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Un español en Silicon Valley
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

La privacidad en internet

Hace algunos meses tuve la ocasión de conocer en Google a Daniel J. Solove, profesor de La George Washington University experto en protección legal de la información personal. Nos habló de su último libro The future of reputation: gossip, rumor and privacy on the internet que creo que aún no está disponible en español. Daniel nos alerta de que si no creamos un equilibrio entre el derecho a la libertad de expresión y respeto a la privacidad de las personas, internet puede ser una arma de doble filo que nos acabe haciendo menos libres de lo que somos.

Al comienzo del libro nos cuenta la historia de una chica surcoreana que se niega a recoger los deshechos de su perro en el metro. Alguien tomó una foto delatora de la chica, el perro y la prueba del delito; la colgó de su blog y en cuestión de horas recorrió cientos de blogs bajo la denominación de 'la chica de la caca de perro'. En días se descubrió su pasado, el de sus padres, se hablaba de ella en televisión haciendo parodias y todo sin que ella hubiese dado su consentimiento.

Internet nos hace más libres, democratiza la información, acerca lo que está lejos, y permite que llegue muy lejos lo que hacemos cerca. Sin duda son muchos los beneficios que obtenemos de una herramienta que revoluciona el acceso a la información, pero de la misma forma son necesarios mecanismos que garanticen el respeto a la información personal de los individuos.

'Son necesarios mecanismos que garanticen el respeto a los datos personales'

Tiene mucho valor subir las fotos de la fiesta en la que estuve ayer a internet para compartirlas con mis amigos, incluso los que no pudieron venir que viven en Londres. Pero igualmente importante es asegurarnos que nadie más que mis amigos tienen acceso a esa información. Tiene mucho valor colgar y compartir mi agenda con mis colegas de trabajo y proveedores, pero poco sentido tendría que mi competencia pudiese ver qué hago, cuándo y con quién. Tiene mucho valor poder volar a cualquier sitio del mundo a vista de pájaro o pasear por las calles de Nueva York desde tu ordenador, pero peligroso sería que gentes de mala intención utilizasen esta información con fines perversos.

Flaco favor estaríamos haciendo a internet si solo fuese una herramienta para compartir información, pero no para controlar cómo se comparte esa información. Al tiempo que se desarrollan productos y servicios en internet es necesario establecer procesos que pongan en manos de los usuarios los mecanismos para que ellos decidan los límites de esa información que comparten.

No creo que tenga sentido renunciar a los enormes beneficios de internet por el miedo a cómo se comparte la información.

Creo que la solución está en el compromiso de los creadores de productos y servicios de internet por reforzar el control de la privacidad de los individuos. Este refuerzo tiene que ser pro activo, mediante funciones que controlen el acceso a la información, y reactivo, mediante procesos que garanticen una rápida respuesta antes legítimas denuncias de individuos que ven amenazada su privacidad.

El proceso no será fácil. Llevará tiempo y sus tensiones entre los que preferirían compartirlo todo y los que ven en internet el germen de grandes demonios. Estoy seguro de que el equilibrio dará como resultado una de las mejores herramientas de la historia de la humanidad.

Bernardo Hernández, Director mundial de Geomarketing de Google

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