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Entorno

El norte aspira a controlar las olas

Cantabria, País Vasco y Asturias han reconvertido su industria naval en un gigantesco laboratorio puntero en tecnología marina

El norte aspira a controlar las olas
El norte aspira a controlar las olasBloomberg

El norte de España está forjando uno de los centros tecnológicos de investigación en energía marina más potentes del mundo. Cantabria, Asturias y el País Vasco han abierto una brecha que quiere seguir la estela de países como Escocia o Alemania, donde la reconversión del sector naval ha hecho a estos países punteros en la innovación del poder de las olas y de las mareas.

La cornisa cantábrica estará presente este año en Genera, la feria que Ifema dedica cada año a las renovables y al medio ambiente, para mostrar sus avances en el uso del mar como fuente de electricidad. Desde la Agencia de Productores de Energías Renovables (Appa), que también estará presente en Genera para hablar del grado de desarrollo de las energías limpias en las distintas comunidades autónomas, se reconoce que el norte de España va en cabeza, "aunque los proyectos están aún en fase de demostración", explica Roberto Legaz, responsable del área marina de Appa. Este enorme laboratorio a tamaño real ha instalado en las aguas cercanas a su costa las estructuras más variadas para probar todo tipo de inventos.

El Instituto Hidráulico de Cantabria, por ejemplo, instaló hace tres años la primera boya para la generación de energía a partir del movimiento de las olas en la costa de Santoña. Este enclave es hoy uno de los más importantes para realizar pruebas para esta industria, cuyo potencial se ha estimado en 20.000 megavatios de potencia instalada. Al IH de Cantabria, un referente mundial en la investigación de los ecosistemas acuáticos, acuden empresas de todo el mundo para probar su tecnología en esta plataforma que les sirve de laboratorio.

Para hacerse una idea de la magnitud de una investigación de estas características, para que un experimento obtenga financiación necesita garantizar 3.000 horas de funcionamiento. Los bancos solo ponen dinero después de que han visto el certificado que acredita esa capacidad.

Por ello, resulta vital para las compañías disponer de buenas plataformas de ensayo, como Escocia o Alemania, los primeros países en darse cuenta en Europa de que, una vez agotada la industria naval tradicional, la transformación de los astilleros pasaba por sumarse al empuje de la industria de las olas para generar electricidad. "Alemania empezó hace seis o siete años y ha desarrollado toda una industria marina. Nosotros servimos a las empresas y a la Administración para que esta tecnología pueda reducir costes en aquellos países que lo necesitan porque su plataforma continental es muy estrecha", explica Íñigo Losada, presidente del IH de Cantabria. Aquí hay cerca de 400 investigadores que cubren toda la cadena de esta industria, desde asuntos legales hasta la conexión de las plataformas flotantes a la red eléctrica.

El de la energía marina es además un sector particular, donde la investigación está muy ligada al mercado. "El liderazgo es claramente de las empresas, ellas tiran de la investigación", añade Losada. Con la crisis y el cierre de la financiación, muchas de las pymes que pululan en este sector aportando tecnología puntera han sido absorbidas por las grandes, salvo excepciones.

Por ello, el País Vasco optó por un modelo de gestión de todo este conocimiento algo diferente al de Cantabria. El Ente Vasco de la Energía (EVE) impulsó la creación de un vivero de empresas para el desarrollo de tecnologías renovables cuya estrella es el Bimep, una infraestructura marina para la investigación, demostración y explotación de sistemas de captación de energía de las olas en mar abierto.

Este consorcio, al que también se han asociado grupos universitarios, gestó en el puerto de la localidad guipuzcoana de Motrico el primer dique de Europa para el aprovechamiento energético de las olas, con el objetivo de suministrar electricidad a unos 600 hogares.

Asturias ha desplegado su apuesta por el potencial del mar en torno a la universidad, las empresas y el Gobierno regional. "Hay muy pocos sitios en el mundo donde ensayar maquinaria para que las empresas prueben sus prototipos, y este es un entorno muy favorable por la rudeza de la costa. No sería realista probar este tipo de tecnología en el Mediterráneo", cuenta Pedro Vicente, gestor de proyectos en el Consorcio Tecnológico de la Energía de Asturias.

Este centro creó Seasturlab, un laboratorio similar al de Cantabria, en pleno mar, donde las empresas prueban sus inventos. Aquí se está optando por buscar una vía intermedia a los aerogeneradores flotantes en alta mar. "Estamos intentado desarrollar una estructura que pueda fijarse a 100 metros de profundidad", explica Vicente. De conseguirlo, se facilitaría el camino al desarrollo de la eólica marina en España, donde aún no tiene muchas posibilidades por la estrechez de la plataforma continental, que impide fijar las torres sobre el lecho marino a una distancia media de la costa.

Olas de prueba de hasta 20 metros

El tanque de ingeniería marina, la piscina de 44 metros de ancho y 30 metros de longitud del Instituto Hidráulico de Cantabria, es uno de los pocos en el mundo donde se pueden simular condiciones naturales de oleaje, corrientes y viento desde la costa hasta 1.000 metros de profundidad.En esta piscina, en la que caben 5,5 millones de litros, se pueden simular olas de hasta 20 metros de altura y vientos de hasta 150 kilómetros por hora. El tanque, como lo llaman en el IH, presume de ser el único en el mundo que permite estudiar fenómenos costeros y oceánicos de aguas profundas. Sus aplicaciones son muy diversas, desde prevenir tsunamis hasta el diseño de estructuras para la obtención de energía en el mar, el anclaje de aerogeneradores de energía eólica flotante o la construcción de parques eólicos marinos.Aquí se puede realizar cualquier simulación relacionada con aguas de gran profundidad, como problemas de inundación de la costa, erosión e incluso infraestructuras portuarias, de defensa y de transporte.

Las cifras

3.000 horas de funcionamiento de una estructura de energía marina se necesitan para obtener financiación.600 hogares recibirán la electricidad procedente del primer dique que ha servido para generar corriente eléctrica con el movimiento de las olas, en el País Vasco.

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