el progreso de los seguros de vida tuvo un papel importante la aparición de las primas, que en 1986 crecieron el 43%. En 1989 se impulsa el desarrollo de la previsión social mediante el Reglamento de Fondos de Pensiones, se produce la externalización de los planes empresariales y florecen los planes individuales, que hoy tienen 10,3 millones de partícipes.

Las compañías son tan fuertes que se expanden internacionalmente. Mapfre crece en Europa y Latinoamérica. Y más sigilosamente, otras muchas compañías cruzan las fronteras con sus clientes a través del seguro de transportes, el de asistencia en viajes o el reaseguro

Las compañías se renuevan

Para sobrevivir, las aseguradoras se adaptan a los tiempos, renovándose según detectan nuevas necesidades en sus clientes. Las valoran y, si cuadran económicamente, las incluyen en las pólizas. Así, las de autos prestan mucho más que la cobertura de riesgo, es decir, además de pagar la indemnización en caso de siniestro, ofrecen grúa, coche de sustitución o reclamación de multas... La modernización llega incluso al seguro de decesos, el más antiguo. Su actuación no termina con el entierro o incineración del asegurado sino que sigue con la tramitación y el papeleo de su herencia.

Seguros que rentan como depósitos

La limitación de la remuneración máxima en imposiciones a plazo durante dos años al 2,25% está favoreciendo el desarrollo de otras alternativas. El cliente sabe por anticipado qué tipo de interés va a recibir, las aportaciones están aseguradas e invertidas principalmente en deuda. Se diseñan bajo el paraguas de pólizas de prima única o bajo formato unit linked. Han proliferado en los últimos años. Mutua ofrece desde 30 euros un 4,25% trimestral. Caser tiene rendimientos crecientes del 3,1% al 3,9%; Axa paga el 3% a partir de 3.000 euros, y March Vida, el 3,65% desde 6.000 euros.

Jubilación, dependencia y salud

Los expertos consideran que la liga aseguradora se jugará en los próximos años en el campo de la salud, el ahorro y vida. El envejecimiento de la población y el aumento de la esperanza de vida están obligando a buscar más recursos e incrementar la hucha para poder vivir más cómodamente cuando termine la vida laboral. El desarrollo de pólizas que cubran estas necesidades hará crecer los fondos de pensiones, los planes de previsión asegurados, los de ahorro sistemático, las rentas vitalicias y aquellos que incluyan la cobertura de riesgo de invalidez o dependencia.

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