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Desconfía de la viabilidad de una tasa sobre el combustible para mantener carreteras

La patronal de las autopistas retoma la petición de peajes en autovías y ciudades

Las declaraciones del ministro de Fomento, José Blanco, asumiendo que el mantenimiento y creación de infraestructuras precisa una subida de impuestos, ha abierto todo un concurso de ideas. Si las constructoras de Aerco y ANCI abogan por una tasa sobre el combustible para obras en la red viaria, desde la patronal de las concesionarias de autopistas, Aseta, se retoman peticiones como el peaje blando en autovías o la tarifa por entrar en grandes ciudades.

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FerrovialCinco Días

La ministra de Economía, Elena Salgado, quitó hierro ayer al aviso de su compañero de Gobierno José Blanco. "A corto plazo" no habrá modificaciones en los impuestos, ni directos ni indirectos, según atenuó Salgado en Onda Cero, calificando las declaraciones del titular de Fomento, acerca de la necesidad de una subida impositiva para sufragar la conservación de infraestructuras, como una reflexión a más largo plazo.

Está claro que el debate político sobre una vuelta de tuerca en la presión impositiva queda aplazado hasta después de la elecciones. Pero en las industrias de la construcción y concesión de infraestructuras no dejan de manar las sugerencias para que el Estado consiga ingresos extraordinarios y afronte la factura de 1.400 millones al año que cuesta la conservación de la red viaria.

A la propuesta de la patronal de constructoras de obra civil Aerco, de instaurar una tasa de tres a cinco céntimos aplicada a cada litro de combustible, por la que se obtendrían de 1.095 millones a 1.830 millones por ejercicio, se van a sumar otras posibles soluciones de notable impacto. La patronal de las concesionarias de autopistas, Aseta, tiene en el cajón la propuesta de peajes blandos en la red de autovías, así como la fijación de tarifas para acceder a las grandes ciudades. Ahora se plantea volver a activarlas. Y es que, entre las concesionarias son escépticos sobre el recorrido de la idea de gravar los carburantes con una tasa finalista.

El canon urbano ya es contemplado por Medio Ambiente

Las dos sugerencias de Aseta fueron desestimadas tanto por el Gobierno de José María Aznar como por el actual de Rodríguez Zapatero. En su lugar se adoptó en 2007 el plan renove de autovías de primera generación: concesión de una decena de tramos ubicados en las carreteras nacionales construidas en los ochenta, por un total de 1.000 kilómetros, para que las constructoras adjudicatarias las reformaran y mantuvieran a cambio de pasar la factura al Estado.

Fuentes cercanas a Aseta, presidida por el cerebro económico de la CEOE, José Luis Feito, aseguran que las iniciativas sobre el pago por uso en infraestructuras "siempre han estado sobre la mesa y toman especial vigencia en este momento". La tarificación de las vías de alta capacidad es su caballo de batalla.

Matices a la subida de impuestos

Sobre las reflexiones de Blanco, ayer en Sevilla, en el entorno de Aseta se opina que "hay fórmulas a explorar, que permiten recabar ingresos suplementarios para mantener las carreteras de alta capacidad, sin tener que subir los impuestos para ello. Serían más justas porque afectarían solo a quienes las usan, no a todos los contribuyentes".

Más a largo plazo, por la necesidad de un debate político tras el cambio de Gobierno y los plazos de implantación, Aseta defiende la aplicación de la Euroviñeta o tasa que grava el tráfico pesado en la red viaria de alta capacidad para compensar tanto la contaminación atmosférica como la acústica.

Hasta que esta ecotasa sea aceptada en España, Aseta cree que el peaje blando progresivo en ciertas autovías generaría ingresos tanto para el mantenimiento de las propias carreteras existentes como para la construcción de las que aún son necesarias. Por tanto, se liberan recursos presupuestarios.

Esta patronal, que representa principalmente a Abertis, Cintra, OHL Concesiones, Itínere, Globalvía e Iridium, no esconde que parte de su mensaje es interesado. Y es que la instalación de cabinas de peaje en las autovías que han llegado a los límites de la saturación generaría un trasvase de tráfico a las actuales carreteras de pago, con parte de su capacidad infrautilizada.

En cuanto a la tasa para acceder al centro de las grandes ciudades de este país, el doble efecto sería recaudatorio y de anticongestión, con el consiguiente efecto sobre la contaminación.

El Ministerio de Medio Ambiente ya contempla en el borrador del Plan Nacional de Mejora de la Calidad del Aire la figura del peaje urbano permanente. La tasa sería finalista, administrada por los ayuntamientos, y se dedicaría a potenciar el transporte público.

El transporte recuerda fiascos anteriores

"No podemos proponer lo primero que se nos viene a la cabeza con el fin de reforzar un sector destruyendo a otro", valora Pere Padrosa, presidente de la patronal de transportistas internacionales por carretera Astic, tras escuchar la idea de encarecer el combustible para reforzar los firmes de las carreteras."Un impuesto de estas características no está contemplado como tal en la ley de impuestos especiales y ya sabemos lo que piensa Europa. Valga como ejemplo el céntimo sanitario que Bruselas deslegitimó por tratarse de una ayuda a un sector determinado, aunque fuera público". Padrosa reclama a las constructoras de Aerco que se pregunten "cómo podríamos hacer entre todos un bien común y no tirarnos al monte cada uno con un impuesto nuevo".

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