La rentabilidad de las suelas rojas de los 'louboutins'

Tres dependientas, un comercial y un administrador. Esa es toda la plantilla de la firma de zapatos Christian Louboutin en España, donde solo tiene una tienda. Un número de empleados pequeño para cualquier gran firma de moda, más aún cuando consiguió facturar 2,26 millones de euros en el ejercicio 2011, concluido el pasado 31 de agosto.

Con estas cifras, sus ingresos por empleado superaron los 450.000 euros gracias al increíble tirón de las suelas rojas. Una imagen de marca que se ve reflejada en el precio, ya que un par de los codiciados zapatos suele valer entre 600 y 1.000 euros. Un coste que no está al alcance de bolsillos en crisis, pero que tiene especial tirón entre los turistas del lujo que ven en España uno de sus destinos preferidos

Christian Louboutin puso en marcha su madrileña tienda de Claudio Coello el 1 de septiembre de 2010, aunque antes ya comercializaba sus productos en España a través de tiendas multimarca de alta gama. En ese ejercicio su beneficio se situó en 443.000 euros, que, prácticamente en su totalidad, se destinaron a reservas voluntarias, según figura en la última memoria de la empresa.

La compañía explica que todos los arrendamientos que mantiene son de carácter operativo. El importe comprometido para su local es de 102.000 euros para un primer ejercicio y de 408.000 si el arrendamiento se prolonga entre uno y cinco años. Mientras, los gastos de personal de sus cinco empleados durante el ejercicio 2011 fueron de 191.000 euros.

La filial de Christian Louboutin en España está constituida con un capital social de 60.200 euros representados por 100 participaciones de 602 euros.

El origen de las famosas suelas coloradas lo explica el propio diseñador parisino en su página web. Asegura que se inspiró en un cuadro que vio durante una visita, en 1975, al Museo de Arte Africano de París, en el que una mujer decoraba su tacón con una línea roja.

Antes de poner en marcha su propia línea de calzado, Louboutin trabajó para iconos de la moda gala como Chanel o Yves Saint Laurent. Con este último llegó a colaborar hace una década en una línea que llevaba su nombre. Eso fue antes de que ambas firmas se enzarzaran en una disputa judicial por presunto plagio de las famosas suelas. Louboutin demandó a Yves Saint Laurent por copiar su seña de identidad.

El tribunal de Nueva York que vio el caso dio la razón a la firma de alta costura porque, "en la industria de la moda, el color sirve como ornamento y tiene una función estética", aseguraba la sentencia que desestimaba la demanda, aunque ha sido apelada. La corte entendió que "Louboutin tiene difícil demostrar que su suela roja debe protegerse como parte de su marca".

Al margen de disputas, Louboutin ha hecho gala en los últimos meses de haber mantenido su independencia tras dos décadas en el mundo de la moda, donde casi todas las grandes firmas forman parte de grupos empresariales como LVMH o PPR. "No he sido vencido por los gigantes de la moda de lujo", aseguraba hace unos días. "Empecé el negocio hace 20 años con dos de mis mejores amigos y, aunque siempre oí que trabajar con amigos es, en general, un desastre, para mí ha sido todo lo contrario". Uno de ellos es su socio, Bruno Chambelland, presidente de la filial española.

A Louboutin también se le ha acusado de torturar a sus clientas con sus tacones de más de 12 centímetros. De hecho, el diseñador reconoció en un documental que suele advertir a sus clientes de la incomodidad de sus stilettos. "Son perfectos si vas a estar sentada o apoyada contra la pared, para nada más", asumía. Una incomodidad que no afecta a las ventas, que el pasado año rondaron los 135 millones de dólares (102 millones de euros), según desveló el abogado de la firma en la demanda presentada contra la casa Yves Saint Laurent.