Una vida en las 'telecos'

Bernardo Lorenzo, actual secretario de Estado de Telecomunicaciones y Sociedad de la Información, y futuro presidente de la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT), es un hombre del sector. Al menos así opinan los expertos consultados. Y algunos de ellos le conocen desde hace muchos años. "Poca gente conoce las telecos de arriba abajo mejor que él, con todos sus entresijos", coinciden estas fuentes, quienes recuerdan que también ha ocupado muchos puestos dentro de la Administración pública. "Llegó a sacar unas oposiciones cuando todavía estudiaba la carrera", dicen.

Lorenzo, ingeniero superior de telecomunicación y funcionario del Cuerpo Superior de Sistemas y Tecnologías de la Información de la Administración del Estado, formó parte a finales de la década de los ochenta y principios de los noventa del grupo de Javier Nadal, entonces delegado del Gobierno en Telefónica, y del que también formaban parte Reinaldo Rodríguez, actual presidente de la CMT, y Elena Salgado, vicepresidenta segunda y ministra de Economía y en aquellos tiempos consejera de Telefónica en representación del Estado. Un grupo de personas que ha tenido una influencia decisiva años después en la estructuración del sector.

Entre 1992 y 1997, Lorenzo fue adjunto al delegado del Gobierno en Telefónica. "Esa época le permitió conocer bien cómo funcionaba la operadora en un momento en el que la liberalización del sector comenzaba", señalan fuentes del sector.

Posteriormente fue subdirector general de Estudios Técnicos y Económicos de los Operadores de Telecomunicaciones entre 1998 y 2000, y subdirector general de Operadores y Tecnologías de la Información entre 2000 y 2004. Estos puestos mantenían una relación directa con el diseño y puesta en práctica del marco español de regulación de las telecomunicaciones. Entre 2004 y 2010, fue director general de Telecomunicaciones, y el pasado año se convirtió en secretario de Estado en sustitución de Paco Ros. En estos meses, el diseño de las subastas y concursos para la adjudicación de frecuencias del espectro radioeléctrico ha sido su principal cometido. El hecho de haber dejado la secretaría de Estado en pleno proceso de subastas y concursos ha provocado algunas críticas en el sector. "Tenía que haber terminado el trabajo", aseguran estos detractores.

Además, Lorenzo ha presidido diversos comités de normalización de telecomunicaciones, ha gestionado programas de I+D, ha participado en el programa Hispasat y ha dirigido el Plan de Tránsito a la TDT. También ha sido vicepresidente del Consejo Asesor de las Telecomunicaciones y miembro del Consejo de Defensa de la Competencia.

En el ámbito internacional, ha representado a España en diversos grupos y comités de la UE, la ETSI y la Unión Internacional de Telecomunicaciones. Desde 1995 ha sido representante español del Comité de Alto Nivel de Administraciones Nacionales de Regulación de la UE.

Asimismo, ha sido consejero de Telefónica I+D, Torre de Collserola, Senasa, Hispasat, Inteco y Red.es. Lorenzo, que tiene una hija que estudia Telecomunicaciones, fue nombrado ingeniero del año en 2007 y condecorado en 2010 con la Gran Placa de la Orden Civil del Mérito de las Telecomunicaciones.

Retos y desafíos

Su nombramiento como cuarto presidente de la CMT va a ser bien visto por la industria dado que no es un recién llegado ni un cargo político al uso. Algo que en la industria se había temido, más que nada por el carácter técnico y profesional que ha tenido siempre la autoridad reguladora, alejada de los vaivenes políticos en los que han estado sumidos otros organismos sectoriales. Y buena parte del trabajo de la CMT viene marcado por las directrices comunitarias.

En cualquier caso, el punto fundamental de su gestión no puede ser otro que seguir impulsando la competencia en el sector de las telecos.

Su llegada a la autoridad reguladora se produce en un momento de grandes cambios. De hecho, ahora van a cesar cinco miembros del consejo de la CMT y otros tres de sus integrantes en diciembre por conclusión de sus mandatos. Una situación que ha generado muchas incertidumbres y dudas entre los distintos actores de la industria, que temían una paralización de los trabajos regulatorios de la CMT a causa de estos movimientos.