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Tabacaleras

La rebaja en el tabaco de liar amenaza con una nueva guerra de precios

La industria del tabaco teme que la rebaja de precios llevada a cabo en las últimas semanas por algunas de las principales marcas de picadura, como Golden Virginia, dé paso a una nueva guerra de precios. Considera que la ausencia de un impuesto mínimo sobre esta modalidad la coloca en situación de ventaja respecto a los cigarrillos.

Algo se mueve en el sector del tabaco y no parece el preludio de una época tranquila. La industria comienza a ver con preocupación el crecimiento de una variedad que, hasta ahora, ha estado ocupando un nicho de mercado minoritario: el tabaco para liar o picadura.

En los cinco primeros meses de 2008, esta modalidad ha experimentado un auge del 19,1%. Aunque su peso en el mercado aún es pequeño en comparación al de los cigarrillos tradicionales, en los últimos meses su auge es constante.

Hasta el pasado 31 de mayo, se comercializaron 29,25 millones de paquetes de tabaco para liar, frente a los 24,55 millones del mismo periodo de 2007, según los últimos datos publicados por el Comisionado para el Mercado de Tabacos.

Las ventas han aumentado un 19% en los cinco primeros meses de 2008

La preocupación dentro de la industria es creciente debido, sobre todo, al cambio de estrategia llevada a cabo en algunas de las principales marcas del segmento. Se trata de Drum y Golden Virginia, ambas controladas por Imperial Tobacco, la matriz británica de Altadis.

El 31 de mayo, Golden Virginia rebajó su precio un euro, hasta 3,50 euros el paquete de 50 gramos. Por su parte, Drum lo redujo en 40 céntimos, situándolo en 3,50 euros.

El Comisionado no hace públicas las cuotas de mercado de las principales marcas de picadura. Sin embargo, el claro dominador de esta categoría es Imperial Tobacco. En sus últimos resultados anuales, la compañía británica destacaba su liderazgo con una cuota de mercado en tabaco para liar del 55,2%. De esa cifra, el 49,8% correspondía a Imperial mientras que el restante 5,4% representaba a Altadis.

Este recorte de precios deja entrever, según señalan desde el sector, que el tabaco de liar habría ocupado el hueco dejado por las cajetillas de cigarrillos baratas, aquellas que en 2006 se comercializaban a 1,35 euros y que provocaron una guerra de precios. Una disputa que pasó una importante factura a las cuentas de las tabacaleras, que en el caso de Altadis alcanzó los 250 millones de euros.

Entonces, la lucha entre las compañías obligó al Gobierno a frenar las disputas elevando los impuestos específicos que gravan los cigarrillos. Además, decidió fijar, por primera vez, un impuesto mínimo de 55 euros por cada 1.000 cigarrillos, es decir, 1,10 euros por cajetilla. Una medida que las empresas llevaban meses reclamando para evitar que existieran en el mercado marcas excesivamente baratas.

æpermil;sa es precisamente la medida que reclaman algunas tabacaleras. Pretenden que el impuesto mínimo grabe cualquier modalidad de tabaco y no sólo a los cigarrillos. Consideran que así se elevaría el precio de estas modalidades y se desincentivaría el consumo entre los más jóvenes. Aunque la industria esperaba que en 2008 el Ejecutivo llevara a cabo una revisión al alza de los impuestos, la negativa evolución de la inflación podría aplazar la decisión.

La modalidad de tabaco para liar ha replicado, en cierto modo, algunas de las decisiones que las tabacaleras tomaron hace más de dos años para hacer frente al tabaco de bajo coste, que llegó a copar más del 15% del mercado.

Entonces, las principales compañías del sector (Philip Morris y Altadis) entraron en el segmento barato, con marcas como Ducados Rubio, en el caso de la hispano-francesa y con Next y Basic, respecto a la estadounidense. Hoy esas marcas, están en el mercado por 2,30 euros.

Altadis tiene en este segmento algunas de sus marcas más representativas de cigarrillos como Fortuna o Ducados. Sin embargo, la multinacional Philip Morris aún no ha entrado en el tabaco de liar. Una circunstancia que puede tener los días contados. La compañía norteamericana se hizo en abril con el control de siete marcas de esta variedad de tabaco, que Imperial tuvo que poner a la venta al ser uno de los requisitos de Bruselas para dar luz verde a su operación de compra de Altadis.

Sin embargo, el gran vuelco del segmento podría producirse si Philip Morris decide comercializar Marlboro como picadura.

El Comisionado también ha hecho pública la evolución de las ventas de tabaco hasta el 31 mayo, que se han saldado con un aumento del 3,2% hasta 1.802,7 millones de cajetillas de cigarrillos.

Mientras, las ventas de cigarros avanzaron un 5%, hasta superar los 442 millones de unidades.

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