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Pequeños gigantes | Rey Raf

Tomates gourmet sin intermediarios ni competidores

El Parque Natural de Cabo de Gata es la cuna de un producto único en el mundo. Rey Raf pone nombre y apellido al 'oro rojo' almeriense.

Tomates Raf
Tomates Raf

Un lugar idílico para un producto exclusivamente español. En pleno Parque Natural de Cabo de Gata, en el municipio almeriense de Níjar, se cultiva uno de los ingredientes más apreciados de la gastronomía española: el tomate. Pero no se trata de un tomate cualquiera. La barriada de Los Martínez, entre el mar y el desierto, es la cuna del raf, la "clase alta" de este fruto al que Rey Raf otorga la categoría que merece.

"Era necesario crear una marca para identificar a esta variedad tan selecta". Andrés Piedra es la tercera generación de una familia de agricultores y el responsable de dar a conocer por toda España al "rey". Hace cinco años decidió, junto a su hermana y a su padre, dar un nuevo aire a los invernaderos que fueron la forma de vida de sus abuelos. A partir de ese momento, Rey Raf comenzó a estar presente en las ferias gourmet más importantes, y Piedra pasó de agricultor medio a empresario. Por aquel entonces, los esfuerzos se centraron en las acciones comerciales, siempre con la mirada puesta en el cielo, como buen trabajador del campo.

Desde el primer momento la familia Piedra tuvo claro que no trabajaría con intermediarios ya que "encarecería demasiado el producto y se perdería la calidad", tal y como lo explica el propietario. Decidió poner sus pedidos "en casa del consumidor", en 24 horas y en cualquier formato, ya sean cajas de lujo para regalo o para consumo propio. Directo de la mata al plato.

Así trabajan desde 2005, y no sólo con particulares. Los restaurantes más importantes de España encuentran en Rey Raf el producto idóneo para mejorar sus cartas. También, algunos restauradores extranjeros han sucumbido a sus encantos.

Hace algunos años El Corte Inglés le ofreció comercializar tomates Rey Raf en su zona Gourmet, pero Piedra rechazó la oferta. "Era impensable la cantidad de tomates que me exigían. Un producto así no se puede medir en kilos, sino en calidad". Cada temporada, sus más de 30.000 metros cuadrados de invernaderos producen entre tres y cuatro kilos de raf por m2. El rendimiento de cualquier otra variedad del rojo fruto superaría los 15 kilos por m2. Para más inri, de esos tres kilos, tan sólo uno cumple los criterios para comercializarse bajo la marca, el resto pasa a las subastas.

El beneficio que da producir tomates raf alcanza los ocho euros (de media) por metro cuadrado, un producto muy costoso que requiere "demasiados cuidados". "Es necesaria una fuerte inversión para el mantenimiento del invernadero: calefacción, cuidado del plástico que lo recubre y, además, el elevado precio de las semillas", explica Piedra.

Esta empresa no tiene competidores ya que "es imposible la producción del fruto fuera de Almería". La salinidad del agua subterránea, el frío invierno de Los Martínez y la humedad ambiental hacen que sea "el lugar elegido". Pero no todo son facilidades. La familia Piedra sufre cada invierno. Las lluvias (el agua dulce en general) pueden estropear una cosecha. "Este año hemos dado por perdida el 30% de la producción, ha sido un duro invierno", explica.

La siembra empieza a finales de agosto y se escalona para que la recogida sea también así. Cultivan de forma intensiva, pero sin pesticidas ni abonos químicos, todo el proceso es ecológico para lograr la máxima calidad en cada tomate.

Datos básicos

VariedadPor si fuera poco, en Rey Raf se cultivan dos familias distintas de tomate raf: Marmande y Delicia, la primera se caracteriza por ser la más exquisita de las modalidades, pero con la particularidad de ofrecer un rendimiento muy bajo. Mientras, de la familia Delicia se pueden obtener más kilos y adelantar su siembra.PremioEn el año 2006 esta empresa fue galardonada con el Premio al Mejor proveedor andaluz de productos mediterráneos durante el Salón del Gourmet celebrado en Madrid. Durante el evento gastronómico el jurado se decantó por Rey Raf al presentar un producto natural y único en su gama.VentaLa presencia en internet ha otorgado a la empresa almeriense la capacidad de llegar a cualquier punto de España. La venta por internet fue el primer paso que Andrés Piedra realizó para poner al día a esta firma agroalimentaria. Además, en los últimos meses se han lanzado a la conquista de las redes sociales y cuentan con numerosos seguidores en Facebook.TradiciónUna fórmula tradicional llevada hasta nuestros días por un joven de apenas 30 años. Andrés Piedra recoge el testigo de sus padres y abuelos y otorga valor añadido al oficio "que vio hacer en su casa". Su abuela aún se muestra orgullosa al ver cómo ha cambiado lo que fue, a mucha menor escala, una forma de supervivencia. De apenas unas pocas tomateras han pasado a más de tres hectáreas que, en temporada de recogida, da empleo a más de diez personas de la zona.

