La reactivación del mercado civil de aviones da alas a Boeing
La reactivación de la demanda de aviones por parte de las aerolíneas ha permitido que el fabricante aeronáutico Boeing mejore de forma significativa sus cuentas al cierre del tercer trimestre y revise al alza las previsiones para finales de año.
En concreto, el grupo logró un beneficio neto de 2.143 millones de dólares (1.535 millones de euros) hasta el 30 de septiembre, frente a los 44 millones de dólares (31,5 millones de euros) registrados el año pasado, cuando tuvo que recoger en su balance el impacto negativo por los retrasos acumulados en dos de sus proyectos estrella, los aviones 747-8 y 787 Dreamliner.
Pese a ello, la facturación del periodo cayó un 5%, hasta los 47.756 millones de dólares (34.195 millones de euros), lastrada por la mala evolución de la división de defensa debido a los recortes presupuestarios del Pentágono.
"Son los mercados de aviones de pasajeros y de aviones de carga los que están creciendo más de lo que habíamos previsto", subrayó ayer en rueda de prensa telefónica el presidente de Boeing, Jim McNerney, quien destacó el tirón de mercados emergentes, como los de Oriente Próximo y Asia.
Al cierre de septiembre, el grupo había logrado 392 nuevos encargos de aviones, frente a los 328 de su rival europeo Airbus. Boeing ahora espera terminar el año con 460 entregas de aviones comerciales y una facturación global cercana a los 65.000 millones de dólares (46.550 millones de euros), casi la mitad gracias a su negocio civil. En estos momentos, cualquier aerolínea que haga un pedido tendrá difícil recibir su avión "antes de finales de 2012", según McNerney.
El presidente de Boeing reafirmó el calendario previsto para la primera entrega, tanto del 787 (primer trimestre de 2011) como del 747-8 (mediados de 2011). Además, dejó entrever que no se remotorizará el 737, sino que se optará por diseñar un nuevo avión de pasillo único.