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A fondo

Un socio para limar asperezas en Abertis

El consejo y la cúpula directiva de Abertis quieren dejar zanjado antes de las vacaciones de agosto el complejo desembarco en el capital de la cotizada OHL Brasil. Una operación que se ejecutará independientemente de que el regulador bursátil CVM obligue, o no, a una opa por el 100%. Experiencia no falta. Y es que Abertis puede repetir una estrategia muy semejante a la que utilizó en Francia en 2006.

Allí compró la concesionaria Sanef, en una operación valorada en 5.300 millones de euros, en compañía de socios financieros para aligerar la carga: Axa, Caisse des Dépots, Crédit Agricole y el holding de participaciones industriales FFP se aliaron con la española para formular la opa. El resultado fue que Abertis mantuvo el control con poco más del 50% del capital, lo que le da acceso a la consolidación global de las cuentas de la filial.

Todo apunta a que la jugada será muy similar en Brasil. La concesionaria que preside Salvador Alemany trabaja en el más caro de los escenarios -el de la opa por el 100%- tras plantear la operación en términos de intercambio de acciones con OHL: te doy un 10% de la autocartera de Abertis y tú me entregas el 60% que controlas en la firma de autopistas OHL Brasil. Quizás porque este último escenario tiene visos de ser tumbado por la CVM, Abertis ha buscado un aliado de perfil financiero -el elegido es el fondo canadiense Brookfield, de larga experiencia en Brasil- que ayude a soportar la compra de todo OHL Brasil, valorado en Bolsa en 6.200 millones de reales (2.485 millones de euros).

La ofensiva, por la que Abertis remozará y diversificará su cesta de concesiones, se fraguó meses atrás en La Caixa, primer accionista de la compañía con el 30%. Su muñidor es el propio Isidro Fainé, quien lograba al mismo tiempo dar salida a ACS del capital de Abertis; abrir las puertas de la participada a un socio de parecido perfil como es OHL, e introducir a la concesionaria en un mercado prometedor como es el brasileño.

Es una operación en la que aparentemente todos ganan. OHL desconsolida 530 millones de deuda; irrumpe en el capital de la mayor concesionaria del mundo, en la que aspira a ser segundo accionista, y recibe en efectivo unos 200 millones por tres autopistas chilenas que también pasan a manos de Abertis.

Esta última se hace con los 3.227 kilómetros de OHL en Brasil y los tres activos chilenos, que suman otros 342 kilómetros. Oxígeno para una empresa que depende de renovar y rotar las autopistas que tiene en concesión, todas ellas con fecha de caducidad.

La Caixa, con el 30% de Abertis, conserva el mando con la aquiescencia de Juan Miguel Villar Mir.

ACS logra colocar el 10% de Abertis a cambio de 875 millones. Una inyección de liquidez con la que recortar una deuda que al cierre de 2011 era de 9.300 millones. La marcha del gigante de las autopistas que la propia ACS fundó junto a La Caixa se salda con plusvalías de 191 millones.

¿Y qué es de CVC? Propietario del 15% de las acciones, el fondo de capital riesgo es el que ha mostrado más reticencias. De la entidad que dirige Javier de Jaime en España se ha dicho que entró en Abertis en 2010 con aspiraciones de controlar la empresa. Se alió con una ACS en posición de salida, capaz de sacrificar su paquete de Abertis por alimentar la presencia en Iberdrola, como así ha sido. Pero el nuevo socio industrial ha cambiado y OHL llega para quedarse e incluso escalar hasta posiciones cercanas a La Caixa. Es probable que CVC vea debilitada su influencia en el consejo.

Más allá de estas cuestiones de consumo interno, el fondo se expone a Brasil, ve crecer la deuda de su participada y pone bajo vigilancia los retornos de una de sus inversiones más importantes. Todo por la adquisición de la filial de OHL.

Un plan tejido por Isidro Fainé, como ha sido este, suele tener la máxima esperanza de hacerse realidad. Sin embargo, fuentes cercanas a la operación aseguran que el presidente Salvador Alemany ha tenido que tirar de sus reconocidas dotes de diplomacia para acercar las posturas de todos los miembros del consejo de Abertis. Por su parte, el consejero delegado, Francisco Reynés, y su director general, José Aljaro, han encontrado en tiempo récord un aliado que, como en el caso de Brookfield, haga llevadera la previsible opa en Brasil.

Ahora todos parecen ir a una, siempre y cuando se consiga lo máximo -la consolidación global de OHL Brasil- sacrificando los mínimos recursos.

De momento, Abertis está cargándose de munición. Está saliendo del operador galo de satélites Eutelsat, donde carecía de posibilidades de mando, y va a abandonar la portuguesa Brisa, en la que mantiene un 15% valorado en 210 millones.

Sobre OHL Brasil queda pendiente si habrá o no habrá opa. Si el regulador no la exige, y la operación se queda en la toma del 60% del capital, Abertis podría ahorrarse hasta la mitad de acciones propias al dar entrada a Brookfield, que pagaría su parte a OHL en efectivo.

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