Secretos de un fruto nada convencional

Hace algunos años poco se sabía del tomate raf fuera de la provincia de Almería. De hecho, muchos aún creen que se trata de una nueva variedad híbrida, pero nada más lejos de la realidad.El raf existe tradicionalmente en estas tierras y, aunque su aspecto no es el prototipo de tomate que conocemos, su sabor le ha valido la gloria de ser considerado un producto selecto. Pequeño, con profundos surcos, de forma irregular y de color verde en su punto óptimo de consumo, son sus principales características. Además, cuenta con un dulzor imposible de encontrar en el resto de variedades. Sin embargo, el rendimiento de esta variedad es muy bajo ya que el exceso de maduración le hace perder propiedades y su precio cae rápidamente.Se trata de uno de los frutos más exquisitos, y por ende, más caros que existen. Su precio ha llegado a superar los 20 euros el kilo en origen. El raf deriva de una selección realizada en Francia durante años, de aquellos tomates que resistieron al hongo fusarium, de ahí su nombre (que viene de estas siglas)."Este tomate necesita sufrir". Así es como Andrés Piedra describe una curiosa forma de crecimiento. Las plantas tomateras de esta variedad se mantienen "al límite de la vida", ya que son muy débiles. Además, requiere una concentración de sal en el agua 10 veces superior a la normal. La planta tiene una raíz endeble y necesita un trato especial, por ello sólo los agricultores más entregados se dedican a su cuidado.Por otro lado, su cultivo "bajo plástico" se hace indispensable para lograr un crecimiento adecuado del fruto. Un alimento codiciado en todas partes del mundo que nada tiene que ver con la variedad común.

Crisis, créditos y mucha ilusión por seguir adelante

No todo está siendo un camino de rosas para la familia Piedra, de hecho, desde hace algunos meses están sufriendo los efectos de la crisis económica. Cuenta el propietario de la empresa que, "la ausencia de ayudas y subvenciones a este tipo de agricultura y el poco apoyo de los bancos nos hace mucho daño".En los últimos meses, Andrés Piedra ha tenido que tomar una serie de decisiones importantes, personales y profesionales, para poder continuar con su negocio. "Hipotecar mi casa, trasladar mi residencia y recortar gastos han sido las principales medidas". También, en la última temporada, han tenido que prescindir de muchos de sus trabajadores temporales. Estas decisiones se hacían necesarias para poder soportar el "goteo de gastos" que supone un negocio así.Y para colmo de males y en plena crisis, acaban de sufrir los efectos de un invierno muy duro, jamás visto en esta zona de España, que les ha supuesto perder el 30% de la producción de la temporada 2009-2010 debido a las lluvias. Pero las adversidades climáticas no sólo hicieron que la cosecha mermara, sino que obligó al productor a acudir a la Casi (Cooperativa Agrícola San Isidro, que opera en todo el levante almeriense) a comprar a otros productores tomates raf de similares características para cubrir algunos pedidos. Un derroche de dinero en el peor momento.Hace algunos años, la ampliación de los límites del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar causó mucho daño a esta empresa. Algunos terrenos donde se cultivaban sus productos, pertenecientes a su familia desde hace muchas generaciones, se vieron afectados. El resultado fue nefasto y la familia Piedra se vio obligada a deshacerse de parte de sus invernaderos. Sin embargo, Andrés Piedra afirma: "Quiero a esta tierra y comprendo los beneficios de estar en pleno parque natural". Aun así, asegura no compartir lo que para él es una política de "perjuicio al agricultor local".Sin embargo, la crisis no ha hecho que se descuide la calidad. La solución para el propietario: "Ahora gano menos". En Rey Raf no han dejado de producir sus tomates con el mismo esmero y cuidado y afirman sentirse "optimistas para capear los malos tiempos".Piedra se muestra agradecido con las diferentes administraciones locales que le han apoyado, tanto es así, que su empresa ha pasado a ser parada obligatoria de una de las rutas turísticas que se realizan por el Cabo de Gata.

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