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A fondo

Un sector cada vez más indignado

Si el sector de las cajas de ahorros estaba en entredicho en los dos últimos años, la intervención de Cajasur por parte del Banco de España en la madrugada del sábado ha sido el detonante que ha hecho estallar la bomba. El fin de semana las llamadas entre los diferentes responsables de las cajas, miembros del Gobierno y del Banco de España no se hicieron esperar. "Lo que ha ocurrido en Cajasur es terrible para la imagen del sector y del país. Estamos indignados", aseguraba ayer el presidente de una de estas entidades.

"Hace un año que Cajasur tenía que haber sido intervenida, y no puede ser que tras este periodo de tiempo tengamos ahora que pagar el resto de las cajas los platos rotos de su mala gestión y la falta de un acuerdo con Unicaja", declaraba el responsable de otra entidad de ahorro, quien insistía en el "enfado de todo el sector".

Todas las fuentes consultadas coinciden en reconocer que la cúpula de Cajasur nunca quiso una fusión con Unicaja, y que sólo era una excusa para ir ganando tiempo ante el Banco de España. El ya ex presidente de la entidad cordobesa, el sacerdote Santiago Gómez Sierra, siempre había mostrado su negativa a unir el destino de su ya ex caja con la que preside Braulio Medel, aseguran varias fuentes financieras andaluzas.

La intervención de CCM y su adjudicación a Cajastur ha costado al sector unos 3.900 millones de euros

Si es así ¿por qué se permitió que esas negociaciones continuasen y se dio opción a Cajasur a romper en el último minuto un acuerdo que parecía ya alcanzado en la noche del viernes? Esa es la pregunta que se hacían este fin de semana analistas, responsables del sector de ahorro y de la banca. Pero lo ocurrido con Cajasur tiene varias lecturas y muchos frentes abiertos, incluso en el propio gremio, que ahora parece de nuevo desunido. "No podemos pagar entre todas las cajas la mala gestión de unas cuantas y eso es lo que estamos haciendo", criticaba el sábado el director general de una de estas entidades.

El sector recuerda que la intervención hace casi 14 meses de Caja Castilla-La Mancha (CCM) por parte del Banco de España -primera de la historia- ha supuesto para las cajas un coste de 3.900 millones de euros que han salido de su Fondo de Garantía de Depósitos (FGD). Esta cifra se reparte en unos 2.500 millones por la posible morosidad que pueda encontrarse en el futuro en CCM, y que recibiría Cajastur, que fue la que se adjudicó en subasta la entidad castellanomanchega, y otros 1.400 millones provenientes de la emisión de participaciones preferentes de CCM suscritos por el FGD. "Y ahora no podemos repetir la misma historia. No podemos pagar otros lo que ha hecho mal otra entidad y que se beneficie sólo uno", añadía la misma fuente. "Eso es lo que se conoce como moral hazard (riesgo moral)", insistía.

El Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) se ha convertido desde el sábado pasado, y hasta que no se subaste entre los que presenten ofertas, en el responsable de Cajasur. De momento, el FROB inyectará un mínimo de 523 millones a la entidad cordobesa para que pueda cumplir los requisitos mínimos de solvencia. Pero en el sector calculan que la ayuda final puede alcanzar los 2.000 millones de euros, dinero que según algunas fuentes saldrá inicialmente del FGD de las cajas para cubrir parte del FROB, lo que supondrá otro esfuerzo adicional para el sector en un momento muy complicado.

Todas las fuentes consultadas aseguran que éste es un nuevo revés para las cajas, añadido al de su deteriorada imagen por la falta de transparencia, politización y en algunos casos, como el de Cajasur, su alto riesgo acumulado en el sector inmobiliario.

Según previsiones del sector, las cajas cerrarán el presente ejercicio con un beneficio acumulado que no superará en el mejor de los casos los 2.000 millones. En el primer trimestre el beneficio atribuido sumó 1.335 millones, con una caída del 34%, y las previsiones son a la baja, como consecuencia del descenso de los márgenes por los menores ingresos y las aún fuertes necesidades de provisiones por morosidad.

Estas entidades, además, están convencidas de que el Banco de España les pedirá otro esfuerzo adicional para subir su aportación al FGD, que ahora está en el uno por mil de sus depósitos. El FGD es el instrumento que cubre los depósitos de los clientes hasta un límite de 100.000 euros por titular. También sirve para rescatar alguna caja, caso de CCM, y también iba a ayudar a Unicaja a asimilar Cajasur. Pero ahora parece que se quiere utilizar más el FROB.

De ser así, las cajas verían menguar más sus ganancias, lo que complicará aún más su existencia. Por ello, el sector está ahora más decidido que nunca a cambiar su ley para recapitalizarse y "hacernos más profesionales. Sin políticos que digan con quién debemos y con quién no debemos fusionarnos", asegura un directivo del sector.

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