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Hacia un nuevo orden financiero

Los países de la eurozona aprueban por fin un ambicioso plan contra la crisis

La zona euro decidió ayer, en una reunión al más alto nivel, reactivar el mercado interbancario con avales públicos y recapitalizar las entidades más dañadas por la crisis para garantizar su solvencia. El BCE, en cambio, se negó a financiar directamente a las empresas, como se había barajado.

París se convirtió ayer durante unas horas en la capital del euro. Y, de manera mucho más sorprendente, de la libra esterlina también. La gravedad de la crisis financiera obligó a los 15 países que comparten la divisa europea a celebrar por primera vez en 10 años de unión monetaria una reunión a nivel de jefes de Estado y de gobierno para concertar su actuación. Pero a la cita también tuvo que acudir el primer ministro británico, Gordon Brown, uno de los artífices de que su país continúe fuera del euro.

El Eurogrupo acordó, bajo la batuta de Nicolas Sarkozy y no de su presidente habitual, Jean-Claude Juncker, reactivar el mercado interbancario con avales estatales que permitan a los bancos recuperar la confianza entre sí. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, anunció tras el encuentro que España garantizará los préstamos interbancarios y avanzó que, 'inmediatamente' el Estado garantizará la deuda nueva que contraigan los bancos hasta el 31 de diciembre de 2009.

'No se trata de un regalo a los bancos', señaló ayer Sarkozy nada más terminar la histórica reunión en el palacio del elíseo. 'Pero no puede haber una economía sostenible sin un sector financiero sólido'. Los avales se ofrecerán hasta 2009 a cambio de una remuneración en términos comerciales.

Los 15 también aportarán, cada uno en función de la situación de su mercado financiero, los fondos necesarios para aumentar la capitalización de sus entidades en dificultades hasta un nivel que garantice la solvencia. Y en las más debilitadas, los Estados podrán tomar participaciones. España indicó que no necesita utilizar esta opción.

Los líderes de la eurozona se plantearon, además, pedir al Banco Central Europeo la apertura de líneas de crédito para las empresas, sin la intermediación del sector financiero. Pero el presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, presente en la reunión, se negó a tal posibilidad por razones jurídicas.

Tras la reunión de ayer, cada país anunciará en las próximos días la cantidad de recursos públicos que pondrá a disposición del sector. 'Pero lo harán', indicó el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, 'con arreglo a un marco común que hará que las medidas sean compatibles entre sí'.

Varios países ya han presentado planes de apoyo o rescate que suman casi 100.000 millones de euros en la zona euro. Entre ellos, los 30.000 millones de euros de España, 20.000 millones de Holanda y Portugal. Alemania e Italia, según adelantó Sarkozy, presentarán sus planes en las próximas horas, probablemente, antes de la cumbre europea que arranca en Bruselas el próximo miércoles. Fuera de la eurozona, Reino Unido también ha anunciado un plan de 400.000 millones de libras (225.000 en avales) para salvar su sector financiero.

Brown acudió a París mientras en Londres, según la prensa local, su Gobierno intentaba cerrar una nacionalización parcial de cuatro de los principales bancos del mercado británico (HBOS, RBS, Lloyds TBS y Barclays). Y aunque su visita se revistió de liderazgo, porque Los 15 estaban dispuestos a replicar el llamado plan Brown, lo cierto es que Londres ha tenido que buscar el concurso de la eurozona.

El primer ministro británico, que hace sólo unos meses declinó asistir a la solemne ceremonia de firma del Tratado de Lisboa y prefirió rubricarlo en solitario en una sala casi vacía, ayer se dejaba fotografiar en la escalinata del Elíseo junto a todos los líderes de la zona euro. Una instantánea que, sin duda, no pasará desapercibida a su temida prensa euroescéptica.

La cita de ayer en París llega, además, después de otros intentos fallidos de plantear un frente común a la crisis al margen del marco comunitario. La iniciativa más destacada en ese terreno fue la cumbre del llamado G-4 (Alemania, Francia, Reino Unido e Italia) del pasado sábado, también en París.

Si aquel encuentro marcó el punto más bajo de la coordinación europea, el de ayer puede servir para que de una vez por todas la UE, o al menos la zona Euro, asuma el liderazgo frente a la crisis. Y para que, como ha indicado el excomisario europeo Etienne Davignon, 'la opinión pública y los medios de comunicación dejen de preguntarse ¿dónde está Europa?'

Esa pregunta, según fuentes diplomáticas francesas, era un poco injusta porque los países de la UE y las instituciones comunitarias no han dejado de adoptar medidas de envergadura durante los últimos días. 'Lo que ha ocurrido es que no han tenido efecto porque los mercados están en otra lógica', lamentan fuentes comunitarias.

A nivel comunitario, los ministros de Economía de la UE acordaron el pasado martes elevar de 20.000 a 50.000 euros el mínimo cubierto por los sistemas de garantía de depósitos bancarios. Y el BCE no ha cesado de inyectar liquidez en el sistema.

Bruselas, además, ha revisado y autorizado con excepcional rapidez (en 24 horas) las medidas de ayuda a las entidades en dificultades. Y esta semana, para agilizar aún más el proceso, la comisaria europea de Competencia, Neelie Kroes, publicará unas directrices que prescriben, entre otras cosas, que los mecanismos de ayuda sean temporales y se limiten a los bancos viables; que las entidades beneficiadas contribuyan de manera significativa a la financiación del plan y que no aprovechen la ayuda para expandir su actividad comercial.

Aun así, la reacción de Europa había dado hasta ahora una impresión deslavazada y, en ciertos casos, incluso contradictoria. La desbandada ha permitido a los analistas más euroescépticos del Reino Unido pronosticar, una vez más, la ruptura inevitable de la zona Euro.

La reunión de ayer, en cambio, mostró la unidad de la zona euro. Zapatero calificó las medidas aprobadas como 'las más contundentes' que se han adoptado hasta ahora en todo el planeta. 'La crisis ha mostrado que ninguno de nuestros países en solitario puede hacer frente a estos acontecimientos', resumió Sarkozy. Quizá Brown haya empezado a pensar lo mismo.

Las agencias de 'rating', bajo supervisión

La semana que empieza verá la mayor actividad de la Comisión Europea frente a la crisis desde que empezó el vendaval. El organismo que preside José Manuel Barroso aprobará el proyecto de regulación de las agencias de calificación en la UE; el proyecto de reforma de las normas contables para eximir a los bancos de la obligación de computar todos los activos a precio de mercado; el proyecto de revisión de los sistemas de garantía de depósitos; y las directrices del departamento comunitario de Competencia para facilitar a los Estados el diseño de programas de rescate del sector financiero que sean compatibles con las normas sobre ayudas de Estado.La batería de medidas coincide con un momento en que arrecian las críticas por la supuesta pasividad de la Comisión frente a la crisis. El grupo socialista del Parlamento europeo incluso pidió la semana pasada a Barroso el relevo de Charle McCreevy, responsable durante los últimos cuatro años de la legislación comunitaria sobre mercados financieros.Barroso, también en el punto de mira de algunas voces críticas, se ha escudado en las reticencias de algunos Estados miembros para profundizar en la coordinación de la supervisión. Como respuesta, Barroso ha creado un grupo de alto nivel para analizar la adaptación del sistema de supervisión a la presencia de bancos transfronterizos. Ahora ya sólo quedan apenas seis meses de legislatura.

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