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Textil

La textil Fibracolor cerrará su fábrica de Tordera y despedirá a 280 empleados

La crisis del textil se cobra una nueva víctima. Fibracolor, participada en un 40% por Inditex y en un 26% por la sociedad dependiente de la Generalitat Eplicsa, anunció ayer el cierre de su planta de Tordera (Barcelona), con 280 trabajadores.

Fibracolor no ha encontrado un plan de viabilidad para sacar a la compañía de la crisis y ha anunciado finalmente su cierre, según informaron a Efe fuentes próximas a la compañía. La empresa textil, participada en un 40% por Inditex, cesará la actividad de su factoría en Tordera (Barcelona) el próximo 31 de julio, lo que conllevará el despido de 280 trabajadores. Hace tan sólo dos meses, la compañía catalana había presentado un expediente de regulación de empleo que afectaba a 150 de los empleados. El ajuste primaba las medidas menos traumáticas, como las prejubilaciones o las bajas incentivadas. La compañía aseguró entonces que el ERE era la única vía para asegurar la continuidad de la factoría.

El director general de Fibracolor, José Ángel Martín Borregón, comunicó ayer el cierre a los sindicatos, que fue decidido en un consejo de administración celebrado el pasado lunes. Los primeros trabajadores podrían abandonar sus puestos de trabajo a mediados del próximo mes de febrero.

Fibracolor, que está participada también en un 26% por la sociedad Eplicsa, dependiente de la Generalitat, se dedicada a la pintura, el blanqueo y los acabados textiles.

Eplicsa entró en el capital de Fibracolor en 1991, cuando la empresa atravesaba una grave crisis debido a que sus accionistas agrupados en la sociedad Finholding entraron en suspensión de pagos. La llegada del grupo de Amancio Ortega a Fibracolor se produjo un año más tarde. En 2000, Inditex construyó en Tordera, cerca de la planta de Fibracolor, el mayor centro productivo textil de Cataluña y uno de los mayores de España para aprovechar sinergias con esta empresa.

Aunque tanto la Generalitat como Inditex habían mostrado su intención de abandonar el capital de la compañía, acordaron en 2005 continuar dando apoyo a Fibracolor, que lleva cuatro años en pérdidas.

Los representantes de los trabajadores han convocado para el próximo sábado una asamblea para informar a la plantilla de la decisión de los accionistas. El sindicato UGT se opone al cierre porque cree 'solventes' a los accionistas de la textil.

Fibracolor empezó a implementar a mediados de 2006 un plan de viabilidad 'para adaptarse a las necesidades de mercado y centrarse en los segmentos más rentables', que no ha permitido reflotar el negocio de la empresa. El plan, con el que Fibracolor pretendía aumentar la flexibilidad, siguió a un expediente de regulación de empleo que afectó a 80 personas. La empresa también puso en marcha entonces una inversión de 12 millones de euros en la fábrica para mejorar sus instalaciones e incorporar nueva maquinaria.

Un sector clave en continuo declive

El sector textil en Cataluña atraviesa por una profunda crisis debido a la competencia de productos procedentes de países emergentes. Los últimos ajustes en la Comunidad se ha producido en la empresa de estampación Ecapi, que cerrará este mes su fábrica de Olesa de Montserrat (Barcelona). La empresa cuenta con una plantilla de 40 personas. Otra compañía afectada es Acabats del Bages, que despidió hace unas semanas a la mitad de su plantilla en Monistrol de Montserrat (Barcelona), compuesta por unos 115 trabajadores.Dogi, una de las principales multinacionales del sector, alcanzó en octubre un acuerdo con los sindicados para despedir a 123 personas y echar el cierre a dos factorías en los municipios de Cardedeu y Parets del Vallés.

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