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Automoción

La tijera de GM se pone manos a la obra

El día D será mañana. General Motors comenzará a aplicar ese día la tijera que ya anunció hace meses que iba a usar para revertir las abultadas pérdidas de 10.600 millones de dólares (8.833 millones de euros). La agencia Bloomberg, citando fuentes internas de la compañía en Detroit, asegura que la multinacional comenzará a recortar 'cientos de puestos en diferentes emplazamientos' de EE UU en lo que los empleados ya están denominando 'el martes negro'. Los portavoces oficiales de GM declinaron realizar comentarios. A esta ronda de despidos le seguirá otra en abril, según estas fuentes.

General Motors ha puesto en práctica una agresiva política de reducción de costes que compense tanto la pérdida de negocio ante sus principales competidores como los elevados pagos por las prestaciones sociales de sus empleados y jubilados. En noviembre, el presidente Rick Wagoner anunció que la compañía pretendía eliminar hasta 30.000 empleos tanto en las plantas como en distintos puestos estratégicos.

Los despidos directos se ven acompañados por otras medidas menos traumáticas. La pasada semana, la compañía ofreció una paga de entre 70.000 y 140.000 dólares a los afiliados a la UAW que quieran abandonar la empresa. GM cuenta en la actualidad con 105.000 empleados protegidos por el sindicato. De ellos, hasta 40.000 personas que llevan más de 10 años en la empresa podrían acogerse al plan. A ellos se les podrían sumar otros 27.000 asalariados con más de tres años de experiencia. Estos empleados recibirán la pensión que hayan acumulado durante los años de trabajo, pero no podrán beneficiarse del régimen de asistencia sanitaria.

'Están liquidando, están despidiendo y están prejubilando. Esta es una GM que está poniéndose en forma mucho más rápido que en cualquier otra reestructuración pasada', aseguró a Bloomberg un experto del prestigioso Centro para la Investigación del Automóvil, radicado en Ann Harbor, Michigan. Y es que los recortes no son nuevos para Wagoner. Desde que asumió la máxima responsabilidad en la compañía, ha acabado con el empleo del 32% de la plantilla total.

Los despidos, sin embargo, no son más que la última de las medidas emprendidas por GM para aligerar su pesada carga. El 7 de marzo, la compañía anunció que desde el 1 de enero de 2007 dejará de mantener el esquema de los llamados beneficios definidos para sus 36.000 trabajadores asalariados en EE UU, es decir, las pensiones que garantizan un cantidad mensual al jubilado basada en los años de trabajo y salario. Los trabajadores pasarán a un plan conocido como el 401k, que es algo así como una cuenta de ahorro que suelen gestionar sus titulares por lo que se les transfiere el riesgo. Además, el propio Wagoner anunció el 7 de febrero su intención de rebajarse a la mitad su salario, y otro 30% el de sus tres principales principales directivos.

El pasado día 17, GM reformuló sus cuentas del ejercicio 2005, periodo en el que perdió 10.600 millones de dólares (8.833 millones de euros al cambio), lo que supone elevar en 2.000 millones de dólares (1.666 millones de euros) los números rojos anunciados en la presentación de resultados. La compañía ha elevado los costes derivados de medidas de reestructuración de 2005 de 1.300 a 1.700 millones de dólares (de 1.083 a 1.416 millones de euros).

El grupo se quita una preocupación de encima

El camino de General Motors para salir fuera de la crisis financiera que vive se despejó en buena medida la pasada semana. GM y el fabricante de componentes Delphi, en suspensión de pagos desde el pasado mes de octubre, ofrecieron a sus 120.000 afiliados al sindicato United Automotive Workers (UAW) un paquete de bajas incentivadas y prejubilaciones. El plan constituye el mayor de este tipo llevado a la práctica en EE UU. Los negociadores esperan que se puedan sumar al plan hasta 50.000 asalariados. GM se compromete a asumir los costes y contratar a 5.000 trabajadores de su antigua filial. El acuerdo es un paso clave en la reestructuración de GM. En noviembre pasado, la compañía amplió hasta 30.000 los despidos y anunció el cierre de varias plantas. El acuerdo permitirá a unos 7.000 contratados de los 13.000 afiliados a la UAW el acceso al plan especial de prejubilaciones. Cada uno recibirá un pago de hasta 35.000 dólares y gozará de plena cobertura sanitaria y de pensiones durante la jubilación. Además, el plan contempla que 5.000 afiliados empleados en Delphi puedan pasar a integrar la plantilla de GM antes de septiembre de 2007.El pacto no saldrá barato, porque GM tendrá que asumir el coste de las prejubilaciones de su antigua filial. No hay cifras oficiales. Sin embargo, diversos expertos consultados por Reuters calculan que el plan podría suponer un desembolso de entre 5.500 y 12.000 millones.

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